HACIA UN PROTOCOLO PARA VICTIMAS DE ABUSOS
de Página 12
Sábado, 19 de abril de 2014
PERFILES > ZAIDA GATTI
Por Luciana Peker
El 3 de abril del 2002 secuestraron a
Marita Verón en Tucumán. No existía la ley de trata que se sancionó, en 2008,
justamente empujada por la repercusión de su desaparición. La coordinadora del
Programa Nacional de Rescate y Acompañamiento a las Personas Damnificadas por
el Delito de Trata, Zaida Gatti, cree que si la desaparición se hubiera
producido doce años después Marita estaría presente. “La realidad es que hoy
tenemos voluntad política. Con las herramientas actuales y la tenacidad y la
perseverancia de Susana (Trimarco), no dudo de que el caso de Marita se hubiese
resuelto”, dice.
No es el mismo país en donde la
connivencia política, policial y judicial avisaba de los allanamientos en La
Rioja para que sacaran a la chica tucumana que dejó marcadas las paredes y fue
vista por otras compañeras de cautiverio. ¿Hoy pueden avisar de un
allanamiento? “Las instituciones están conformadas por personas y puede haber
algún caso en donde se deslice información. Pero hoy se combaten fuertemente
los niveles de connivencia y ya no es como cuando el juez del pueblo era
cliente del prostíbulo y la policía los pasaba a visitar por ser amigos o
clientes”, enmarca Gatti.
Desde 2008 hasta febrero del 2014 hay 3062
víctimas de explotación sexual rescatadas: todas son mujeres y hay un uno por
ciento de travestis y transexuales. El Programa Nacional de Rescate actúa a
partir de la orden judicial, está presente en los allanamientos a prostíbulos y
acompaña a las víctimas hasta un alojamiento seguro y les brinda ayuda
psicológica y médica, contención en las declaraciones judiciales y gestión –por
ejemplo ante el Ministerio de Desarrollo Social– para la Asignación Universal
por Hijo, capacitaciones, estudio, vivienda, trabajo, documentos u otras
necesidades.
Para Gatti, es muy difícil decir dónde
están las desaparecidas: “La hipótesis es que las hayan sacado del país si no
se investigó rápidamente como un caso de trata. Cuando desaparece una chica y
se denuncia en una comisaría y se toma como fuga de hogar, se pierde un tiempo
maravilloso que son las primeras 48 horas. Yo creo que Marita está viva. Es un
deseo, y mientras tanto no haya alguna prueba que indique lo contrario creo que
está viva ella, como todas las otras chicas que no se sabe dónde están. A la
gente no se le traga la tierra”, dice con la misma convicción que Trimarco
cuando le preguntan por el destino de su hija doce años después de su
desaparición. Ambas vienen trabajando codo a codo y reclamando por una Justicia
activa que no se quede detrás del escritorio y que trabaje con conciencia de la
trata de personas. El día que se conoció la revisión de la sentencia a los diez
condenados por el caso, las dos se fundieron en un abrazo que renueva
esperanzas y refuerza la lucha. Porque como Trimarco, Gatti cree que Marita
podría estar en España. “Muchas mujeres fueron engañadas y otras llevadas bajo
identidad falsa y cambiada su fisonomía. Por ejemplo, bajo la modalidad del
engaño de pedidos para bailarinas exóticas publicadas en muchos diarios e
Internet, muchas chicas van convencidas de que están ampliando su carrera y
cuando llegan les quitan su pasaporte y las obligan a ejercer la prostitución.
Igualmente, hoy en día es mucho más difícil sacar a una víctima drogada y con
la fisonomía cambiada porque las fuerzas de seguridad están con otra mirada.
Incluso, acabamos de firmar un convenio con Aerolíneas Argentinas, porque dos
azafatas detectaron y desactivaron casos de trata de chicas que viajaban al
sur. Por ejemplo, una joven que fue engañada y se enteró en el avión de que
tenía que ir a un cabaret, le pidió ayuda a la azafata y ella la pudo
resguardar y dio aviso a la policía. Si no estaba en conocimiento de que esto
sucedía, hubiera pensado que la pasajera estaba delirando. Cuando la sociedad
no quiere ver, no ayuda.”
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