07/04/14 - 10:42
Un doble crimen horroriza a Bialet Massé, una pequeña localidad serrana ubicada a 55 kilómetros de la capital cordobesa.
Dos chicos de 14 años y uno de 13 entraron a la casa de un matrimonio de jubilados y, tras
torturarlos
para que les dijeran dónde guardaban los 2.000 pesos que tenían como
ahorro, los asesinaron. Tres días después, los adolescentes fueron
detenidos.
El
brutal asesinato ocurrió entre la noche del 22 y la madrugada del 23 de
marzo, pero recién fue descubierto el martes 25. Según se reconstruye
en el diario La Voz del Interior, ese día la Policía fue a la casa donde
vivían Isidro Peludero (78) y su mujer, Mafalda Castro (76), y los
encontró muertos.
Los
efectivos habían llegado a la casa de la calle 9 de julio al 400 a
partir del llamado de una hija del matrimonio, preocupada porque sus
padres llevaban varios días sin comunicarse.
Al
entrar, los policías se encontraron con una escena de terror. Los
cuerpos de los jubilados estaban tirados, uno en el piso del dormitorio y
otro en la cama. Fueron hallados en avanzado estado de descomposición, por lo que los investigadores demoraron en saber qué había sucedido.
Días
después, el misterio comenzó a develarse y los pobladores de Bialet
Massé quedaron sumidos en el espanto: los jubilados habían muerto tras
haber sido golpeados y torturados con un machete, un estilete y un palo.
Los
asesinos habían entrado a la vivienda por la claraboya del baño y, tras
sorprender a la pareja y torturarla, huyeron con los dos mil pesos que
tenían como ahorro.
Lo
que nadie esperaba en este pequeño pueblo serrano era que los
sospechosos del brutal doble crimen fueran tres chicos: dos de 14 años y
otro de 13.
Los
adolescentes, vecinos del humilde barrio Sucho Huayco, fueron detenidos
tras el testimonio del hermano mayor del chico de 13 años, quien contó
que el chico le había relatado cómo habían asesinado a la pareja.
Ese
testimonio, sumado a las huellas tomadas en la casa de las víctimas
--que coincidirían con las de los tres chicos-- permitieron que el
fiscal ordenara la detención de los adolescentes.
El caso marca un antes y un después en la historia criminal de Córdoba: no había antecedentes de un crimen cometido con tanta saña, con autores de tan corta edad.
Y
mientras los habitantes de Bialet Massé, las autoridades y los
investigadores buscan explicaciones a lo sucedido, se conocieron las historias de los tres acusados, signadas por la marginalidad y el abandono.
Uno
de los chicos de 14 años, sospechado de ser el líder, vivía con su
familia en una precaria vivienda de Sucho Huayco. Es hijo de un
matrimonio con 7 hijos, que sobrevive gracias a las changas que consigue
su padre y a una pensión por familia numerosa.
No estudiaba y -según el relato de vecinos a La Voz- solía robar en casas de la zona, cuando estaban vacías. El
mismo día en que el chico habría cometido el crimen, su hermana, de 15
años, se suicidó colgándose de un árbol, frente al cementerio local.
En
la casa de al lado vive la madre y el padrastro del otro adolescente de
14 años acusado por los asesinatos. El chico no vivía allí, ya que
había sido criado por su abuela, a pocas cuadras. También él es hijo de
una familia numerosa (son cinco hermanos) y pasaba gran parte del día en la calle, porque había dejado el colegio.
También
el más joven de los detenidos, de 13 años, tiene una dura historia
familiar: su madre y su padrastro están presos en diferentes penales.
Así, él y sus otros seis hermanos -de entre 23 y 7 años- viven solos y
se las arreglan como pueden para subsistir en la humilde casa familiar.
Fue su hermano mayor quien le contó a las autoridades que el chico le
había relatado cómo habían asaltado y asesinado a la pareja.
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