de
Tiempo Argentino
Skype, WhatsApp, Facebook y Viber son algunos de los
vehículos que permiten fluidez en relaciones divididas por grandes
territorios. Especialistas en tecnología hablan del avance del fenómeno y
los protagonistas dan testimonio.
Florencia Halfon-Laksman
Cuando
Romina Bulacio Sak se fue a vivir dos años a Bologna, Italia, su método
habitual para comunicarse con aquellos amigos que había dejado en la
Argentina era vía mail o a través de una tarjeta prepaga, bastante
costosa, que le permitía tener unos pocos minutos de conversación con
alguien que estuviera en un teléfono de línea. A veces lo hacía también
por celular, pero eran momentos de lujo porque costaba todavía más y se
consumía demasiado rápido. Eso fue apenas cinco años atrás, pero en su
nuevo viaje a Italia, el último, la cosa cambió: la tecnología en redes
sociales y la proliferación de teléfonos inteligentes le permitió
vincularse con sus amigos de manera cotidiana, con la ventaja de
conversar en videoconferencia sin temor a que se corte o enviarles fotos
de las calles por las que transitaba.
"En los últimos dos años hubo un vuelco: pasamos de una Internet de
palabras a una mucho más visual. Además, la tecnología elimina barreras
y aumenta el volumen de lo que queremos transmitir", resume Alejandro
Zuzenberg, director de Facebook en América del Sur, para evidenciar cómo
esa red, Skype, WhatsApp y Viber son algunos de los vehículos que
permiten fluidez en amistades profundas, divididas por grandes
territorios.
"Mi viaje a Bologna duró un año y medio por un máster en Innovación
Cultural, y después vino la pasantía por seis meses en Berlín
(Alemania). Por un lado, hice muchos amigos de distintas partes del
mundo, pero además, obvio, quería estar en contacto con los argentinos.
Por eso, antes de viajar, me hice una cuenta de Facebook y especialista
en Skype", detalla Romina, de 31 años, cuyo panorama se modificó antes
del nuevo vuelo hacia Europa, el año pasado: "Estuve ocho meses en
Florencia, en un programa de especialización en teatro físico, y ahí no
sólo necesitaba contactar a mis amigos sino sobre todo a una de ellas,
Natalia Chami, con quien desde el 2012 estamos haciendo Usted Está
Aquí". Lo dice en referencia a la exitosa experiencia teatral que sigue
en cartel en Ciudad Cultural Konex y que le requería tomar decisiones
con su socia a distancia.
En ese viaje, los mails se transformaron en mensajes privados por
Facebook y la comunicación por Skype siguió siendo moneda corriente,
pero esta vez todo era por medio del teléfono: “Lo primero que hice
cuando llegué fue comprarme uno y lo usaba en la calle para hacer
videoconferencias. Así les mostraba a mis amigos por dónde estaba
caminando".
Allá corría con la ventaja del alcance del 3G en todas partes, algo
que es más complicado en la ciudad de Buenos Aires, desde donde se
conecta con sus amigos del exterior por computadora desde su casa o en
la calle vía WhatsApp: “Me gusta mandarles mensajes de voz por esa vía
porque siento que acerca más que el texto", precisa.
Zuzenberg es optimista en cuanto al alcance de la señal en el país:
"Los usuarios en Argentina demandamos mucho más servicio del que hay
disponible. No dejamos ancho de banda sin usar. Somos demasiado
sociables. Estoy seguro de que los problemas de conexión se van a ir
modificando, sobre todo con la llegada del 4G”.
Laura Pérez tiene 39 años, es mendocina y hace tiempo que armó su
vida en Buenos Aires. Junto a su amiga Ana Rodríguez, también de
Mendoza, estudió la carrera de Ciencias de la Comunicación en la
Universidad Nacional de Cuyo y allí se convirtieron en amigas muy
cercanas. Se graduaron en plena crisis laboral, en 2001, y Ana decidió
probar suerte en Santiago de Chile, adonde consiguió un importante
puesto como directora de comunicación de una empresa. Laura se mudó a
Buenos Aires después de conseguir una beca de posgrado.
Hace 13 años que son amigas a distancia. Los últimos cuatro, Ana
vivió en Madrid, España, donde termina un doctorado. "Al principio nos
comunicábamos por mail y cada semana, por teléfono. A medida que pasó el
tiempo, el chat, primero vía Yahoo! y luego por Gtalk, se hizo
cotidiano, y hemos mantenido una amistad mediada por la tecnología de
una forma muy activa", se entusiasma Laura.
Las charlas entre ambas no son de cortesía: se revelan cosas
importantes. Laura da precisiones: "Una tarde me contó que había
conocido a alguien. Ese alguien hoy es su marido. Igual, no todos son
'grandes temas'. Suele pedirme que haga de puente con sus padres, que
están en Mendoza y no tienen un vínculo cotidiano con la computadora.
Creo que nuestra amistad se mantuvo intacta y muy cercana gracias a la
tecnología, sobre todo cuando la obligué a comprarse un smartphone para
que se instalara WhatsApp”. Esa adquisición les permite decirse frases
como "Bancame que me hago un mate" o "Esperá que suena el timbre" y
hasta mandarse fotos de los zapatos que están viendo en una vidriera.
El caso de Ana María Carrera es distinto: vive en Buenos Aires hace
casi cinco años pero es uruguaya. Trabaja como arquitecta y
desarrollista de emprendimientos inmobiliarios. Quizás por los
inconvenientes con la conexión callejera o por sus tiempos de madre
primeriza, cuenta que vía WhatsApp mantiene una conexión cotidiana con
sus amigos pero "sin profundidad" y considera que "para lo más profundo y
verdadero, hay que llamarse por teléfono". A la vieja usanza, Ana cree
que "para mantener una relación profunda es necesario el contacto
físico" y asegura: "Tengo que esperar al cara a cara, que hoy es cada
vez menos frecuente. En mi experiencia, la distancia resultó como un
gran colador. Fue una buena forma de ver cuáles son las amistades no
tóxicas, a las que vale la pena dedicarles tiempo y amor".
Luciano Cardinali es productor de medios. Como asesor televisivo de
la empresa inglesa Fremantlemedia, su trabajo es producir en los países
de Latinoamérica y habla hispana que compran sus formatos, lo cual
desde hace cuatro años lo lleva a vivir en Puerto Rico, Estados Unidos,
México y Colombia. "Creo que el gran cambio se dio a partir de los
smartphones. Recuerdo mirar con asombro cómo, de un momento al otro, me
estaba comunicando 'gratis' con cualquier parte del mundo. Se eliminaron
las distancias", analiza.
Hoy su mayor vía de comunicación es la aplicación Viber, que le
permite hacer llamadas gratuitas de teléfono y enviarse mensajes de
texto gratis con cualquier persona que la haya instalado. También se
maneja con Line y Tango, que son sistemas similares. "En la oficina, lo
que reina es Skype. Pero para la diaria, para el llamado a un amigo en
el momento justo, Viber se lleva todos los premios", cuenta, aunque
advierte que "todavía hay un claro desconocimiento de determinadas
herramientas" y es él quien impulsa a sus amigos a bajarse las
aplicaciones para que puedan charlar seguido.
Luciano sintetiza: "La distancia impacta en cualquier relación,
sobre todo por cómo somos los argentinos con los encuentros y el café.
Pero con estas herramientas cualquier relación de amistad se mantiene
actualizada y viva. Hay que tener tres cosas: un amigo, un buen teléfono
y una buena conexión". «
Los latinos pasan más de diez horas al mes conectados a redes
Una encuesta de la AIMC (Asociación para la Investigación de Medios
de Comunicación) dice que el principal uso dado a las redes sociales se
enfoca en la amistad (mencionado por el 79,7% de los encuestados),
seguido por razones familiares (49,8%).
Según expertos de Intel, hay una gran conexión entre la amistad y
el consumo de dispositivos portables. “El uso de la tecnología móvil
como tablets y smartphones ha cambiado la manera de hacer y mantener
amistades. El uso de plataformas online sociales en estos dispositivos
ha generado que las personas intercambien experiencias, vínculos, ideas y
opiniones”, explicó Mariela Bravo, Gerente de Consumo de Intel para
Cono Sur.
Según la compañía ComScore, la penetración de internet en la región
fue la que más creció durante 2013 (12%), alcanzando más de 147
millones de visitantes conectados, muchos de ellos a través de las
diversas y variadas redes sociales existentes en la actualidad. El 8,1%
de los usuarios latinoamericanos utiliza dispositivos móviles para
conectarse. Según el mismo estudio de ComScore, los latinos pasan más de
10 horas al mes conectados a las redes sociales, duplicando el promedio
de consumo global. Cinco de los 10 mercados que más se involucran con
contenido social en todo el mundo se ubican en América Latina.
Facebook, Twitter y Linkedin son, según eMarketer, las plataformas
que lideran las preferencias entre los usuarios, llegando a quintuplicar
su cantidad de usuarios conectados en los últimos tres años. Este
aumento de conexiones repercute fuertemente en la cantidad de contenido
que se produce. Un ejemplo es Facebook, plataforma social que en 2010
permitió compartir semanalmente 3.500 mil millones de piezas de
contenido. Hoy los usuarios crean 90 publicaciones al mes, hasta 10
veces más que lo que hacían antes.
"De un libro al lugar de novedades"