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Palabra más, palabra menos, todos concordamos en buscar bienestar para nuestras vidas. Aun a quienes les gusta el jaleo, a quienes buscan problemas, a quienes revuelven desconsuelos, los guía la búsqueda del bienestar que sucederá a estas tempestades.

Avanzando, en el imaginario colectivo está resuelto qué es el bienestar: bien estar es estar bien.

Deslizamiento de tales cavilaciones, el paso siguiente para estar bien, es no estar mal y para ello se huye ante contratiempos y dificultades.

Pero pendientes las necesidades, por más que se postergue, se aplace o se demore su respuesta, las urgencias volverán.

Este blog trae situaciones de la vida que reflejan cuentas saldadas, cuentas a saldar. Un paso para conseguir otro equilibrio. Ya, aquí y ahora. Otro bienestar es posible.

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domingo, 15 de junio de 2014

Angela Lerena, periodista deportiva

de
Página 12


las12
Viernes, 13 de junio de 2014
ENTREVISTA

La figurita difícil

Periodista deportiva desde los 19, Angela Lerena, a los 38, es una pionera que cambió el panorama de las transmisiones de Fútbol para Todos cuando empezó a cubrir desde el campo de juego. Su profesionalismo es reconocido por sus pares, el valor de su presencia en un terreno que parecía blindado para las mujeres aporta a la equidad de género. Pero la dejaron afuera de la cobertura del Mundial 2014 y otra vez habrá que resignarse a la uniformidad de las voces masculinas. Es un paso atrás, sin dudas, aunque no por retroceder podrán evitarse los cambios en marcha.
 

 Por Luciana Peker

Sus piernas la hicieron pararse a los diez años frente al kiosco de diarios en donde tenía un abono con Billiken para cambiar por El Gráfico. La llevaron camino a la cancha donde se camuflaba como amigo de sus amigos para que no la descubrieran entre las tablas regadas por orín. Sus rodillas se lesionaron en los partidos del colegio en donde jugaba con más fuerza que destreza. Ella no sabe arrodillarse frente a los obstáculos o las negativas. Sufrió discriminación y desaliento y siguió adelante. Empezó a los 19 como periodista deportiva y hoy, a los 38 años, es la primera mujer en cubrir el campo de juego en la televisación del fútbol argentino.
Verla caminar es vibrar con ella: sin miedo a las distancias, con marcha fuerte y decidida, sin apostar a otra locomoción que no sean sus propios pasos. Sus piernas son su gran fuerte. Y, sin embargo, eligió hacer una carrera sin que la obliguen a mostrar lo que ella sola, por su propia decisión y deseo, no tiene ganas de vestir o desnudar. Ella, que no sólo es una de las primeras mujeres en ocupar un lugar sino que lo ocupa para que más mujeres puedan llegar, grafica el poder del cruce de fútbol y género y se convierte en ejemplo de un feminismo power con la estrategia siempre puesta en ir por más y no dejar que nadie la haga trastabillar.
Angela Lerena es muchas cosas: periodista, dirigente comunista, ex candidata a legisladora (por el Partido Comunista) en el Frente para la Victoria, militante sindical (del Colectivo Trabajadores de Prensa) y mamá de Victoria (8), pero, por sobre todas las cosas, es una mujer bien plantada. “No acepto ningún otro límite que no sea el de mi cuerpo y el de mi cabeza”, arenga. Sí, arenga. Ella se para en sus dos piernas con la conciencia clara en que ocupa un lugar como pionera en el periodismo deportivo, pero apuesta a que ahora los espacios de género sean de más calidad y no como figuras decorativas o colorinches. Agradece su incorporación y la de Viviana Vila (como comentarista) en la Primera A de Fútbol para Todos. Pero no silencia que le hubiera gustado ir al Mundial y que su ausencia postergó la presencia femenina desde adentro de la cancha. Su ausencia fue criticada, en las redes sociales, por distintas personalidades y organizaciones que valoran su trabajo y también el significado del eco de su voz para que no se use el Mundial para denigrar –o callar– a las mujeres en el living de las casas. “Me parece un gran error del Fútbol para Todos (FPT) y la TV Pública haber dejado afuera de la transmisión del Mundial de Brasil a Angela Lerena. No sólo porque ha demostrado que se puede trabajar en el campo de juego con información, con criterio, sin hacer circo y sin repetir en cada partido preguntas obvias. También porque de esta manera el FPT reproduce a los mismos personajes de cuando el fútbol estaba en manos privadas”, se quejó el periodista Alejandro Wall. Mientras que Héctor Baldassi, ex árbitro y diputado (PRO), opinó: “Me hubiese gustado una mirada femenina para el Mundial en la TV Pública. Una pena que no esté Angela Lerena. Le sobra capacidad. Lo merecía”. Y La Garganta Poderosa fustigó: “Que la mejor cronista en campo de juego del FPT se quede afuera por ser mujer no es un problema de Angela Lerena, es un problema de todos. Que Tití Fernández vaya a Brasil en vez de Angela Lerena es una decisión de la cultura patriarcal. Y de los que no entienden nada de fútbol”. Mientras que el periodista Emiliano Gullo bromeó: “Está claro, Angela Lerena es la Tevez de Fútbol para Todos en el Mundial” y el conductor Daniel Tognetti pronosticó: “Ya vas a tener tu Mundial. Todo llega”. Incluso, el periodista Víctor Hugo Morales criticó: “Qué chambones. Me pone muy triste”.

¿De chica te decían que a una señorita no le podía gustar el fútbol?

–De nena me pasó más que de grande. Hace veinticinco años y en un ambiente de clase media alta y conservador, como era el mío, en San Isidro yo me iba con la camiseta de mi equipo abajo del uniforme y se burlaban de mí. Me decían que era varón, me preguntaban si era lesbiana, me tildaban de cabeza y negra. Siempre pienso en la nena trans (Lulú) que nació varón y desde chiquita decía “yo soy nena, soy una princesa” y fue el primer documento en el que se le cambió el género a una persona menor de edad porque ella no se propuso hacer historia, sino que hizo historia sólo por querer ser quien era. Siento que soy igual. Tuve que tirar abajo varios prejuicios sólo por ser quien soy. Yo iba a la cancha todos los fines de semana, pero vestida de varón. Me ponía ropa suelta y una capucha y no me la sacaba hasta que no estaba entre amigos. De hecho, los varones hacían pis delante de mí. Fueron muchos años de tener que meterme en un ambiente totalmente masculino.

Siempre parece que no puede existir una diversidad de maneras de ser mujer...

–En el colegio, cuando me tocaba hacer hockey, me moría de ganas de irme con mis amigos a jugar. Además yo en el fútbol no soy buena, pero pego. No tengo habilidad, pero nos hemos pegado con mis compañeros... me rompí la nariz, me lesioné, soy recia. Igual que en toda mi vida, que me destaco más por mi esfuerzo que por el talento.

¿Jugar y disfrutar del fútbol tiene que ver con una actitud de ir para adelante y con una estrategia de siempre sobreponerse a los obstáculos?

–Yo crecí en un ambiente conservador en el que están más determinados los roles de género que en otros ámbitos y nunca encajé en ese molde. Siempre sentí que mis deseos excedían el rol que se me asignaba y en el que crecí en la escuela y en la familia. Simplemente para ser quien soy tuve que superar esos límites. Hoy no le hago caso a ningún límite que se me impone desde afuera y el único límite es el de mi deseo, mi cabeza y mi cuerpo que, a veces, no aguanta el trajín cuando sos mamá, dormís poco, comés mal. Pero hasta donde me dé mi cuerpo voy a llegar. El límite de mis deseos me los pongo yo y no desde afuera. Tampoco acepto que por ser periodista deportiva o por salir en la tele tenga que ceder.

¿Qué concesiones te pedían por estar en la tele?

–Cuando empecé a trabajar en TyCSports me llamaban para ir a programas de chimentos y por ahí estaba encerrada un mes con un plantel de fútbol, y más vale que si me sentaba en un living a contar todos los chismes hubiera sido atractivo. Pero yo nunca quise ser una figura del jet set ni famosa. Una vez fui a un programa y me pusieron, sin que yo sepa, “calienta y habla de fútbol”. No acepté más. Siempre quise preservar mi lugar periodístico a ser famosa. Otro límite que puse fue en la forma de vestirme. En un programa me pidieron que saliera en bikini y yo puse como condición que no. Me puedo vestir atractiva y sexy. Pero yo decido qué tan profundo va a ser el escote y qué corta va a ser la pollera y, para trabajar en televisión, no favorece que la gente me preste atención por mi cuerpo, sino por mi cabeza.

¿Hoy se les permite a algunas mujeres en televisión hablar de deportes pero pagando el peaje de mostrarse como bombas sexies?

–En el periodismo deportivo se ganó espacio, pero hoy la pelea es por la calidad del espacio. Un montón de periodistas no queremos ser figuritas decorativas sino consolidar la credibilidad y el prestigio.

¿Por qué muchos varones dicen “que las mujeres lleguen a donde quieran, pero que no se metan en la transmisión de fútbol” o “está todo bien con el feminismo, pero que una mujer no comente boxeo”?

–Muchos hombres machistas y mujeres machistas nos descalifican porque las mujeres no jugamos al fútbol. Es una falacia porque muchas de nosotras sí jugamos y no todos los varones juegan. Pero, además, está claro que ése no es el problema porque a Carolina Druer, que es campeona mundial de boxeo, la critican hombres que no le aguantarían ni medio round. El problema es que una es mujer.

¿Por qué las críticas más duras son a Viviana Vila que es comentarista de Fútbol para Todos?

–A Viviana se la critica porque el rol de ella es de opinión y dice si fue penal o no fue penal, si Vélez jugó bien o mal y quién fue la figura del partido. Eso es lo que más molesta: la opinión. Por eso al hombre le molesta menos que, una mujer tenga un espacio relacionado con la estética como si dijera “a cambio dejate que te mire las piernas”. Pero Viviana habla casi sin mostrarse –sólo se la ve unos minutos– y todo el tiempo desde lo intelectual, sin hacer ningún aporte de carne y sin dejarse objetivar, y la opinión es el último resquicio del machismo.

¿Descartás que las críticas no son profesionales y creés que muchos varones no se bancan que una mujer se cuele en el momento en que se sienten reyes del sillón de su casa?

–Las críticas profesionales son aceptables y seguramente hay gente que no le gusta cómo comenta genuinamente, pero el problema es la virulencia y la agresividad con la que se la ha atacado. Han pedido en las redes sociales desde que la despidan hasta cosas peores. Yo siempre le dije a Viviana, que ahora tiene la piel más curtida, que es una pionera, y las pioneras siempre reciben cuestionamientos.

¿Cómo fue tu experiencia con los jugadores, el público, las otras mujeres?

–Siento que me gané el respeto. Nunca dejé que me trataran mal. Pero también soy súper respetuosa de los futbolistas.

¿Cuáles fueron las discriminaciones más tajantes de tu carrera?

–Hubo dos veces que pedí estar en programas de fútbol, en empresas distintas, y cuando pregunté por qué no me dijeron “porque sos mujer”. Igual, yo no me enojo. Estoy tan curtida y tengo tan claro que el problema es del hombre, que subestima a la mujer para no considerarla una par, que digo “hay que seguir trabajando”.

¿Cómo fue la incorporación de mujeres a Fútbol para Todos?

–A principios del 2011, por decisión de Jefatura de Gabinete, en la que en ese tiempo estaba (Juan Manuel) Abal Medina, deciden que quieren incorporar mujeres y, entonces, nos llamaron a Viviana y a mí. Mariana Lamas hace campo de juego en la B, que maneja Torneos y Competencias.

¿Si Marcelo Tinelli hubiera arribado a Fútbol para Todos corrían peligro?

–A mí me habían dicho varias personas que las mujeres no éramos parte del proyecto, aunque, como estábamos contratadas, tal vez nos usaban, pero que no nos iban a poner cotidianamente. Y, de hecho, en la primera fecha yo no estaba. Era la primera vez que me quedaba afuera.

Una cosa es que Marcelo Tinelli continúe con un programa sexista y otra que extienda su sexismo a un espacio en el que se logró plasmar algún grado de igualdad...

–El hombre perdió la seguridad de que la mujer va a estar todos los días en la casa cuando él vuelva porque lo necesita para pagar las cuentas y, entonces, entiendo que pierda la referencia de quién es y se refugia en el fútbol. Y, entonces, cuando la mujer labura, se la banca y tiene hijos, les da de mamar, los mantiene y encima, se sabe, la ley del offside se vuelve loco. Trato de tenerles paciencia incluso a los machistas que darían lo que no tienen porque yo me quede sin trabajo. La dificultad la tienen ellos, no yo.

¿Te hubiera gustado ir al Mundial?

–Me hubiera encantado. Además nunca fue una mujer argentina a cubrir la parte futbolística. Se nos reserva para hacer color o salir en un noticiero, pero no desde la cancha. Y la verdad es que hubiese sido la primera vez en la historia que una mujer argentina cubría campo de juego. Y estoy feliz y agradecida de la cantidad exagerada de mensajes. Todos mis compañeros de Fútbol para Todos, incluso Tití Fernández, me dijeron que merecía ir. Pero FPT mandó poca gente y de mi puesto, campo de juego, fue una sola persona que es Tití Fernández, que hace cuarenta años que hace esto y es una apuesta segura. Creo que FPT inventó la presencia de las mujeres en la transmisión y hubiésemos sido un símbolo de lo que este gobierno hace respecto del género.

¿No podrían haber ido los dos?

–Me explicaron que iba a haber una persona en campo de juego por partido. Podrían haberme llevado para reafirmar que es un interés del Gobierno darle lugar a la mujer. Siento que es un retroceso, no porque no vaya yo, pero no va ninguna. Es un poco contradictorio que no lo hagan, pero no estoy enojada. Entiendo que había poco espacio e hicieron una apuesta segura. Falta un espacio de prestigio para las mujeres en el Mundial. Pero es algo que falta, no que no va a suceder nunca.

¿Qué les decís a las mujeres como espectadoras del Mundial ante la pica permanente de “callate, no sabés, no te fijés en la ropa”?

–La mujer que haga lo que quiera. Tiene el mismo derecho a hacer un comentario sobre la ropa que el hombre sobre la zurda y si no se siente cómoda que lo vaya a ver a otro televisor. Y, si no tiene ganas, que no lo vea. Pero el fútbol no es del hombre. Y si la mujer lo quiere disfrutar hablando de los pantalones que lo haga. Yo la banco. Y la que quiere hablar de la táctica que lo haga también, que no se deje amedrentar porque alguien se da vuelta con cara de “¿y a vos quién te dio permiso?”. El permiso no se lo da nadie, se lo da una misma.




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