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Palabra más, palabra menos, todos concordamos en buscar bienestar para nuestras vidas. Aun a quienes les gusta el jaleo, a quienes buscan problemas, a quienes revuelven desconsuelos, los guía la búsqueda del bienestar que sucederá a estas tempestades.
Avanzando, en el imaginario colectivo está resuelto qué es el bienestar: bien estar es estar bien.
Deslizamiento de tales cavilaciones, el paso siguiente para estar bien, es no estar mal y para ello se huye ante contratiempos y dificultades.
Pero pendientes las necesidades, por más que se postergue, se aplace o se demore su respuesta, las urgencias volverán.
Este blog trae situaciones de la vida que reflejan cuentas saldadas, cuentas a saldar. Un paso para conseguir otro equilibrio. Ya, aquí y ahora. Otro bienestar es posible.
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sábado, 25 de junio de 2011
Mi recuerdo de Peter Falk, Columbo
Admirándolo, lo seguí más allá también. En el cine era el personaje de las ideas descabelladas, de los arrebatos inesperados, de la esperanza cuando todo parece perdido.
Reseñé uno de sus films en el Epílogo de CONSTRUCCIÓN DEL AMOR Acerca de relaciones duraderas,
Griffin & Phoenix: a Love Story, film para televisión, con Jill Clayburgh y Peter Falk, 1976, dirigida por Daryl Duke, figura en videotecas con el mismo título o Siempre hay tiempo para amar, cuenta la historia de un hombre y una mujer, que, pasados sus cincuenta años, se descubren desahuciados de cáncer terminal. Eligiendo la soledad, dejaron sus familias, alejándose para no compartir el deterioro final que sufrirían. Pero no se puede ir contra del amor. Se encuentran, se enamoran y viven su romance.
Las ganas de vivir de ambos, de amar, de morir enteros, no hablamos de amputaciones, hablamos de su capacidad de sentir.
Ella fallece en primer lugar. Él la ha acompañado hasta el final. No le basta. Visita su tumba en el cementerio. La lápida, nada formal, de la que ella en persona se ocupó de adelantar, antes de sus datos personales, tiene esculpido un saludo,
- Hi, Grif!
- ¡Hola, Grif!
El amor sobrepasó a la muerte.
No todo es tan feliz.
En la escena final, el operario de mantenimiento pinta un tanque de agua a veinte metros de altura. Con esa pintada borra una leyenda, enmarcada en un corazón, escrita por un enamorado, cincuentón, enfermo terminal y ya desaparecido,
- Phoenix & Griffin.
En ese orden, ella en primer lugar, a contramano el título de la cinta.
Existió un romance, existieron sus protagonistas, existieron sus recuerdos, cada vez más distantes en el tiempo, más lejanos en el mundo, más ignorados por las personas a las que amaron, por sus hijos. Eso no borra su historia, subsumida en otros romances, revivida por otros protagonistas, reaparecida en otros recuerdos, citada en otros verbos, dibujada en otras mentes.
En Aprendizajesadultos.blogspot.com puede leerse
Peter Falk, protagonista de Columbo, y su vida de superación
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