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y reseña de la nota publicada en Tiempo Argentino
Es la nueva tendencia de las jóvenes en las vacaciones
playeras: tomar en la "previa" y, para no aumentar los gastos, esperar a
que ellos les ofrezcan tragos. "Tiene que ver con los precios", dicen. Y
los hombres protestan...
Cada
tanto, alguna te manguea un trago porque todavía no está en pedo",
cuenta Estevie, de 18 años, mientras camina con Javier y Nicolás, sus
amigos de apenas uno y dos años más respectivamente. Son cerca de las
siete de la tarde y pasean por una concurrida Bunge, la avenida céntrica
del municipio bonaerense de Pinamar que desemboca en la costa. Están
haciendo tiempo durante la siesta del resto del grupo, al regreso de la
playa. Porque los adolescentes en vacaciones salen de noche, pero eligen
no perderse las horas de mar y juegos sobre la arena. Parte de lo que
relata Estevie es reconocido incluso por las chicas: ellas prefieren
consumir alcohol solamente en la previa. Cuando están en el boliche,
sólo lo hacen si ellos invitan.
"La posta de la previa tiene que ver con los precios", justifica
Denise Brouchy, de 19 años, y cuenta su experiencia: "En el boliche, el
Cuba Libre sale 50 pesos. En el supermercado, la botella de alcohol vale
70 y con eso tomamos todas. Encima, en el supermercado tenés descuento
con algunas tarjetas", celebra.
Denise y su amiga Clara detallan que algunas veces sí toman alcohol
en locales nocturnos pero argumentan que son pocas las chances porque,
en general, ellos no suelen invitar. "Maso", calculan a ojo. "No son tan
caballeros como antes", dice Camila Ceballos, de 18, en la puerta de
Sobremonte, la disco más concurrida por adolescentes en Mar del Plata.
"Igual, tomamos cuando nos invitan pero sólo si vemos cuando lo sirve el
barman. Si llegan con el vaso, mejor desconfiar", advierte su amiga,
Sacha Asaro.
En ese boliche, como parte de una campaña del gobierno bonaerense
para que los jóvenes se diviertan sin alcohol, hay tests voluntarios de
alcoholemia. El que lo supera, puede entrar gratis (ver aparte).
Hay situaciones en que la resistencia de las chicas por pagar
tragos es directamente proporcional al aumento que hubo en sus entradas a
locales bailables. "No hay más ingresos free. Ahora la onda es
cobrarnos 2x1", reclama Sofía, volviendo de la playa con sus amigas
Valentina, Soledad, Micaela y María, todas rosarinas de 18 años, con
quienes arranca la previa a la medianoche, a base de fernet, vodka y
licores. Recién pasadas las 2, de acercan al boliche Ku, un complejo
enorme de barras y pistas en la costanera de Pinamar, que tiene una
entrada anticipada de 110 pesos y permite con ella que pasen dos
mujeres, pero en la puerta puede valer hasta el doble. El relacionista
público de esa disco, Mike Cameroni, detalla que martes, jueves y
domingos la entrada será más económica y quizás incluya una consumición.
En el caso de Pueblo Límite, otra discoteca pinamarense, algunos
días las chicas pueden entrar gratis pero los chicos pagan 200 pesos la
entrada, que incluye un champagne de marca Renaissance y tres latas de
energizantes. En Ku, ese mismo combo cuesta 150 pesos, aunque en el VIP
sube a 200, donde el Baron B alcanza los 400. Los precios son parecidos a
los que se ven en Mar del Plata para adolescentes, pero los mayores de
20 se concentran en una serie de boliches ubicados en la zona de Playa
Grande, donde las chicas no pueden entrar de zapatillas y el mismo
champagne, con una sola lata de energizante, cuesta 280.
Por las tardes, cuando las nubes empiezan a cubrir las playas de la
Costa Atlántica, el viento se ocupa de invertir el clima por completo y
hacer bajar la temperatura de manera contundente. En pocos minutos, la
multitud que invade las playas céntricas se desconcentra y avanza hacia
la organización de la noche que se avecina. Es ahí cuando ciertas
esquinas estratégicas se pueblan de los ya clásicos "tarjeteros", que
venden entradas anticipadas, siempre que logren convencer a los jóvenes
de que les conviene elegirlos. De eso se encarga, por ejemplo, Tobías
Kuremeno, de Pueblo Límite, quien confirma que "en lo que va de
temporada, las chicas no están comprando tragos porque los manguean; el
año pasado compraban más". Tobías se anima a hacer comparaciones porque
los últimos cinco años de sus 27 tuvo la misma tarea en la costa. "Otra
novedad de este año es que antes nos costaba que los adolescentes se
coparan con la pista electrónica porque les divertía el cachengue; en
cambio, ahora se meten más", advierte.
Los tarjeteros de Ku celebran que este año pudieron hacer un mejor
acuerdo económico con las autoridades del boliche, incluyendo comida,
bebidas y transporte, y subrayan que otra de las sorpresas de la
temporada es la mayor inversión en fiestas, DJs invitados y bandas en
vivo.
Dos Florencias, Pilar y Moni, todas de 18, posan para la foto como
si fueran profesionales. Son rosarinas, y advierten no están dispuestas a
pagar un solo peso para tomar alcohol en las discotecas. "Obvio. Que
paguen ellos", dice Moni Sanguinetti, acomodándose sus rulos.
Aunque algunas veces estén dispuestos a invitar a las chicas, los
varones protestan por la cantidad de dinero que gastan por día, que no
sólo incluye el pago de los tragos bolicheros, sino también las bebidas
que se compran en la previa. Los amigos de Estevie calculan un gasto de
entre 250 y 300 pesos diarios, sin contar el alojamiento, pero confiesan
que "se gana" por otro lado y se esperanzan con las salidas: "Con
tantas chicas que hay, alguna te tiene que dar bola." «
Si no consumen, entran gratis
El gobierno bonaerense viene implementando este año una campaña que
se llama "Manejá lo que tomás", y busca "disociar la diversión del
alcohol". Por eso, desde los primeros días del mes hay test voluntarios
entre las 2 y las 4 de la mañana en las discotecas La Normandina y
Sobremonte, los dos boliches más grandes de Mar del Plata, con el
objetivo de "reducir el consumo problemático de bebidas alcohólicas".
"Si les da cero gramos de alcohol en sangre, podrán ingresar gratis",
explicaron desde el Ministerio de Salud bonaerense.
La propuesta no es para todos los días, de manera que los chicos
vayan sin tomar, ante la posibilidad de hacer el test y entrar de manera
gratuita.
Desde el Ministerio de Salud bonaerense vienen fortaleciendo "las
guardias hospitalarias de Santa Teresita, Mar de Ajó, Pinamar, Villa
Gesell, Mar del Plata y Necochea con personal especializado en
adicciones", sumado a los controles de alcoholemia sorpresivos para los
conductores.
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