Hola

Palabra más, palabra menos, todos concordamos en buscar bienestar para nuestras vidas. Aun a quienes les gusta el jaleo, a quienes buscan problemas, a quienes revuelven desconsuelos, los guía la búsqueda del bienestar que sucederá a estas tempestades.

Avanzando, en el imaginario colectivo está resuelto qué es el bienestar: bien estar es estar bien.

Deslizamiento de tales cavilaciones, el paso siguiente para estar bien, es no estar mal y para ello se huye ante contratiempos y dificultades.

Pero pendientes las necesidades, por más que se postergue, se aplace o se demore su respuesta, las urgencias volverán.

Este blog trae situaciones de la vida que reflejan cuentas saldadas, cuentas a saldar. Un paso para conseguir otro equilibrio. Ya, aquí y ahora. Otro bienestar es posible.

Translate

viernes, 7 de febrero de 2014

¿En qué me equivoqué?




¿En qué me equivoqué?

De nuevo me arrastré
cansada el Alma,
Maestro
Esta noche
a tus pies.

Como me dijiste, he caminado,
Pero nunca llegué ahí.
¿En qué me equivoqué?
¿Dónde perdí el camino?

Me dijiste:
"Cierra los ojos para ver"
Y los cerré.
El cielo se ha oscurecido
Pero, con su magia
Nunca llegó la noche
Y me acobardé.
Malezas cubrieron mi camino
Y espinas, aguzadas ahogaron los senderos.

¿Qué dices?
¿Que mis ojos no estaban bien cerrados?
¿Pudo acaso la engañosa luz entrar
Por las grietas del cuerpo?
Ecos, sabor a besos y fragancias,
Suaves estremecimientos
Y recuerdos…

¡Ah! ¿Cómo alejar
Aquellos recuerdos
vivos, hondos, escondidos, tras mis párpados
adormecidos
Igual que un rebaño en el redil?

Me dijiste:
"Si la luz del alma te fue esquiva
Camina por los caminos arduos".

Anduve por los vertiginosos bordes de los precipicios
Y por los senderos rocosos,
Me hundí en los pantanos
Y caminé en el desierto
Sobre sus olas secas
Que ruedan inmóviles
En el mar de arena.
  
¿Qué dices?
¿Que los caminos arduos
No son las sendas solitarias?
Ya que es más difícil
Caminar sobre la lisa carretera
Donde el tropel humano se atormenta
Y donde
Más que el pie, es el alma
que tropieza?

Cómo no caer
En aquellas zanjas tan ocultas
Cuando me enceguece el polvo
Que levanta la carrera humana.

Me dijiste:
"Si no puedes ser,
Ni solitario pensador en la luz de la oscuridad
Ni sereno caminante dentro del tumulto
Entonces, abraza, ama y únete”

Abrí los brazos cuanto pude
Y colgué en mis ojos
Las lágrimas de otros.
En mí sangraron heridas de cuerpos ajenos
Y también – qué difícil fue –
Compartí alegrías que no fueron mías.

¿Qué dices?
¿Acaso fue mi amor mezquino,
Tal vez dejé de lado tantas cosas?
¿Los pájaros, las piedras, y las flores
Los montes, los árboles, las estrellas
Como si no fuesen chispas de un mismo fuego
Rayos de un mismo sol?

Y mis brazos
No se abrieron formando un mar inmenso
Hacia todas las aguas de la creación
Arroyos y rocío
Lluvias y cauces
Todas iguales, aguas
No importa de dónde vienen…

¡Maestro!
Hice lo que pude
Y si fracasé, fue acaso porque soy humano.
Comenzaré otra vez.
¿Qué? ¿Puedo creerlo?
¿Llegué sin darme cuenta?


Vassilis Vitsaxis

Traducción directa del griego por Nina Anghelidis y Nicolás Lócaro.
Clarín 1986.01.09

No hay comentarios:

Publicar un comentario