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Palabra más, palabra menos, todos concordamos en buscar bienestar para nuestras vidas. Aun a quienes les gusta el jaleo, a quienes buscan problemas, a quienes revuelven desconsuelos, los guía la búsqueda del bienestar que sucederá a estas tempestades.

Avanzando, en el imaginario colectivo está resuelto qué es el bienestar: bien estar es estar bien.

Deslizamiento de tales cavilaciones, el paso siguiente para estar bien, es no estar mal y para ello se huye ante contratiempos y dificultades.

Pero pendientes las necesidades, por más que se postergue, se aplace o se demore su respuesta, las urgencias volverán.

Este blog trae situaciones de la vida que reflejan cuentas saldadas, cuentas a saldar. Un paso para conseguir otro equilibrio. Ya, aquí y ahora. Otro bienestar es posible.

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lunes, 13 de octubre de 2014

f/i. Intimidades como espectáculos: Tecnología para pertenecer. Una necesidad en el aula


de
http://www.territoriodigital.com/

Valiosa nota para el tema, por su extensión la presentamos en posts sucesivos

el uso de las pantallas vulnera lo privado y trae consecuencias no medidas

Cuando la intimidad se vuelve espectáculo

 

Tecnología para pertenecer
En diálogo con los alumnos de diferentes colegios de Posadas admitieron que existe una necesidad de mostrarse a través de la tecnología y sobre todo en las redes sociales. Diariamente, los chicos publican fotografías o videos y expresan sus deseos más íntimos en la web. También aparece el celular como un elemento imprescindible en la vida de los jóvenes.
“La tecnología lo que hace es que se vea más, estas cosas existieron antes y se mostraban también”, dijo la directora del Martín de Moussy.
Y consideró que los estudiantes “no están consciente de eso y hay que crear una conciencia real de muchas cosas no sólo del exhibicionismo. Creo que con los talleres se va a ir logrando, pero también debe intervenir la familia. El adolescente contenido y mirado por el adulto no llega a ese extremo”.
En el taller de sexualidad que se dicta en la institución “los chicos hablan de todos los temas y va surgiendo la mirada del otro y el conocimiento de su cuerpo y de su sexualidad. Se nota que la necesidad de mostrarse y exhibirse está exacerbada, ellos quieren pertenecer, porque naturalmente son exhibicionistas y los padres quedan azorados cuando ven esto”.
Según explicó Ledesma el exhibicionismo extremo también podría estar relacionado con alguna problemática externa al ámbito educativo, “sobre todo problemas familiares complejos, a partir de no tener la contención el chico se dispara, y buscan llamar la atención de manera errónea”.
Además reflexionó que actualmente “se están mostrando muchas patologías de adultos y los chicos ven un espejo en eso, pero en la etapa de crisis de la adolescencia el exhibicionismo natural se vuelve una problemática  y se agudiza por otros problemas”.

Una necesidad en el aula
La psicóloga y sexóloga Pamela Wimer brindó su punto de vista sobre la tecnología, los riesgos que involucra la publicación de la intimidad y el rol de la educación en relación a esta tendencia. “A un niño no puede educarlo la tecnología, se recomienda que los padres puedan hablar de estos temas con sus hijos a fin de evitar que su único medio para conseguir respuestas sea la informática”.
Y explicó que “los adolescentes tienen sexo y no es novedoso, en las escuelas suceden algunas veces cuestiones que contradicen la moral y también lo sabemos”.
Con respecto a la Ley de educación sexual promulgada en 2006 pero que aún no se aplica en las escuelas de Misiones, la sexóloga opinó que “tendría que estar implementada hace ya bastante tiempo, redactada por personas idóneas y ejecutadas de manera correcta para que no resulte contraproducente”.
Por su parte, el delegado del Inadi, Mariano Antón consideró que “hay que fortalecer a los chicos que están siendo educados hoy, para que sean buenos padres y se comprometan con sus futuros hijos a que la escuela es un ámbito importante, ese es el desafío. El Estado no se puede meter a las casas a educar padres, eso es imposible”, dijo para romper el círculo de las culpabilidades entre escuela y familia.
Desde la experiencia en el taller, la directora Ledesma contó que “los chicos  se inician sexualmente casi todos a partir de los 13 o 14 años. Cuentan y difunden sus relaciones con mucha libertad. Los docentes estamos tratando de despojarnos de los prejuicios, no es un tema fácil romper un esquema armado de nuestra propia sexualidad”.

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