Hola

Palabra más, palabra menos, todos concordamos en buscar bienestar para nuestras vidas. Aun a quienes les gusta el jaleo, a quienes buscan problemas, a quienes revuelven desconsuelos, los guía la búsqueda del bienestar que sucederá a estas tempestades.

Avanzando, en el imaginario colectivo está resuelto qué es el bienestar: bien estar es estar bien.

Deslizamiento de tales cavilaciones, el paso siguiente para estar bien, es no estar mal y para ello se huye ante contratiempos y dificultades.

Pero pendientes las necesidades, por más que se postergue, se aplace o se demore su respuesta, las urgencias volverán.

Este blog trae situaciones de la vida que reflejan cuentas saldadas, cuentas a saldar. Un paso para conseguir otro equilibrio. Ya, aquí y ahora. Otro bienestar es posible.

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domingo, 31 de agosto de 2014

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VI/X Julio Cortázar, de El Perseguidor a El Perseguido

 En el tÍtulo de su nota, La Gaceta juega con el título de uno de los cuentos de Julio Cortázar, El Perseguidor (enlace http://www.literaberinto.com/cortazar/elperseguidor.htm).
Vida y literatura se entrecruzan

de
lagaceta.com.ar

Cortázar, el Perseguido

En sus distintas visitas a México, el escritor argentino fue espiado por agentes de la Dirección Federal de Seguridad. Aquí se reproducen fragmentos de cartas y documentos que hoy pueden encontrarse en el Archivo General mexicano
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UNA LEYENDA. El autor de “Rayuela” y “Bestiario” habría cumplido 100 años el martes pasado. Getty Images
Por Jacinto Rodríguez Munguía - Para LA GACETA - México DF
Julio Cortázar habría cumplido 100 años este 26 de agosto. Perseguidor de formas y estilos narrativos que rompieron los esquemas de la literatura, también buscó incesantemente el acercamiento con los mundos nuevos y los que se gestaban o abortaban a punto de botas y metralletas en América Latina: Cuba, Chile, Argentina, Nicaragua.

Puntal del mundo literario latinoamericano, el escritor visitó muchas veces México. En todas ellas habló contra las dictaduras, defendió a la Revolución Cubana a capa y espada y colocó su capital intelectual en favor de los sandinistas.

Y eso no podía ser pasado por alto por la policía política encabezada por Fernando Gutiérrez Barrios. Los muchachos de la Dirección Federal de Seguridad lo siguieron, espiaron sus conversaciones, interceptaron sus cartas, violaron y copiaron su correspondencia. Lo siguieron como su sombra.

Segmentos de su vida pública y privada hoy descansan en el Archivo General de la Nación, de donde los rescatamos para recordarlo y celebrar junto con él su primer centenario. Feliz cumpleaños, Julio.

* * *

Querido Julio:

En una de tus visitas a México, en agosto de 1980, escribiste a Laure Breton: “Nos alegró mucho recibir tus noticias en esta lejana y solitaria playa. Nos pareció casi un milagro, porque se han perdido muchas cartas provenientes de Francia… Siempre es desagradable pensar que entre esas cartas podía haber alguna cosa realmente importante, y que alguien en algún rincón del mundo está esperando una repuesta que no va a llegar nunca”.

Acaso es un poco tarde para que lo sepas, pero cuando caminabas y escribías desde una playa de Zihuatanejo acompañado de Carol Dunlop, ya eras uno de los “objetivos” del C-047, el grupo especial de la Dirección Federal de Seguridad, el aparato mexicano de espionaje en aquellos años de guerras frías y sucias.

Por los agentes del C-047 no sólo pasaban tus cartas, que por eso tardaban más de lo común en llegar. Desde por lo menos 1967 seguían las cartas que tus amigos de Cuba mandaban. También te seguían cuando te encontrabas con amigos, atendían tus conferencias, registraban tus declaraciones. En pocas letras: te habías convertido en un perseguido del espionaje mexicano.

Te reirás de lo fantástica, absurda e irónica que resulta en este caso la llamada realidad. Mira, si no. Tú, que tanto levantaste la voz por la libertad de los presos políticos, hoy vives y convives en papel al lado de los expedientes de aquellos estudiantes del movimiento estudiantil de 1968 y de “subversivos” de los años 70.

Cuando viniste por primera vez a México, en 1975, lo que hoy es el Archivo General de la Nación (AGN) hospedaba a la cárcel donde permanecían detenidos decenas, quizá centenas, de guerrilleros mexicanos, a los que el gobierno de entonces llamaba con odio “subversivos” y “terroristas”.

En esa ocasión escuchaste las historias de detenidos por la junta militar de Augusto Pinochet en Chile. Ellos, los agentes de la policía política, también lo hicieron. Siguieron registrando tus palabras, tus reuniones, las conferencias que ofreciste en Bellas Artes y en la UNAM, tus esfuerzos por conseguir la libertad de los presos en Argentina, Uruguay y otras naciones.

Así que hoy 14 de agosto de 2014 he encontrado en la galería 1 del AGN lo que los que agentes del C-047 reportaban de ti.

Querido Julio Cortázar, estás a punto de celebrar tu cumpleaños número 100 y, mágicamente, aquí aún vives “gracias” a los espías que durante años te persiguieron.

* * *

Había pensado enviar esta carta al panteón de Montparnasse, donde habitas desde el 14 de febrero de 1984. Pero no, la mandaré a la dirección que los espías mexicanos tenían registrada: 9 Place du General Beuret, Paris XV Francia, a esa pequeña casa que compraste con lo que la Universidad de Puerto Rico te pagó por la traducción de los cuentos completos de Edgar Allan Poe y donde vive aún Aurora Bernárdez, tu primera esposa.

Ahí, dicen los reportes, recibías propaganda comunista de La Habana, la cual previamente era traída a México en valija diplomática, “aquí la portean y despachan disfrazando así su verdadera procedencia a fin de causarle problemas”. Ves, tenían acceso a tu correspondencia.

“La Casa de las Américas aprovecha el envío de la correspondencia relacionada con el concurso de Grabado Contemporáneo, como la que se anexa, consistente en una tarjeta en la que aparece la fotografía de Regis Debray, con la leyenda: ‘En Bolivia el imperialismo no juzga a Debray sino el derecho de los pueblos a conocer la verdad’”.

Esta era la deducción que hacían, “descifraban” las maniobras cubanas para hacerte llegar los documentos que te pedían firmar en adhesión a su causa; interceptaban cartas de tus amigos José Lezama Lima, Roberto Fernández Retamar, Haydée Santamaría y tantos más.

* * *

El mundo y la vida son un mapa permanente de ironía. Quien un 21 de enero de 1967 firma el primer reporte de espionaje es el entonces director de la Dirección Federal de Seguridad (DFS), el mismo que detuvo a Fidel Castro y Ernesto Guevara cuando preparaban en México el lanzamiento de la revolución en Cuba. Exacto, el mismo.

Ese mismo, Fernando Gutiérrez Barrios, se convertiría en amigo casi personal de Fidel Castro, tan cercano que el comandante mandó levantar en algún lugar de La Habana una estatua para honrar al policía. No era para menos, en las manos de “Don Fernando”, como le decían amigos y enemigos, estuvo el destino de la Revolución Cubana, esa misma que abrazaste, defendiste; por la que te enfrentaste a tus amigos escritores.

Pues él ordenó que te comenzaran a perseguir. Su firma está en varios de los reportes. Los papeles dicen que desde 1967. El primero porque, en una reunión del Partido Comunista Mexicano, a alguien se le ocurrió mencionarte como uno de los firmantes de aquel documento del 11 de enero.

Anota el reporte: “Abogan por la urgente transformación de la estructura en América Latina e instan a una lucha armada, proclaman la urgencia de la celebración de una asamblea de Escritores Latinoamericanos de izquierda para afrontar la nueva situación y exhortan a la unidad de los intelectuales de izquierda pese a las diferencias de opiniones que pudieran haber”.

Dicen que estaba tu firma y la de Emanuel Carballo, Roque Dalton, Mario Vargas Llosa, David Viñas, Manuel Galich…

Si recuerdas esos días, no es sólo el documento del Partido Comunista que te menciona lo que llamó la atención del DFS. Recién habías estado en Cuba. En una larga carta que le escribiste a Francisco Porrúa, se lo cuentas:

“A pesar de que La Habana me dio de esa vida tropical en la que uno se pregunta a cada momento cómo es posible sobrevivir a un régimen de tres horas de sueño, ocho o doce vasos de ron ‘en la roca’ como dicen ellos… súmale a eso mi trabajo (una semana de batallas verbales en la revista Casa de las Américas, hasta culminar con la declaración que quizá ya conocés y la lectura de 40 novelas 40, o sea más de 10.000 mil páginas casi siempre borrosas o copiadas con tinta roja o verde. Súmale también la cordial pero multiplicada ansia de diálogo de los argentinos, mexicanos, peruanos, uruguayos…”.

De esa carta, tenían copia. Ni modo, Julio, tuvieras o no razón, apostaras o no hoy por Cuba, con ese discurso había razones de sobra para que te persiguieran. Máxime si además interceptaban la correspondencia de tus amigos cubanos y la tuya propia.

© LA GACETA

Jacinto Rodríguez Munguía - Periodista mexicano. Un especial multimedia sobre Julio Cortázar puede verse en www.m-x.com.mx y en http://latiraniainvisible.com/

sábado, 30 de agosto de 2014

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V/X Obra y figura de Julio Cortázar en la 40ª Feria Internacional del Libro de Buenos Aires

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FERIA INTERNACIONAL DEL LIBRO

Podés conocer a Cortázar a través de la lectura, la música y la imaginación

En stands oficiales y de editoriales se ofrecen diversas propuestas para acercarse a la figura y a la obra del emblemático escritor argentino

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RAYUELA ES LA MÁS VENDIDA. La obra de Julio Cortázar se adquiere masivamente. Según las editoriales, hay muchos jóvenes interesados en el escritor. DYN

El espíritu del cronopio mayor corretea por la 40ª Feria Internacional del Libro de Buenos Aires: figura y obra de Julio Cortázar se despliegan en numerosos homenajes, exposiciones, espectáculos y fotografías por el predio de La Rural, mientras sus libros siguen convocando a lectores de todas las edades.

Uno de los ejemplos es la exhibición de primeras ediciones de sus textos, que pertenecen al coleccionista Lucio Aquilanti, y que están expuestas en el stand del Ministerio de Educación para recordar el centenario del nacimiento de Cortázar. Entre ellas se destacan ejemplares de dos títulos previos a su partida a París, en 1951: los poemas de “Presencia”, publicado bajo el seudónimo de Julio Denis (1938), y la obra de teatro “Los reyes” (1949). También se encuentra el cómic “Fantomas contra los vampiros multinacionales” (1975), con una faja azul que indica: “Los beneficios de la venta de este libro serán entregados al pueblo de Nicaragua”.

Escritor y educadorEn un muro del stand se ve un texto de la época en que el emblemático escritor se desempeñó como docente en la provincia de Buenos Aires: “Esencia y misión del maestro”. Asimismo, en una publicación de Chivilcoy, de 1939, Cortázar decía: “Doble tarea, pues: la de instruir, educar, y la de dar alas a los anhelos que existen, embrionarios, en toda conciencia naciente”.

También la Secretaría de Cultura de la Nación le hizo un espacio en su stand. Allí puede verse una exhibición digital del cuaderno de bitácora de “Rayuela”, una de las insignias del “boom” latinoamericano. Sus 164 páginas reúnen frases, ideas y dibujos que dan cuenta del proceso creativo de la novela. En la primera página anuncia: “El libro se podrá leer: 1) siguiendo el orden de las remisiones 2) Como cualquier libro. Tenerlo presente al hacer el shuffling”.

Asimismo puede escucharse la característica voz de Cortázar, arrastrando las erres (a la manera francesa), leyendo poemas y narraciones grabados en Casa de las Américas en 1978 en La Habana, entre ellos “No, no y no” y “Louis, enormísimo cronopio”.

Interés de los jóvenesSus libros continúan vendiendo masivamente. “Creemos que eso tiene mucho que ver con el público joven, que sigue incorporándose como lector de Cortázar”, dice Leonardo Rubini, jefe de ventas de Prisa Ediciones. “Esa cuestión casi experimental de su escritura hace que muchos jóvenes se sigan interesando en su lectura, tanto en sus cuentos como en sus textos un poco más difíciles, como ‘Rayuela’”, agrega. Esta novela, protagonizada por Oliveira y la Maga, es la más vendida. La siguen dos obras publicadas recientemente: el álbum biográfico “Cortázar de la A a la Z” y “Clases de literatura” del escritor en Berkeley. “En general, demandan toda la obra de Cortázar, básicamente ‘Bestiario’, ‘Historias de cronopios y de famas’, ‘Libro de Manuel’. Pero se vende todo”, informa un vocero de la editorial Alfaguara.

Narraciones y recitalesLa misma agenda de la Feria incluye muchísimas actividades de homenaje a Cortázar: mesas redondas, espectáculos de narración oral y recitales de música.

“Me parece muy bien y muy justo respecto de un autor que nos representa cabalmente en un momento de la historia argentina y de la historia de nuestra literatura”, apunta su biógrafo, Mario Goloboff, quien participa de algunas de estas actividades. “La obra cortazariana todavía no ha alcanzado el lugar de lectura, de estudio, de análisis, de interpretación que merece en los homenajes”, advierte quien es autor de “Leer Cortázar: la biografía”.

Entre los aspectos más perdurables de los libros de Cortázar, Goloboff destaca “los cambios que introdujo en el sistema del cuento fantástico, los diferentes modos de lectura que planteó, el cuestionamiento del papel del lector y de su función, las alteraciones del objeto ‘libro’ que postuló teóricamente y en la práctica. En fin, muchas cosas más que fueron verdaderas innovaciones, que venían de antes, pero que él planteó con fuerza y encanto”.

Para grandes y chicosLas múltiples mesas redondas que se celebran por estos días abordan entre otros aspectos la relación del autor, nacido en Bruselas en 1914, con la política, la música y el cine. Un encuentro que analizará filmes basados en obras de Cortázar contará con su amigo y cineasta Manuel Antín, quien rodó “La cifra impar” y “Circe” sobre cuentos del escritor.

Mientras, el proyecto “Literatura que suena” del Gobierno de la ciudad de Buenos Aires ofrece una versión del célebre relato “Casa tomada” en versión de cuarteto surf, con música de l argentino Simja Dujov. Y recreando el juguetón espíritu cortazariano, el visitante puede introducirse además en un recinto a contestarle cinco preguntas a una computadora, que determinará de manera inapelable si es “cronopio, fama o esperanza”.

No sólo los lectores adultos están invitados a acercarse a Cortázar. Habrá talleres de escritura creativa para los más pequeños, convocados a imaginar por ejemplo “¿Qué será un cronopio?”

“Invitar a los chicos a leer ‘Historias de cronopios y de famas’ es acercarlos, en principio, a un gran autor argentino. Pero fundamentalmente es proponerles jugar -como lo hizo Cortázar- con las palabras y con la imaginación”, dice la autora de literatura infantil y profesora Laura Slutsky, quien dicta los talleres.

“Esta lectura puede ser el primer paso para que en la adolescencia aborden otras obras del escritor y que continúen transitando en la adultez por el mundo literario del gran cronopio”, concluye la especialista.

viernes, 29 de agosto de 2014

IV/X Julio Cortázar y el nacimiento del boom latinoamericano

de
lagaceta.com.ar

Cortázar y el nacimiento del boom

El libro del escritor argentino -junto a otros tres de García Márquez, Vargas Llosa y Fuentes- probablemente inauguró, hace medio siglo, el movimiento literario más relevante de América latina. Lo que estrenó, sin dudas, fue una nueva forma de hacer literatura.
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Quizás Historias de cronopios y de famas, publicado por Cortázar en 1962, inaugure a la par de otros títulos, la década que, literariamente fuera definida como el boom latinoamericano y que según la visión de casi todos los exégetas y críticos, reunió, junto al escritor argentino, al colombiano Gabriel García Márquez (La Hojarasca, 1961) al mexicano Carlos Fuentes (La muerte de Artemio Cruz, 1962 ) y al peruano Mario Vargas Llosa (La ciudad y los perros, 1963).

Hay quienes agregan a los ya mencionados, al cubano Lezama Lima, al chileno José Donoso y al paraguayo Roa Bastos, entre otros.

Y hay quienes también consideran que Cortázar edifica la antesala del boom con su anterior libro de cuentos, Bestiario (1957).

De todos modos, Historias de cronopios y de famas estrena un modo diferente de hacer literatura, basado en amalgamar cuentos breves, fragmentos, tiempos y espacios diferentes, teniendo como hilo conductor a los personajes principales -que son siempre los mismos- y a la invención de un lenguaje propio, con sus juegos, con sus propios neologismos, que se advierten ya desde el título. Este aspecto anti-lineal y coloquial culminaría al año siguiente (1963) en su novela Rayuela.

En Historias de cronopios y de famas el lector participa activamente en la construcción imaginaria de los protagonistas y de los hechos reflejados en los 26 micro-cuentos que componen la serie de dicha obra.

Tres tipos de personas El libro es una reflexión meta-realista e irónica sobre distintos temas y, en su último segmento, aparece una composición de índole fantástica de la sociedad, dividida según el autor en tres tipos universales de personas: los cronopios, seres creativos, idealistas, soñadores, sentimentales, sencillos y generosos. Los famas, quienes, por el contrario, serían formales, ostentadores de poder, los que se consideran personas importantes (en los gobiernos, serían los altos funcionarios, por ejemplo) y a través de los cuales se podría interpretar una metáfora de la alta burguesía argentina de aquellos tiempos. En la mitología que Cortázar crea con ellos en el final del libro, los famas aparecen como ex seres alados cuya función era la de divulgar malas noticias. Los terceros personajes de esta lúdica y a la vez fantasiosa clasificación son las esperanzas, quienes conformarían, en el texto, la realidad de un país aparte.

Las tres clases de personajes se distinguen -según el autor- por su tipología física y por la clase de baile que cada uno practica y cuyo nombre también es inventado por el escritor ("catala" y "tregua" bailan los cronopios, "espera" los famas y las esperanzas).

"Cuando los cronopios cantan sus canciones preferidas -escribe Cortázar- se entusiasman de tal manera que con frecuencia se dejan atropellar por camiones y ciclistas, se caen por la ventana, y pierden lo que llevaban en los bolsillos y hasta la cuenta de los días." Según el autor, los cronopios en el fondo son buenos, los famas son también buenos y las esperanzas, bobas.

¿Alegoría de una sociedad siempre dividida como la argentina que Cortázar hace extensiva a todo el planeta, pero donde no hay malos? ¿Un juego literario que se permite libertades, coloquios, planteos e imágenes surrealistas que hasta entonces no aparecían en los textos de los autores nacionales? ¿Una visión escéptica del mundo, donde sólo los artistas o los espíritus creativos se redimirían? Eso y mucho más, desde luego.

Nuevas lecturas El boom inaugura una nueva manera de escribir, un quiebre con lo tradicional y, asimismo, una nueva manera de leer, que nacen desde tierras latinoamericanas y que llevan a una identificación que trasciende lo localista, abarcando dimensiones de universalidad.

Por su ruptura con esquemas formales y realistas, estas obras comienzan a editarse en Europa y por su originalidad se vuelven interesantes también para los profesores de las universidades de los Estados Unidos y así, de la mano de éstos llegarán a ser traducidos a diferentes idiomas, expandiendo su repercusión.

El boom significa, a la vez, una explosión editorial de ventas, antes desconocida, y un acontecimiento ligado a la política, teniendo en cuenta el eco que tuvo en esos autores la revolución cubana en 1959 y el acercamiento de algunos, al menos en los inicios, a Fidel Castro.

"Lo que se llama boom -manifestó Vargas Llosa en 1962- es un conjunto de escritores, tampoco se sabe exactamente quiénes, pues cada uno tiene su propia lista, que adquirieron de manera más o menos simultánea en el tiempo, cierta difusión, cierto reconocimiento por parte del público y de la crítica".

El propio Cortázar, tan identificado con este fenómeno literario y extraliterario, dijo: "El boom no lo hicieron los editores, sino los lectores y ¿quiénes son los lectores sino el pueblo de América Latina que tomó conciencia de una parte de su propia identidad?".

Opinión de colegas Sobre Cortázar tanto se ha escrito, tanto se ha dicho. Lo que nos interesa aquí es ver qué opinaban de él sus propios compañeros del boom, y esto se vio muy bien después de producirse su desaparición física en 1984.

En el Suplemento Literario de La Nación, el recientemente fallecido Carlos Fuentes escribió en 2002 un largo y sentido artículo sobre Cortázar. En él recuerda con un gran afecto sus encuentros en México, en París, el viaje a Praga junto al argentino y a García Márquez, invitados por Milan Kundera, las posturas políticas de ambos, coincidentes y a veces disidentes, y loas a Rayuela.

"Por eso eran tan largos los ojos de Cortázar; miraban la realidad paralela, a la vuelta de la esquina; el vasto universo latente y sus pacientes tesoros, la contigüidad de los seres, la inminencia de formas que esperan ser convocadas por una palabra, un trazo de pincel, una melodía tarareada, un sueño (…) Cortázar era un surrealista en su interior, tenaz de mantener unidas lo que él llamaba 'la revolución de afuera y la revolución de adentro' (…) Lo recuerdo: la mirada inocente en espera del regalo visual inconmensurable. Lo llamé un día el Bolívar de la novela latinoamericana. Nos liberó liberándose, con un lenguaje nuevo, airoso, capaz de todas las aventuras: Rayuela es uno de los grandes manifiestos de la modernidad latinoamericana, en ella vemos todas nuestras grandezas y todas nuestras miserias, nuestras deudas y nuestras oportunidades. Diálogo de humores, añadiría yo, pues sin el sentido del humor no es posible entender a Julio Cortázar.
Le dio sentido a nuestra modernidad porque la hizo crítica e inclusiva, jamás satisfecha o exclusiva, permitiéndonos pervivir en la aventura de lo nuevo (…). Cuando Julio murió, una parte de nuestro espejo se quebró y todos vimos la noche boca arriba. Ahora, en Guadalajara, donde hemos instituido la Cátedra Julio Cortázar, García Márquez y yo queremos que el Gran Cronopio compruebe, como lo dijo entonces Gabo, que su muerte fue sólo una invención increíble de los periódicos y que el escritor que nos enseñó a ver nuestra civilización, a decirla y vivirla, está aquí hoy, invisible sólo para los que no tienen fe en los cronopios."

Mario Vargas Llosa es el autor del prólogo a los Cuentos completos de Cortázar, editados por Alfaguara, y en ese sentido el texto titulado La Trompeta de Deyá habla de su cofrade, también a instancias de su muerte. Rememora los momentos pasados con él y su mujer de entonces, Aurora Bernárdez, (fines de los años 50 en París y, muchos años más tarde, en Grecia) el increíble diálogo, casi una comunión, que había entre ambos anfitriones: "La perfecta complicidad, la secreta inteligencia que parecía unirlos".

En cuanto a su escritura, Vargas Llosa reflexiona así: "Desde Rayuela, los locos ocupan un lugar central en la obra de Cortázar; pero la locura asoma en ella de manera engañosa, sin las acostumbradas reverberaciones de amenaza o tragedia, más bien como un desfuerzo risueño y algo tierno, manifestación de la absurdidad esencial que anida en el mundo detrás de sus máscaras de racionalidad y sensatez. Los piantados de Cortázar son entrañables y casi siempre benignos, seres obsesionados con disparatados proyectos lingüísticos, literarios, sociales, políticos, éticos, para -como Ceferino Pérez- reordenar y reclasificar la existencia de acuerdo con delirantes nomenclaturas.(…) Juego, locura, poesía, humor, se alían como mezclas alquímicas en esas misceláneas, La vuelta al día en ochenta mundos, Ultimo round y el testimonio de ese disparatado peregrinaje final por una autopista francesa, Los autonautas de la cosmopista, en los que volcó sus aficiones, manías, obsesiones, simpatías y fobias con un alegre impudor de adolescente."

Vargas Llosa resume la manera de concebir y practicar la literatura para Cortázar como "una jocosa irreverencia".

Julio según Gabo Pero acaso los elogios más admirativos le pertenezcan a García Márquez, creador del "realismo mágico", amigo y compañero de ruta de Cortázar, donde se ve que ambos estaban estrechamente unidos por el afecto y por la ideología, pero donde también García Márquez reconocía el fervor que le despertaban su personalidad y su talento. En un artículo publicado en el diario El País, de Madrid (1984), lo define como "el argentino que se hizo querer por todos". Se acordaba el autor de Cien años de soledad (1967), en aquella nota, de dos momentos junto a Cortázar: uno, el mismo que relatara Fuentes, en un tren yendo hacia Praga, donde Cortázar les dio cátedra sobre cómo fue que se había introducido el piano en la orquesta de jazz. "No sólo hablaba con una profunda voz de órgano de erres arrastradas, sino también con sus manos de huesos grandes como no recuerdo otras más expresivas" - cuenta Gabo.

El otro episodio que rememora es en un parque de Managua, leyendo su cuento La noche de Mantequilla Nápoles, donde la gente seguía fascinada el relato a pesar del lunfardo y de no entender muchas de las palabras del cuento. "Cortázar había logrado una comunicación tan entrañable con su auditorio que ya no importaba a nadie lo que querían decir o no decir las palabras, sino que la muchedumbre sentada en la hierba parecía levitar en estado de gracia por el hechizo de una voz que no parecía de este mundo".

La descripción física que hace García Márquez de Cortázar -la primera vez que lo ve en París, escribiendo en la mesa del café Old Navy, donde no se atrevió a acercársele- es más que ilustrativa: "Era el hombre más alto que se podía imaginar, con una cara de niño perverso dentro de un interminable abrigo negro que más bien parecía la sotana de un viudo y tenía los ojos muy separados, como los de un novillo, y tan oblicuos y diáfanos que habrían podido ser los del diablo, si no hubieran estado sometidos al dominio del corazón".

Con el tiempo se hicieron muy amigos y, escribe García Márquez, "en privado, como en el tren de Praga, lograba seducir por su elocuencia, por su erudición viva, por su memoria milimétrica, por su humor peligroso, por todo lo que hizo de él un intelectual de los grandes (…) En público, a pesar de su reticencia a convertirse en un espectáculo, fascinaba al auditorio con una presencia ineludible que tenía algo de sobrenatural, al mismo tiempo tierna y extraña. En ambos casos, fue el ser humano más impresionante que he tenido la suerte de conocer".

Sabemos que la memoria le está jugando malas pasadas a García Márquez en la actualidad y que casi no reconoce a las personas. En estas condiciones, impresiona aún más leer esos recuerdos sobre Cortázar, puestos sobre el papel, hechos públicos a través de un diario y donde, en el párrafo final agrega: "Los ídolos infunden respeto, admiración, cariño y, por supuesto, grandes envidias. Cortázar inspiraba todos esos sentimientos como muy pocos escritores, pero inspiraba además, otro menos frecuente: la devoción".

Qué interesante es observar el lazo que vinculó a estos escritores del así llamado boom y que los unió más allá de los diversos caminos seguidos luego por cada uno de ellos o de las ulteriores y notorias divergencias y rencillas de todo tipo (García Márquez y Vargas Llosa, por ejemplo).

De los cuatro, dos recibieron el Nobel de Literatura y tres se fueron a vivir a otros países, por razones personales o políticas. Cortázar se fue de Buenos Aires a París, en 1951, en oposición al gobierno peronista; y allí residió hasta su muerte. García Márquez se estableció en la ciudad de México a comienzos de los 60 (aunque poseyera otras casas en París, Bogotá y Cartagena de Indias). Vargas Llosa, ex candidato a presidente del Perú, se afincó en Madrid después de que Fujimori ganara las elecciones. De padres mexicanos, Carlos Fuentes nació en Panamá, vivió en México a partir de la adolescencia, pero tuvo distintas estadías en Chile, Argentina, Brasil, EE.UU y Europa. El 15 de Mayo de este año se produjo su muerte y, dicen, que pidió que sus cenizas fuesen llevadas al cementerio de Montparnasse (París) donde descansan sus dos hijos. Allí se reencontrará con el Gran Cronopio, cuyos restos descansan en el mismo campo santo.

Se calcula que el boom latinoamericano duró unos diez años (desde los 60 hasta los 70) y según algunos críticos fue el movimiento más revolucionario -el único- de la literatura de Hispanoamérica.

El Gran Cronopio Personalmente, tuve la dicha de verlo a Cortázar un día, en París, sorpresivamente, a punto de subirse a un taxi cerca de la entrada del subte de Odéon. Me animé a acercarme a su figura enorme, imponente y pude darle la mano mientras lo saludaba simplemente como alguien recién llegado de Buenos Aires, contento de encontrarlo. Me impresionaron su naturalidad, su cordialidad y la alegría que se esbozó en su cara barbuda, en una expresión sincera y muy abierta.

Con Mario Vargas Llosa también tuve el privilegio de intercambiar algunas palabras, el año pasado (frente a una vitrina que exhibía un pequeño objeto, representando el Aleph del cuento) en el Museo de la Fundación Internacional Borges de Buenos Aires, y hasta tuve una breve charla con su hijo escritor, Alvaro, acerca de Machu Picchu.

En esa visita, el escritor peruano mostró una gran devoción por Borges y todo lo que le concerniera (sus libros, sus fotos, la hemeroteca, la reproducción de su cuarto, etc.). Se lo veía sonriente, amable, formal, con notables gestos de caballerosidad.

No siempre es así. En ciertas ocasiones, uno sufre decepciones. Pero, a veces, conocer personalmente al escritor que admiramos es un verdadero regalo, aunque sea por unos instantes. Uno siente que en ese contacto directo roza su alma. Esa fue, al menos, mi experiencia con estos dos escritores del boom latinoamericano, Cortázar y Vargas Llosa.

Acaso, quién dice que no fueran esos emotivos momentos que viví los que originaron esta reflexión que estoy esbozando. De todos modos, vaya este sencillo homenaje a algo tan trascendente como lo fue ese movimiento literario surgido hace 50 años. En él, Cortázar tuvo su lugar de honor, con sus libros tan singulares, inventando un mundo fantástico de cronopios y de famas, seres imaginarios, pero que, gracias a él, siempre reconoceremos en la vida real.

© LA GACETA Alina Diaconú - Escritora. Autora de la novela Avatar, entre otros libros.

jueves, 28 de agosto de 2014

III/X Sobre Cortázar: reconocimientos

de
lagaceta.com.ar

Miradas sobre Cortázar *

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CON EL ETERNO CIGARRO EN LA MANO. En París, Julio Cortázar vivió sus últimos años en dos casas, una en la rue Martel y otra en la rue de L’Eperon.
“Es como si el misterio o lo gótico en Cortázar se dieran a la luz del día. Antes de Cortázar, lo misterioso iba precedido de una especie de prólogo que decía “Cuidado, voy a contarles algo imposible, algo misterioso, algo fantástico. Fue no sólo uno de los más grandes escritores de la literatura argentina sino de nuestra lengua.” Abelardo Castillo
“Descubrió una manera de vincular lo cotidiano a lo fantástico, de reconstruir Buenos Aires desde la lejanía... Creo que lo mejor de su obra está en sus cuentos.” Pablo De Santis
“Introdujo la innovación dentro de la lengua española.” Jorge Edwards
“Tenía un enorme olfato de cuentista. Como todo gran cuentista, fue un gran lector y admirador de los cuentos. Lo singular en Cortázar es su capacidad para desdibujar los bordes entre lo real y lo fantástico. Aún en sus novelas, es un escritor de literatura fantástica; pero no en un sentido obvio. En sus novelas, lo fantástico apenas se vislumbra.” Liliana Heker
“La irrupción de lo imposible en situaciones cotidianas en una de sus marcas... Rayuela está más allá del formato de un libro. El tablero de dirección es un chiste increíble... La confluencia entre literatura y otros medios es uno de sus grandes legados.” Wolfang Bongers
“Nos mostró que podés ser espontáneo y que podés ser vos en la escritura.” Patricia Suárez
“Los medios franceses le dieron bastante más importancia a la noticia de la muerte de Cortázar que los argentinos.” Mario Goloboff
“Como mucho de lo mejor que tuvimos, murió lejos.” Manuel Antín
* Extraido del documental Julio Cortázar, de Tranquilo Producciones. Ver más en Tranquilo tv en www.lagaceta.com.ar

II/X Sobre Cortázar: opiniones e intereses

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lagaceta.com.ar

Rayuela según Fuentes y Vargas Llosa

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Por Alina Diaconú - Para LA GACETA - Tucumán
En La Nación, Carlos Fuentes escribió en 2002 un sentido artículo sobre Cortázar: "Rayuela es uno de los grandes manifiestos de la modernidad latinoamericana, en ella vemos todas nuestras grandezas y todas nuestras miserias, nuestras deudas y nuestras oportunidades. Diálogo de humores, añadiría yo, pues sin el sentido del humor no es posible entender a Julio Cortázar (…) Le dio sentido a nuestra modernidad porque la hizo crítica e inclusiva, jamás satisfecha o exclusiva, permitiéndonos pervivir en la aventura de lo nuevo".

Mario Vargas Llosa es el autor del prólogo a los Cuentos completos de Cortázar, editados por Alfaguara, y en ese sentido el texto titulado La Trompeta de Deyá habla de su cofrade, también a instancias de su muerte. En cuanto a su escritura, Vargas Llosa reflexiona así: "Desde Rayuela, los locos ocupan un lugar central en la obra de Cortázar. Pero la locura asoma en ella de manera engañosa, sin las acostumbradas reverberaciones de amenaza o tragedia, más bien como un desfuerzo risueño y algo tierno, manifestación de la absurdidad esencial que anida en el mundo detrás de sus máscaras de racionalidad y sensatez. Los piantados de Cortázar son entrañables y casi siempre benignos, seres obsesionados con disparatados proyectos lingüísticos, literarios, sociales, políticos, éticos, para -como Ceferino Pérez- reordenar y reclasificar la existencia de acuerdo con delirantes nomenclaturas".

© LA GACETA Alina Diaconú - Novelista y ensayista.

Otras miradas
Drama                     
"No todos alcanzan el éxito que obtuvo Cortázar con Rayuela: sólo Puig y Borges lograron después, al mismo tiempo, la consagración crítica y la aceptación del mercado… Ese lugar desplazado y negativo (…) del escritor enfrentado con la realidad se ve trastornado, obviamente, por el éxito. Podría pensarse que el mayor drama de Cortázar fue el éxito que siguió a la publicación de Rayuela".
Ricardo Piglia

Adelantado
"Rayuela abrió la narrativa en español a numerosos experimentos que le siguieron. Sin esa vía abierta por Rayuela, sería impensable la novela latinoamericana, en la amplia tradición que va desde Manuel Puig a Alan Pauls, o de Guillermo Cabrera Infante a Bolaño".
Graciela Speranza

Carrera deplorable
"A propósito de una de las cosas más feas que hizo Cortázar en su vida, el prólogo para la edición de la Biblioteca Ayacucho de los cuentos de Felisberto Hernández, un prólogo paternalista, condescendiente, en el que prácticamente viene a decir que el mayor mérito del escritor uruguayo fue anunciarlo a él, cuando en verdad Felisberto es un escritor genial al que Cortázar no podría aspirar siquiera a lustrarle los zapatos. Sus cuentos son buenas artesanías, algunas extraordinariamente logradas, como 'Casa tomada', pero son cuentos que persiguen siempre el efecto inmediato. Y luego, el resto de la carrera literaria de Cortázar es auténticamente deplorable".
César Aira

Duda
"Hay una pregunta -imposible de responder- que de todos modos alguien podría hacerse. Estos es, si ciertas condiciones permitieron que Rayuela apareciera en el tiempo y en el lugar adecuados para la eufórica recepción del público; o si, por el contrario, la novela de Cortázar no sólo creó a sus propios lectores -y los sigue creando medio siglo después- sino que además enseñó a muchísimos de ellos a leer la novela moderna." 
Aníbal Jarkowski

miércoles, 27 de agosto de 2014

La OMS recomendó prohibir el uso del cigarrillo electrónico en lugares públicos cerrados

de
lagaceta,com.ar

TABAQUISMO

La OMS, contra el cigarrillo electrónico

Expertos afirmaron que no existe información que permita asegurar que no afectan la salud. Están prohibidos en Argentina
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INEFICAZ. Según los médicos, el e-cigarrillo no ayuda a dejar de fumar. reuters
La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomendó prohibir el uso del cigarrillo electrónico en los lugares públicos cerrados. La agencia sanitaria hizo esta advertencia en un documento público lapidario con el e-cigarrillo: sostiene que no existe información que permita garantizar que no afecta la salud. Por eso, pidió que se proteja a los fumadores pasivos y que se hagan todos los esfuerzos posibles para evitar que llegue a manos de menores de edad. Este informe será analizado por los Estados miembros del Convenio Marco de la OMS para el Control del Tabaco en su próxima reunión, en Moscú, del 13 al 18 de octubre.

El documento es una compilación de la insuficiente, inconsistente y poco concluyente información que se tiene de los Sistemas Electrónicos de Administración de Nicotina (los más comunes de los cuales son los cigarrillos electrónicos) y de sus eventuales perjuicios sobre la salud, consignó la agencia Télam.

Tras analizar todos los aspectos de estos cigarrillos, la única conclusión clara a la que llegaron los expertos de la OMS es que falta información. Por esa misma razón, sostuvieron que es necesario prevenir posibles efectos no deseados que puedan producirse en los organismos de aquellos que estén en contacto con estos elementos, ya sean usuarios o individuos de sus entornos. Por ello, sugirieron que se los prohíba en los espacios cerrados y en donde esté prohibido fumar cigarrillos comunes.

“Se debería exigir legalmente a los usuarios de estos dispositivos que no los utilicen en interiores”, propuso el documento. “Esta prohibición debería hacerse especialmente en los espacios donde está prohibido fumar, hasta tanto se demuestre que el vapor exhalado no es nocivo para las personas del entorno y existan pruebas científicas razonables de que no se menoscaba la aplicación de las políticas orientadas a preservar los entornos sin humo”, agregaron los expertos. El informe también sugirió que se prohíba la venta de estos productos a los menores de edad.

En Argentina, la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (Anmat) prohibió mediante la Disposición No 3226/11 la importación, distribución, comercialización y publicidad de estos dispositivos.

PROHIBIDO EN ARGENTINA
Detectaron níquel y plomo en el vapor“Los tabacólogos argentinos están en contra del uso del cigarrillo electrónico. No se lo usa en el consultorio de cesación tabáquica, porque falta evidencia científica sobre su eficacia y seguridad”, explicó la neumonóloga Ariela Tarcic. Ella pertenece al Programa Provincial de Lucha Antitabáquica del Departamento de Enfermedades Crónicas y no Transmisibles del Siprosa (la referente del programa es Cristina Orellana). “La Anmat prohibió su utilización y no hay regulación en el país, por lo cual tampoco hay seguridad con respecto a su contenido”, puntualizó Tarcic. “En el líquido del cigarrillo electrónico se encontraron sustancias como el propilenglicol, que puede producir irritación en las vías aéreas; también glicerina, que está relacionada con la aparición de un tipo específico de neumonía; nicotina y saborizantes, que hacen más adictiva la nicotina. En el vapor se detectaron sustancias como el níquel y el plomo”, detalló. La especialista explicó que la cesación tabáquica está basada en cambios cognitivos-conductuales sumados a la farmacología. “Si usamos el cigarrillo electrónico no estamos eliminando el hábito”, aseguró. “Además, en cuanto a los adolescentes, puede ser la puerta de entrada a otras drogas ilegales”, concluyó.

martes, 26 de agosto de 2014

I/X Leer a Julio Cortázar en el centenario de su nacimiento

de
lagaceta.com.ar

Siempre hay una excusa para leer a Cortázar

El próximo martes se cumplen 100 años del nacimiento del autor de Rayuela. Sin él, nuestra literatura no sería la misma. En este número proponemos posibles recorridos por su obra, ofrecemos análisis de libros poco conocidos, recogemos la opinión de destacados escritores y reproducimos un fragmento de un texto de Cortázar publicado originalmente en estas páginas
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Por Alejandro Duchini - Para LA GACETA - Buenos Aires
Leer a Julio Cortázar a cien años de su nacimiento me provoca el mismo placer que se siente ante el descubrimiento de alguno de sus libros. Tanto de cuentos como de novelas. En mi caso, empecé por el más clásico: Rayuela. Todavía me acuerdo de aquella adolescencia en que me deslumbraba imaginar París a través de un argentino de apellido Oliveira divagando por calles descriptas de tal manera que parecían porteñas. Recuerdo esa primera frase que me deslumbró de entrada y que todavía me sale de buenas a primeras: “Andábamos sin buscarnos pero sabiendo que andábamos para encontrarnos”. Y junto a Oliveira aparecía La Maga, aquella musa inspiradora que debe ser una de las mujeres más conocidas de la literatura argentina. Rayuela es un mamotreto de más de 500 páginas que llevaba con orgullo en el colectivo. Con las ínfulas de esa edad, me sentía observado por otros pasajeros que, en realidad, jamás se habrán fijado en mí ni en el libro de tapa negra que había editado Sudamericana. Sin embargo, orgulloso, lo devoraba con una lapicera en la mano con la que marcaba las frases que me gustaban. Mantengo esa costumbre de marcar, pero nunca la utilicé tanto como con esa novela a la que suelo volver.

“(…) y que la gente que se da citas precisas es la misma que necesita papel rayado para escribirse o que aprieta desde abajo el tubo del dentífrico”, “¿quién estaba de vuelta de sí mismo, de la soledad absoluta que representa no contar siquiera con la compañía propia, tener que meterse en el cine o en el prostíbulo o en la casa de los amigos o en una profesión absorbente o en el matrimonio para estar por lo menos solo-entre-los-demás?” y “¿Qué punto de comparación tenés para creer que nos ha ido bien? ¿Por qué hemos tenido que inventar el Edén, vivir sumidos en la nostalgia del paraíso perdido, fabricar utopías, proponernos un futuro?”, son algunas de ellas. Ahora, libro en mano, veo que hay muchas más.

Después leí “El perseguidor”, que está en el libro de cuentos Las armas secretas. Es el relato perfecto. Lejos, de los mejores. En memoria de Charlie Parker, incluye aquella frase memorable: “esto ya lo toqué mañana, es horrible, Miles, esto ya lo toqué mañana”. Y también escribió una escena que transcurre en un subte y que aún me parece tremenda. El perseguidor puede leerse en la web, pero por los demás cuentos que incluye ese trabajo bien vale pasar por una librería y leer también “Cartas de mamá”, “Los buenos servicios”, “Las babas del diablo” (otro formidable).

Desconozco si se conseguirán aún los dos volúmenes de cuentos completos que publicó Alfaguara en 1992, con prólogo de Mario Vargas Llosa. Cada uno es un ladrillo de literatura pura. De la mejor. Intentar conseguirlo se justifica ampliamente. Porque están Las armas secretas, La otra orilla (imperdible “Las manos que crecen”), Bestiario (”Casa tomada” y “Las puertas del cielo”, entre otros), Final de juego, Historias de Cronopios y de famas, Todos los fuegos el fuego (algunos: “La autopista del sur”, “La salud de los enfermos”, “La isla a mediodía” y “El otro cielo”), Último round, Octaedro, Alguien que anda por ahí (que incluye el imperdible “La noche de Mantequilla”, uno de los más preciosos relatos sobre boxeo), Un tal Lucas, Queremos tanto a Glenda (“esa necesidad de inventariar el pasado que crece con la soledad y el hastío” suelta en “Historias con migalas”; o “llevamos tanta sangre en los recuerdos que a veces uno se siente culpable de ponerles límites, de manearlos para que no nos inunden del todo”, en “Recortes de prensa”) y Deshoras (“una y otra vez volvía a cosas que otros habían aprendido a olvidar para no arrastrarse en la vida con tanto tiempo en los hombros”, escribe en el cuento que da nombre al libro).

Entre su novelística brillante, además de Rayuela se destaca Los premios, una historia que describe con ironías a personajes con sueños perdidos y dejos de melancolía, que todavía resulta actual. “Me paso la vida sin hacer nada útil, cultivando unos pocos amigos, admirando a unas pocas mujeres, y levantando con eso un castillo de naipes que se me derrumba cada dos por tres”, dice Medrano, uno de los personajes. El estilo de escritura de Cortázar no sólo es innovador sino poético. Tanto como la idea de hacer un diario de su viaje en combi de París a Marsella con su mujer, Carol Dunlop. “Todo hombre o mujer que quiere realmente vivir su vida en vez de contentarse con mirarla mientras pasa, corre el riesgo de perderla a cada momento”, se lee. “Cada uno a su manera, el pasado nos había enseñado la inutilidad profunda de ser serios, de apelar a la seriedad en los momentos de crisis, de agarrarse por las solapas y exigir conductas o decisiones o renuncias”, escribe en 62/Modelo para armar, una novela fuera de lo común. También en cierto sentido es distinta Libro de Manuel, que le valió bastantes polémicas.

Otros libros fuera de lo común son Último round y La vuelta al día en ochenta mundos, que recientemente acaba de publicar Siglo Veintiuno en dos ediciones similares a las originales.

Más allá

Para conocer al Cortázar que va más allá del escritor, hago cuatro recomendaciones. Una debe ser inhallable. Se trata de una recopilación de reportajes bajo el título Confieso que he vivido y otras entrevistas, de LC Editor. Son entrevistas buenísimas compiladas por Antonio Crespo. Allí, le responde al recordado Hugo Guerrero Martinheitz, Elena Poniatowska y Martín Caparros, entre otros. Habla de su pasión por el boxeo, deporte al que defiende de las críticas, y de su admiración por Celine, Borges y Sabato, aunque cuenta que fue Roberto Arlt quien mayor incidencia tuvo en él. Si se puede conocer a alguien a través de lo que dice en reportajes, también se logra lo mismo con las biografías. Hay una muy buena escrita por Mario Goloboff, editada por Continente. Se titula Julio Cortázar – la biografía. Es muy completa. Tanto como la que acaba de editar este año Alfaguara, con motivo de los 30 años de su fallecimiento. Cortázar de la A a la Z es formidable. Prolija, con una presentación excelente, abarca fotos increíbles (incluso una del walkman Toshiba de su propiedad), tapas de libros, imágenes de cartas, textos del propio Cortázar y otros que lo refieren. Este es uno de esos libros de los que nadie se arrepentirá si lo que quiere es meterse aún más en el mundo Cortázar. Y por último no quiero dejar de lado un material inédito que la misma Alfaguara ha publicado recientemente: Clases de literatura. Son las exposiciones del escritor en California, en 1980. Habla de todo: del erotismo, del humor, del origen de algunos de sus escritos. De lo que sea. Un Cortázar puro.

Revolviendo en estos materiales mencionados, recordando las historias y puntualmente algunas frases suyas, y releyendo los libros que hablan de él, uno no puede menos que sentir cuánto más prestigiosa puede ser cualquier biblioteca que tenga algo de Cortázar.

(c) LA GACETA

Alejandro Duchini - Periodista.


Según pasan los años
1914 El 26 de agosto nace en Bruselas (su padre era funcionario del Consulado argentino en Bélgica).
1918 Pasa su infancia y adolescencia en Buenos Aires.
1935 Obtiene el título de Profesor Normal en Letras. Luego trabajará como maestro en Chivilcoy y Bolívar.
1938 Publica, con el seudónimo Julio Denis, el libro de sonetos Presencia.
1946 Publica  el cuento “Casa tomada” en la revista Los Anales de Buenos Aires, dirigida por Jorge Luis Borges.
1950 Su novela El examen es rechazada por la editorial Losada (se publicará en 1986).
1951 Publica Bestiario. Obtiene una beca del gobierno francés y se instala definitivamente en París.
1953 Se casa con Aurora Bernárdez.
1960 Publica Los Premios.
1962 Publica Historias de Cronopios y de Famas. Hasta este año, su obra tiene un reducido círculo de lectores conformado por escritores amigos, críticos y estudiantes.
1963 El 28 de junio se publica Rayuela. Cortázar, con 49 años y siete libros publicados (ninguno de los cuales había sido reeditado), se encamina hacia su consagración, después de cierta controversia inicial, en la crítica y en el mercado. Después de la primera tirada de 3.000 ejemplares de la editorial Sudamericana, impulsada por el mítico Paco Porrúa, la novela comienza a reeditarse y alcanza un grado inusitado de popularidad.
1968 Publica 62/ Modelo para Armar.
1973 Publica  Libro de Manuel.  1980 Publica Queremos tanto a Glenda.
1983 Hace su último viaje a la Argentina.
1984 Muere el 12 de febrero, en París.