Maria Schneider falleció anteayer, jueves, a los 58 años, tras una larga enfermedad, en la misma ciudad en que se desarrolló su cinta más renombrada.
Con su abundante cabello ensortijado, su carita de adolescente ingenua y curiosa, y una figura rebosante de sensualidad, surgió a la fama protagonizando, cuando tenía 19 años, Último tango en París, con Marlon Brando.
Años después reveló que la película -envuelta desde su estreno en feroces controversias, tanto que en Argentina y otros países sufrió prohibiciones por obscenidad y se expuso a complejas causas judiciales-, fue demasiado para ella,
- No era más que un bebé de 19 años. No es bueno ser famosa a esa edad. No tenía novios. Era virgen. Los efectos de esas escenas se acaban notando tarde o temprano, declaró al diario español El Mundo.
Hija de Marie-Christine Schneider, modelo, y del actor Daniel Gelin, que nunca la reconoció como su hija, desde Último tango en París vivió épocas tempestuosas. Padeció adicciones a drogas variadas, fue internada a raíz de una crisis nerviosa que se atribuyó a una relación amorosa con otra mujer -fue la primera estrella de cine que admitió pública y no veladamente un episodio de lesbianismo, y enfrentó algunos fracasos en una carrera de cuarenta títulos.
Así en otro reportaje evaluó que luego de Último tango…
- Perdió siete años de su vida, entre escándalos, drogas, un intento de suicidio y repulsión de sí misma.
Sin embargo en su carrera de más de 40 títulos se destacan, además del que mencionamos, El pasajero, de Michelangelo Antonioni, junto a Jack Nicholson, Just a gigoló, de David Hemmings con Marlene Dietrich, David Bowie y Kim Novak, además filmó con Gérard Depardieu, Alain Delon y fue dirigida por René Clement, Franco Zeffireli y otros. En 1980 obtuvo el premio César a la mejor actriz secundaria por su papel en La Dérobade. En Les Acteurs, 2000 retorna en un papel cuasi autobiográfico de actriz maldita.
En otro reportaje reveló
- No me interesaba ser una estrella y mucho menos una actriz considerada escandalosa; sólo quería hacer cine
En sus últimos años se especializó en papeles secundarios, alejados de resonancias sexuales, en obras de directores jóvenes. Su última aparición en el cine fue en La Cliente, 2009, de Josiane Balasko.
El ministro de la Cultura Frédéric Mitterrand, de Francia, recordó a María Schneider como imagen singularmente fuerte de la mujer actual que será recordada como una señal viviente y tangible de la libertad de las mujeres, siempre por reconquistar.
Con un enfoque distinto a los habituales, he hablado extensamente de Último tango en París en SER UNO Pasión en relaciones comprometidas.
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