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Palabra más, palabra menos, todos concordamos en buscar bienestar para nuestras vidas. Aun a quienes les gusta el jaleo, a quienes buscan problemas, a quienes revuelven desconsuelos, los guía la búsqueda del bienestar que sucederá a estas tempestades.

Avanzando, en el imaginario colectivo está resuelto qué es el bienestar: bien estar es estar bien.

Deslizamiento de tales cavilaciones, el paso siguiente para estar bien, es no estar mal y para ello se huye ante contratiempos y dificultades.

Pero pendientes las necesidades, por más que se postergue, se aplace o se demore su respuesta, las urgencias volverán.

Este blog trae situaciones de la vida que reflejan cuentas saldadas, cuentas a saldar. Un paso para conseguir otro equilibrio. Ya, aquí y ahora. Otro bienestar es posible.

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miércoles, 26 de febrero de 2014

Argentina: crece la industria de instrumentos musicales



Enlace y reseña de la nota publicada en LA NACION


En expansión

La industria de instrumentos musicales pasa un buen momento

La fabricación aumentó 10% en el último año y el sector facturó US$ 300 millones; la producción local de guitarras alcanza para abastecer a todo el mercado interno y promete más ampliación
Por   | LA NACION

Es un buen momento para los músicos locales, y no sólo por el éxito de sus temas y producciones. Los buenos vientos también vienen por el lado de la producción de los instrumentos que usan, que, cada vez más, son elaborados por manos locales: la industria de guitarras y baterías, entre otras, crece a buen ritmo y anuncia inversiones.
Según la Cámara Argentina de Fabricantes de Instrumentos musicales (Cafim), el mercado argentino de instrumentos y audio profesional tiene una facturación de 300 millones de dólares anuales dentro de los 15.500 millones del mercado mundial. Para Julián Berenstecher, presidente de la entidad, "el sector genera unos 2000 empleos directos y cerca de 10.000 puestos de trabajo indirectos". Y agrega: "Actualmente se exportan US$ 20 millones entre todos los fabricantes despachando sobre todo baterías, guitarras, amplificadores y cuerdas".
Hugo Martellotta, secretario y vocero de Cafim, reconoce que "actualmente el sector está un poco retraído por la actividad económica general, pero, sin embargo, los fabricantes están fuertes. Estimamos que la industria creció un 30% desde 2008 gracias, en parte, al régimen de sustitución de importaciones".
Y cuenta que en los últimos años se han hecho muchas inversiones, algunos fabricantes han agrandado sus plantas y se ha conseguido un mayor nivel de exportación y de presencia local. "La perspectiva es tratar de continuar creciendo. Pensamos que la economía tiene que mejorar y que esta industria tiene que despegar también", concluye.
Entre los principales fabricantes nacionales, hay muchos que han heredado el negocio familiar. Abocados al oficio profesionalizaron sus empresas y ampliaron su producción. Ése es el caso de Magma Strings, que está integrada por la tercera generación de una familia de músicos que se dedica a la producción de cuerdas desde hace 40 años. Como empresa nació en 2005 y desde entonces ha logrado posicionarse en el mercado como una de las líderes.
Lorena Medina, su directora comercial, cuenta que, si bien actualmente producen al 60% de su capacidad, lo que representa 38.000 encordados mensuales, exportan un tercio de su producción a más de 30 países. "El 80% de nuestros productos tiene materia prima importada, por eso, combinados con mano de obra especializada, son de alta calidad internacional."
Sin embargo, como desde 2008 hubo un crecimiento en promedio de 68% en la importación de cuerdas, nuestro sector se vio perjudicado porque ingresan sets de China a valores irrisorios de hasta un dólar, con los que es imposible competir.
Además, aunque todavía no recibieron beneficios con políticas de protección, no pierde las esperanzas: "Esperamos que se apoye a la producción nacional para seguir creciendo. Como este oficio es cultural y heredado, sería una lástima perderlo".
En 2012, Tevelam, una empresa que se dedicaba hasta entonces a la importación de productos y accesorios de electrónica, decidió invertir más de US$ 2 millones en un ambicioso proyecto: montar una fábrica de baterías acústicas.
Desde entonces, Baterías Legend produce 1600 baterías por mes, según estándares internacionales y con una madera argentina de calidad, la araucaria araucana. Además, exporta a Alemania, Italia, Uruguay y Brasil, y cuenta con una planta de 10.000 metros cuadrados, donde emplea a 35 operarios. Con 144 distribuidores, vende sus productos en distintos puntos del país.
En guitarras, una de las más grandes del rubro es Gracia, que fabrica 4000 unidades mensuales de 137 modelos distintos; abarca desde guitarras para niños hasta profesionales. Exporta a Uruguay, Chile, Brasil, EE.UU., Puerto Rico, Perú, Ecuador y en forma ocasional a Francia y Ucrania. Tiene 60 empleados y requiere un 80% de insumos nacionales. Jorge Italiano, su dueño, cuenta: "Entre abril y mayo estaremos mudándonos a una planta industrial cuatro veces más grande que la actual en el polo maderero de Hudson, sobre la autopista Buenos Aires-La Plata. Allí, estaríamos en condiciones de triplicar nuestra producción".
Italiano agrega el dato de que el consumo anual de guitarras a nivel nacional oscila entre 150.000 y 160.000 unidades. Y lleno de orgullo, dice: "Desde nuestra empresa abastecemos al 70% del mercado nacional y exportamos el 20% de lo que producimos. Antes del año 2008, cuando salieron las licencias no automáticas, toda la industria de guitarras estaba a punto de desaparecer. Desde entonces, el sector creció un 70%, y está en condiciones de abastecer a todo el mercado local y, además, de exportar".
Distinto es el caso de Bohemia Guitarras, que existe hace 50 años y es un negocio de herencia familiar. Pablo Carullo, uno de sus dueños, cuenta que actualmente se producen unas 15.000 guitarras anuales. "Gracias a las leyes de promoción industrial y protección hemos visto un aumento significativo desde 2003 y por eso hemos invertido en maquinaria y nos hemos ampliado", afirma.
Hoy cuentan con 15 empleados y venden guitarras criollas de diferentes calidades sólo en el mercado interno. "Antes teníamos un 30% de insumos importados que mejoraban nuestra competitividad en cuanto a precio y calidad. Pero como tuvimos problemas con las importaciones nos readaptamos y ahora usamos la totalidad de materias primas nacionales", cuenta.
Uno de los comercializadores más tradicionales de Buenos Aires es la Antigua Casa Núñez, una empresa que existe en el país desde 1870. Su dueño y presidente de la Cámara Argentina de la Música (Caimavi), Juan Carlos Bertello, cuenta que siempre han hecho guitarras clásicas, pero en este momento tienen tercerizada la producción en tres fábricas distintas, todas bajo las normas de fabricación de la casa. "Las que supervisamos desde el local son las guitarras finas, que hacen los luthiers acá", acota.
Antigua Casa Núñez vende por año alrededor de 12.000 guitarras. "Los modelos y precios varían de acuerdo con el tipo de construcción y la calidad de las maderas", explica Bertello.
En el local trabajan 20 empleados entre vendedores y luthiers. "Vendemos todo tipo de instrumentos musicales. En su mayoría importados porque en la Argentina sólo está cubierta la fabricación de guitarras. Del resto, sólo 5% es de origen nacional y estamos teniendo muchos problemas para importarlos", se lamenta.
Con una producción pequeña, el taller de luthería Yacopi existe en el país desde hace 64 años cuando José, su fundador, llegó desde España. Fernando Yacopi, miembro de la tercera generación de guitarreros, cuenta que "como nuestra forma de trabajar es artesanal, cada guitarra tiene entre 100 y 200 horas de fabricación" y por eso llevan un certificado de garantía y calidad..

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