Clarín
Poli pidió salir al encuentro de “los corazones heridos”
Plaza de Mayo El arzobispo de Buenos Aires encabezó la misa de Corpus Christi.
El arzobispo de Buenos Aires, cardenal Mario
Poli, llamó ayer a compartir el “pan de la misericordia” y salir al
encuentro de “todos los corazones heridos” en la Ciudad, al presidir la
misa y procesión del Corpus Christi en Plaza de Mayo.
“En cada eucaristía el amor misericordioso del Padre desborda todo lo previsible, y se hace virtud que vence a nuestro egoísmo, vuelve nuestro corazón hacia los pobres, nos hace más sensibles al dolor de los demás y nos abre al perdón de los hermanos”, aseguró.
Ante los numerosos fieles que participaron del oficio religioso, Poli sostuvo que el sacramento de la eucaristía debe suscitar en cada cristiano la “exigencia de evangelizar y dar testimonio” y el deseo de “salir al encuentro de todos los corazones heridos”. Poli insistió en afirmar que el desafío de los católicos es “comprometerse y anunciar el verdadero amor de Cristo que perdona, consuela y salva”.
La expresión de fe había comenzado por la mañana con una marcha juvenil desde la plaza Miserere, en Once, hacia la Plaza de Mayo. Al llegar a plaza Lorea, frente al Congreso, los jóvenes fueron recibidos por el cardenal Poli, quien los alentó a la misión permanente y a llevar el “pan de misericordia” a los más necesitados de la Ciudad. Este año, la celebración que tradicionalmente se realiza un sábado se trasladó al viernes –feriado nacional por el Día de la Bandera– para favorecer la concurrencia, ya que coincidía con el partido que jugará hoy la Selección.
“En cada eucaristía el amor misericordioso del Padre desborda todo lo previsible, y se hace virtud que vence a nuestro egoísmo, vuelve nuestro corazón hacia los pobres, nos hace más sensibles al dolor de los demás y nos abre al perdón de los hermanos”, aseguró.
Ante los numerosos fieles que participaron del oficio religioso, Poli sostuvo que el sacramento de la eucaristía debe suscitar en cada cristiano la “exigencia de evangelizar y dar testimonio” y el deseo de “salir al encuentro de todos los corazones heridos”. Poli insistió en afirmar que el desafío de los católicos es “comprometerse y anunciar el verdadero amor de Cristo que perdona, consuela y salva”.
La expresión de fe había comenzado por la mañana con una marcha juvenil desde la plaza Miserere, en Once, hacia la Plaza de Mayo. Al llegar a plaza Lorea, frente al Congreso, los jóvenes fueron recibidos por el cardenal Poli, quien los alentó a la misión permanente y a llevar el “pan de misericordia” a los más necesitados de la Ciudad. Este año, la celebración que tradicionalmente se realiza un sábado se trasladó al viernes –feriado nacional por el Día de la Bandera– para favorecer la concurrencia, ya que coincidía con el partido que jugará hoy la Selección.
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