En el cine
actual encontramos escenas de iluminación escasa y difusa, planos cercanos,
ángulos de enfoque recortando imágenes de
una pareja desnuda, tardas un instante en reconocer las partes del
cuerpo y a quien pertenecen. En lenguaje de imágenes es más llamativo que la
escena clara y precisa. Juega con la necesidad de exteriorizar un propio cuerpo
enajenado por imágenes, fantasías, recuerdos, historias, que no se manejan, no
se integran, piden su lugar y no se les permite la reedición a menos que
carezcan de evolución. Se trata de recrear una escena con dos cuerpos o en un
cuerpo, sea ajeno o el propio. Un paso más adelante es crear una escena con los
dos cuerpos de ambos de una pareja, haciendo de tal creación una opera prima
cada vez curioseada, explorada, descubierta, renovada.
En una
caricatura de bondad, solidaridad, protección, amparo, guarda, se expone al
otro a crueldades, inclemencias, severidades, rigores. Todos se proclaman
bienintencionados, actúan de tal modo para que el otro madure.
Pero el corazón
los denuncia. Despiertan resonancias mutuas o evocan dramas indiferentes. No es
lo mismo vibrar amorosamente al unísono o agitarse temblando, cada por su lado,
sin trascender la propia piel, ante el mismo terror. Repercuten en respuestas
recíprocas o en desencuentros disímiles. La inquietud pasa a ser cómo escribir
tu historia de pareja, cómo transcribir impresiones sembradas, sensaciones
despertadas, experiencias mutuas, sucesos vividos, cómo inscribir
protagonismos, cómo nominar acciones, cómo designar desencuentros,
deslealtades, infidelidades y la traición
más temida, cuando el otro abandonó, entregó, delató, calumnió. ¿Cómo seguir
después? desconfiando, flaqueando, vacilando, recelando, temiendo, sufriendo,
dudando cómo te han inscripto en otras historias, en otras vidas.
La
situación es la siguiente: todo el mundo critica a todo el mundo, ¿por qué
sería distinto contigo? Basandose la tendencia a la crítica en la deconstrucción,
el código es el jibarismo. Dejar al otro reducido a un desvelo, a una
preocupación, a la ansiedad, a la inquietud, al desasosiego sin posibilidad de
entendederas, de asimilación, de acomodación, de lucidez, de reparación. Con la
mente embarga tratando de ponerle palabras a lo que pasó, lo que vivieron, a la
ruptura, a la ausencia definitiva, sin provecho ni beneficio a favor.
de
CONSTRUCCIÓN DEL AMOR Acerca de relaciones duraderas
de Gustavo Francisco De Filippis
No hay comentarios:
Publicar un comentario