Viernes, 19 de septiembre de 2014
MUSICA › BOLEROS DE LA MANO DE DORITA CHAVEZ EN EL HALL DE LA ESTACION
La iniciativa, organizada por el Ministerio de
Cultura de la Nación y el Ministerio del Interior y Transporte, tuvo
como objetivo celebrar la pronta llegada de la primavera en un espacio
en el que la gente sólo está de paso. Y lo logró, sorpresa incluida.
Por Sergio Sánchez
La
delicada pero imponente voz de Dorita Chávez se abre paso entre
vendedores ambulantes, empleados de limpieza y miles de hombres y
mujeres que apuran el paso para no perder el tren. Sin prisa y con mucha
convicción, Dorita se sube a un pequeño escenario y libera de su
garganta un repertorio de boleros indiscutibles, que nadie puede parar
de tararear. En realidad, algunos tararean, miran atentamente y hasta se
animan a mover la cabeza. Otros, menos afortunados, corren hacia el
andén para no llegar tarde a casa. Es que durante una hora y media, el
hall de la estación de trenes de Constitución se convirtió ayer en un
salón de baile y música al ritmo del bolero. Organizada por el
Ministerio de Cultura de la Nación y el Ministerio del Interior y
Transporte, la iniciativa tuvo como objetivo celebrar la pronta llegada
de la primavera en un espacio en el que la gente sólo está de paso. O,
en otras palabras, darle otro sentido a un lugar de tránsito, rutinario y
hasta hostil.
Escoltada por tres músicos, Dorita, que lucía un vestido floreado,
arrancó con la popular “Dos gardenias” e inmediatamente tres parejas
–integrantes de la compañía de danza teatro Pleimovil– empezaron a
bailar en medio de la ronda que se había armado espontáneamente. Los
pibes y pibas sorprendieron con varias coreografías en homenaje al “mes
del amor”. Luego, una de las bailarinas quiso invitar a un chico a
bailar, pero a él lo venció la vergüenza y no se animó. Cerca de ellos,
un hombre de unos cuarenta años, se acomodó el bolso y encaró hacia la
pista. De fondo se escuchaba: “Me importas tú, y tú y nadie más que
tú...”, los versos de “Piel canela”. Pausa. Termina la primera
intervención. El público empieza a dispersarse y algunos recuerdan que
aún no compraron el boleto. Entonces, las filas de las boleterías
vuelven a crecer.
De pronto, llega un tren desde Avellaneda. Un grupo de policías se
aproxima hacia el hall. Algo pasa. “¡La acadé! ¡La acadé”, se escucha
cada vez más fuerte. Hinchas de Racing se dirigen hacia la cancha de
Huracán, para alentar a su equipo, que se medirá con Argentinos Juniors
por los cuartos de final de la Copa Argentina. Nada para preocuparse.
Los muchachos sólo quieren cantar y llegar a destino. Todo puede pasar
en el hall de Constitución. A veces, en el medio de la estación, un cura
entrega la comunión y charla con los pasajeros.
“Me pareció una excelente propuesta unificar la música, el baile y
la llegada de la primavera para la gente que no se lo espera, que viene
del laburo, que está cansada y quiere que llegue el fin de semana”,
destaca la cantante Dorita Chávez. “Es una forma de romper la rutina. La
idea es que parezca casual, pero detrás hay mucha producción. Varias
personas se acercaron y me dijeron que no iban generalmente a
espectáculos. Estaban muy agradecidas.” La dama dice que este espacio es
ideal para mostrar lo suyo a personas que no la conocen, para llegar a
otros públicos. “La primavera es la temporada más romántica del año,
donde todo florece”, concluye, con una sonrisa, y cuenta que eligió los
boleros más conocidos para que “la gente los tuviera en la oreja y
moviera la boca”.
La segunda intervención sucede. Pero otro público es el que se
arrima al escenario. La frase “el público se renueva” cobra más sentido
en este contexto. Suena “Sabor a mí” de los labios de Dorita y un grupo
de chicos se quedan hipnotizados. Ella se acerca y les dedica la
canción. Mientras baja nuevamente del escenario, la pantalla gigante del
hall muestra el resumen de los partidos del domingo. Un tren sale y
todo retoma su curso normal.
Gracias Gustavo!
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