Las calles de Tokio ofrecen sin ruborizarse toda clase de publicidad y servicios sexuales. Los ciudadanos los toman con la misma naturalidad con la que comen sushi o compran el último modelo de iPhone. Pero el último videojuego de Oculus Rift despertó la polémica: el dispositivo para 3D Gaming además de un visor virtual incluye un busto de mujer hecho de goma espuma, cubierto por una camisa apretada, en tamaño real.
Los usuarios pueden sentir la experiencia de tocar a la "modelo" con sus manos mientras juegan. Cuando aprietan los senos de goma espuma de la muñeca, ella empieza a gritar, dándole golpes del otro lado de la pantalla, para después cubrir su pecho con los brazos y, ultrajada, girar los ojos al suelo.

El nuevo juego llega después de La novia virtual, un éxito en ventas exclusivo para hombres. El comportamiento de la muñeca era totalmente sometido a la voluntad del usuario.
La industria sexual nipona genera 20 mil millones de euros al año. Implica el 1% del PBI. Un documental titulado "El Imperio de los SinSexo" indica que el 70% de la población no tiene relaciones sexuales. Asegura que los ciudadanos evitan el flirteo, la conquista, la interacción con el otro, dedicándose absolutamente al estudio y al trabajo.