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Palabra más, palabra menos, todos concordamos en buscar bienestar para nuestras vidas. Aun a quienes les gusta el jaleo, a quienes buscan problemas, a quienes revuelven desconsuelos, los guía la búsqueda del bienestar que sucederá a estas tempestades.

Avanzando, en el imaginario colectivo está resuelto qué es el bienestar: bien estar es estar bien.

Deslizamiento de tales cavilaciones, el paso siguiente para estar bien, es no estar mal y para ello se huye ante contratiempos y dificultades.

Pero pendientes las necesidades, por más que se postergue, se aplace o se demore su respuesta, las urgencias volverán.

Este blog trae situaciones de la vida que reflejan cuentas saldadas, cuentas a saldar. Un paso para conseguir otro equilibrio. Ya, aquí y ahora. Otro bienestar es posible.

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sábado, 19 de febrero de 2011

GRAN HERMANO EN LA REPÚBLICA DE TINELLI




En el imaginario social ha cobrado definición la República de Tinelli, aludiendo a un mundo superficial, chabacano y burlador. La frase es muy recurrida por críticos amateurs, opinadores expertos y analistas ampulosos para explicar los males de nuestra sociedad.

El programa de Marcelo Tinelli ocupa tres o cuatro noches durante la semana, según haya fútbol o no, totalizando, con la elasticidad de su horario de comienzo y de cierre, unas cinco a ocho horas de extensión.

Los programas de TV que se ocupan de su espectáculo, dedicándosele totalmente o por segmentos, suman unas ochenta horas semanales. Esto es sin contar los programas radiales. Ninguno de los comentaristas produce, se limitan a mostrar algunas escenas del ciclo de Tinelli, con el plus de las peleas entre participantes, de sus intrigas y la comidilla de sus intimidades.

Pero no es el único interés que despierta. Todos los años, en las dos décadas que está en el aire, se anuncia el fin de los programas de Marcelo Tinelli. Y todos los años sobrepasa los 40 puntos de rating. La audiencia lo ha seguido, además de fiel, renovándose con el crecimiento de la población.

Algún día alguien buscará otra interpretación acerca de su preponderancia y de la preferencia de sus espectadores.

 En estos momentos tenemos dos REALITY SHOWS en nuestra TV. Uno de ellos es GRAN HERMANO.  Se trata de una versión insospechada. Para el primer programa al estilo de GRAN HERMANO, en 1973 se instalaron las cámaras en el hogar de una familia y se mostraron las realidades tal como ocurrían. En estos días, HBO  lanza una cinta refiriendo esta primera exhibición. Para este programa nuestro de hoy, se hizo un casting de jóvenes anónimos para el gran público, semiprofesionales del mundo del espectáculo, que en su convivencia mantienen intrigas sin estridencias, acercamientos sexuales pautados como para no infringir normas legales, conflictos previos acordes a los intereses de nuestro tiempo. En cuanto a la realidad desnuda, bien, gracias.

El otro REALITY es SOÑANDO POR BAILAR, producción de Tinelli. Hubo un casting, adecuado, quienes ganen participarán del próximo concurso, no tienen conflictos exagerados, obvio, van a trabajar y nadie quiere un latoso al lado, sus intimidades guardan un delicado equilibrio, prudente, pues nadie quiere exhibir dramas que se le pueden volver en contra. Y la vida transcurre natural, tanto como puede darse cuando están compitiendo todos entre sí para ganar su puesto en el evento anual.

¿Qué tal? entonces, ¿dónde buscar la verdad? En la república de Tinelli.     

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