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Palabra más, palabra menos, todos concordamos en buscar bienestar para nuestras vidas. Aun a quienes les gusta el jaleo, a quienes buscan problemas, a quienes revuelven desconsuelos, los guía la búsqueda del bienestar que sucederá a estas tempestades.

Avanzando, en el imaginario colectivo está resuelto qué es el bienestar: bien estar es estar bien.

Deslizamiento de tales cavilaciones, el paso siguiente para estar bien, es no estar mal y para ello se huye ante contratiempos y dificultades.

Pero pendientes las necesidades, por más que se postergue, se aplace o se demore su respuesta, las urgencias volverán.

Este blog trae situaciones de la vida que reflejan cuentas saldadas, cuentas a saldar. Un paso para conseguir otro equilibrio. Ya, aquí y ahora. Otro bienestar es posible.

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domingo, 14 de diciembre de 2014

Remando la historia: Hermética y los Redondos en los tangos de La Vidú

de


La vidú

Tangos ricoteros para las tribus del conurbano

La orquesta versiona clásicos de Hermética y los Redondos, y canta sus temas
Por   | LA NACION
Facundo Rádice tiene la pinta de Ricardo Iorio y la voz del Indio Solari, pero canta tangos en la orquesta La Vidú. "De Pacheco a la Paternal, de Dock Sud a 3 de Febrero, mil amigos con el corazón esperan esta canción. Para atravesar el trago amargo de este mal momento. Mientras el mundo, policía y ladrón, me bautiza sonriendo, gil trabajador", versiona Rádice. El clásico de Hermética en compás tanguero, que está incluido en el disco Remando la historia de la orquesta típica La Vidú, es un guiño generacional. "El espíritu nuestro viene del rock porque nos criamos con eso y nos gusta esa actitud desprejuiciada. Somos los de la generación rockera que volvimos al tango porque somos de acá", dice enfático Gabriel Bartolomei, director de la orquesta, compositor y violinista.
En Remando la historia, nueve de las doce canciones son de diferentes integrantes del grupo. Pero "Gil trabajador" es uno de los "hits" de sus conciertos. "Para mí es un tangazo. Siempre hubo una continuidad del tango en el rock. La poesía del rock tiene todo el tango y los giros armónicos, también. Pero esta versión surgió porque hace muchos años mi mejor amigo Yoyo vino con el disco Ácido argentino de Hermética a mi casa. Por esa época yo escuchaba Spinetta, Fito Páez y tocaba cosas de Bach y Beethoven. Cuando lo trajo me dijo: «Escucha esto que te va a romper la cabeza». Me prestó el vinilo por diez días y se quedó en mi casa toda la vida. La base del arreglo tanguero de «Gil trabajador» salió escuchando ese vinilo en un tocadiscos que todavía tengo en mi casa", relata Bartolomei.
En ese cruce entre la letra densa del grupo Hermética, el paisaje conurbano de Florencio Varela donde se criaron, el espíritu nómade de una banda de catorce integrantes que se moviliza en tren y la organización cooperativa de Osvaldo Pugliese, crece la historia de esta orquesta típica. Dos discos, grabados en los míticos estudios Ion, y casi diez años de historia le alcanzaron a la orquesta típica La Vidú para transformarse en una de las agrupaciones con más seguidores propios y con una fidelidad casi ricotera. A través de sus versiones tangueras de temas de los Redondos como "Blues de la artillería" del primer disco y "Esa estrella era mi lujo" de su nuevo trabajo, junto a sus nuevas composiciones, crean la mística de una ceremonia rockera. Parte de esa misa "vidulera" se repetirá hoy, a las 22, en el CAFF, Sánchez de Bustamante 764.
"No estoy de acuerdo con esa pose del tanguero solemne y que sube con el moñito, porque nuestra manera de vivir es más libre. En los principios de La Vidú nos poníamos camisa negra y zapatos de vestir. Pero en un momento nos dimos cuenta de que Troilo se subía así vestido porque también se vestía así en su casa. Entonces si en nuestra vida andamos con jeans tenemos que subir igual, como somos en nuestra vida cotidiana. Con los tangos nuestros pasa lo mismo. Todo lo que decimos tiene que ver con nuestra vida cotidiana en el barrio. No es algo abstracto o algo que inventamos. El personaje soy yo, vos o alguien que conocí en Varela. Por ahí viene la mano", cuenta Bartolomei, que se crió escuchando Bach, Pugliese, Spinetta, Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota y Hermética.
Todos los integrantes de La Vidú tienen entre 20 y 35 años y eso explica la empatía generacional que despiertan en un público que va creciendo con ellos y con sus nuevos tangos, como antes lo hacían con las canciones del rock. Ese nuevo repertorio de tangos viene a demostrar la necesidad de encontrar una voz propia dentro de la escena de las nuevas típicas.
"Para nosotros el tango era algo inalcanzable-confiesa el director de la típica-. Pero de a poquito fuimos entrando en ese mundo y ahora, sin pecar de soberbio, siento que nosotros somos el tango. No lo digo por La Vidú sino por todas las orquestas de hoy que componen sus temas. Ya no tenemos temor o vergüenza. Para nosotros, hacer un tango ahora es tan natural como era hace 20 años componer un rock. Sale de adentro, sin prejuicios.".

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