Enlace y reseña de la nota publicada en Clarín
Afirman que los vegetarianos tienen una peor calidad de vida
Sufren más riesgo de padecer enfermedades crónicas, alergias y depresión, entre otras.
Riesgo. El estudio remarca que los vegetarianos suelen evitar las vacunaciones y otras medidas de prevención.
Los científicos dicen ahora que la dieta vegetariana no sería tan válida. Quienes así lo sostienen son investigadores de la Medical University de Graz, Austria, dirigidos por la doctora Nathalie Burkert, que llevaron a cabo un estudio cruzado basado en datos recabados por el Austrian Health Interview Survey y cuyos resultados fueron publicados en la revista PLoS ONE . Burkert y colegas analizaron a 1.320 sujetos que fueron agrupados según su edad, sexo y nivel socioeconómico. Había 330 vegetarianos, 330 que comían carne –pero también mucha fruta y verdura–, 300 que seguían una dieta normal aunque con poca carne y, finalmente, 330 que seguían una dieta rica en carne.
Se analizó luego el estilo de vida y otros factores de todos los participantes, que podían bajar o aumentar el riesgo de determinadas enfermedades. Los resultados mostraron, en líneas generales, que los vegetarianos son más activos físicamente, fuman menos y toman menos alcohol en comparación con quienes consumen carne. Del mismo modo, quien sigue una dieta vegetariana tiene en general un nivel socioeconómico alto y un bajo índice de masa corporal (o IMC). A primera vista, parecería que los vegetarianos viven mejor y que, en consecuencia, tiene más salud. Pero según los investigadores no sería así. De lo que surge del estudio, los vegetarianos tienen dos veces más probabilidades de sufrir alergias, un 50% más de chances de sufrir ataques cardíacos y un 50% más de probabilidades de sufrir cáncer.
¿No era que el cáncer estaba relacionado con el consumo de carnes rojas? Aquí las cosas se complican. Sin embargo, al leer lo que indica este estudio, los vegetarianos tendrían mayor riesgo de contraer cáncer que los omnívoros. Y, siempre respecto de estos últimos, su salud sería más débil.
Según el estudio, los vegetarianos sufren porcentajes más altos de enfermedades crónicas y de angustia y depresión.
Además, serían individuos más proclives a algunas costumbres no muy beneficiosas, como evitar las vacunaciones y no respetar algunos consejos básicos de prevención.
“Nuestro estudio –escriben sus autores– demostró que los adultos austríacos que siguen una dieta vegetariana son menos sanos (en términos de cáncer, alergias y disturbios de salud mental), tienen una calidad de vida inferior, y recurren con mayor frecuencia a la asistencia médica”.
¿Qué decir ahora entonces de los lineamientos del Ministerio de Salud (de Italia), o de lo que sugiere la Asociación Italiana para la Investigación sobre el Cáncer (AIRC), por ejemplo, que declara que “una alimentación sana exige por sobre todas las cosas reducir drásticamente las grasas y proteínas animales, favoreciendo la ingesta de alimentos ricos en fibras y vitaminas”. Se debe para ello llevar a la mesa cinco porciones de frutas y verduras por día y privilegiar los cereales, panes y pastas así como el arroz integral y combinarlo con un poco de legumbres.
A propósito de los tumores, el Ministerio de Salud italiano sostiene que la alimentación influye hasta en su aparición. “Un consumo excesivo de carne roja y nada de fibras (frutas, verduras, legumbres y cereales integrales) está relacionado con el desarrollo de tumores del aparato digestivo (estómago, esófago, intestino)”. Hay confusión, pero se puede seguir sosteniendo que una dieta sana es aquella que no excluye las sustancias útiles para el buen funcionamiento del organismo y que el equilibrio debe ser lo primero.
Traducción: Silvia Simonetti
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