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Palabra más, palabra menos, todos concordamos en buscar bienestar para nuestras vidas. Aun a quienes les gusta el jaleo, a quienes buscan problemas, a quienes revuelven desconsuelos, los guía la búsqueda del bienestar que sucederá a estas tempestades.

Avanzando, en el imaginario colectivo está resuelto qué es el bienestar: bien estar es estar bien.

Deslizamiento de tales cavilaciones, el paso siguiente para estar bien, es no estar mal y para ello se huye ante contratiempos y dificultades.

Pero pendientes las necesidades, por más que se postergue, se aplace o se demore su respuesta, las urgencias volverán.

Este blog trae situaciones de la vida que reflejan cuentas saldadas, cuentas a saldar. Un paso para conseguir otro equilibrio. Ya, aquí y ahora. Otro bienestar es posible.

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viernes, 31 de enero de 2014

China: un hombre comió gratuitamente durante un año gracias a su pasaje aéreo

 

Enlace y reseña de la nota publicada en Clarín

Usó un pasaje aéreo para comer gratis todo un año

Por Mariano Vidal

Un hombre logró vivir casi todo un año comiendo gratis en el VIP de un aeropuerto. Fue por que sacó un pasaje de primera clase, que cambiaba de fecha cada día para poder seguir entrando a la terminal.

28/01/14 - 15:26

Si el personaje de Tom Hanks en La Terminal hubiese juntado unas monedas más y viajado en Primera Clase, quizás no hubiera sufrido tanto estar encerrado en el Aeropuerto de Nueva York durante tanto tiempo. En lugar de recorrer locales de comida todo el día, podría haberse instalado en el VIP de la aerolínea, como hizo un hombre en China durante el último año, que sistemáticamente cambiaba su pasaje aéreo para poder seguir comiendo gratis en el salón exclusivo del aeropuerto.

La insólita historia fue revelada por el diario chino Kwong Wah Yit Poh, y levantada por medios de todo el mundo. El hombre -cuyo nombre no trascendió- compró un billete de primera clase en la aerolínea China Eastern. La misma cuenta con un salón VIP en el aeropuerto de Xi'an, en Shaanxi, donde el hombre iba cada día con su pasaje, listo para esperar por un avión que nunca tomaba, ya que cambiaba las fecha de los tickets para poder volver al día siguiente y repetir la operatoria. En ese salón VIP, el falso pasajero almorzó y cenó durante casi todo un año.

El desenlace es aún mejor que la historia. Un empleado de la China Eastern Airlines se dio cuenta de la avivada de este hombre, luego de percatarse que había cambiado su vuelo más de 300 veces en un año. Pero la operatoria era completamente válida, y portavoces de la compañía aseguraron que no podrían haber hecho nada para detenerlo, pues estaba dentro de la ley, aún cuando sospecharan que el hombre estaba embaucándolos. Unos días antes de la fecha de vencimiento del pasaje, el chino simplemente pidió el reembolso del ticket, recibió su dinero, y volvió a su casa. Al flagelo de tener que cocinarse por sí mismo.

jueves, 30 de enero de 2014

Paraná: Intentaron linchar a un hombre denunciado por abuso de un menor

 

Enlace y reseña de la nota publicada en elonce.com

Intentaron linchar a un hombre denunciado por el supuesto abuso de un menor

19:58 Hs | La madre de un niño de 9 años denunció en la Policía que su hijo fue abusado por un hombre del barrio Anacleto Medina. Esta tarde, un grupo de familiares y vecinos intentó lincharlo, cuando era detenido, se indicó a Elonce TV.
Este martes, alrededor de las 15:30, un grupo de personas intentó “linchar” a un hombre, denunciado por haber cometido un supuesto abuso sexual a un menor, en inmediaciones de Calle Mil, en el barrio Anacleto Medina de Paraná.

“El mayor habría abusado de un menor oficial”, confirmó el inspector Julián Ludi, quien indicó que esta tarde, cuando tomaron conocimiento del hecho, notificaron al Juzgado de Instrucción Nº2 en turno, desde donde se libró un oficio, que habilitó la detención del hombre, de 40 años.

Personal policial concurrió al lugar, “al tomar conocimiento de que el grupo de familiares y vecinos querían atentar contra el acusado”. Y “si bien la vivienda fue agredida con piedras, entre otros elementos, se logró sacar al masculino del domicilio y trasladarlo a la Alcaidía de Tribunales”, acotó.

Los hechos no dejaron policías de la Comisaría Novena ni móviles lesionados, según confirmó el funcionario policial. “En el momento de sacar al masculino de el casa, de la misma euforia, pudo haber habido algún que otro golpe”, precisó Ludi. Elonce.com

miércoles, 29 de enero de 2014

Francisco en la portada de la revista Rolling Stone

 Enlace y reseña de la nota publicada en Tiempo Argentino

 

El Papa Francisco será portada de la revista norteamericana Rolling Stone

El argentino protagonizará la edición que saldrá a la venta el viernes por encarnar "un quiebre importante desde la tradición del Vaticano". Es la primera vez que un Pontífice es la imagen de la famosa publicación musical.

Por:
Tiempo Argentino
El último diciembre fue portada de la revista Time, elegido como el personaje del año 2013. Fue, también, tapa de innumerables diarios y revistas de todo el mundo, publicaciones de variada temática; protagonista de informes de televisión y noticia en las radios de aquí y allá. Y ahora, ya 2014, Jorge Bergoglio en su rol de Papa Francisco será la imagen de la próxima edición norteamericana de la Rolling Stone.
Bajo el título "The Times They Are A-Changin", en alusión a un tema de Bob Dylan, Francisco encabeza la tapa de la publicación que, según se anticipa, viene con un extenso reportaje sobre el Sumo Pontífice. Un periodista viajó especialmente al Vaticano para escribir sobre el Papa, y la parte del texto que se conoció se enfoca en lo que la mayoría: elogios. "Está haciendo un quiebre importante desde la tradición del Vaticano, encarando cuestiones políticas y presentando una actitud más inclusiva hacia los Derechos Humanos… y que los católicos aprecian."
El artículo resalta que "en menos de un año desde que su papado comenzó", Francisco "ha hecho mucho para separarse de los Papas anteriores y establecerse como 'el Papa de la gente'", mote que en las alabanzas mediáticas no es nuevo. "Francisco eligió no vivir en el palacio papal, sino alojarse en la casa de huéspedes del Vaticano, liberándose así del aislamiento de los clérigos vaticanos. Se mueve en un Ford Focus en lugar de usar una limusina con chofer, paga sus gastos y mantiene su agenda", dice la nota de la revista originalmente musical.
"Los tiempos cambian", dice la Rolling Stone basándose en la canción de Dylan, y en eso se enfoca el reportaje. Tanto que es la primera vez que la revista norteamericana incluye a un Papa en su tapa, aunque sí ha habido políticos y deportistas que llegaron a ese lugar.
En el texto –escrito por el periodista Mark Binelli– hay una comparación –elogiosa para el argentino, desde ya– entre Francisco y Benedicto XVI, el antecesor. "Además de ofrecer una alternativa más amigable que Benedicto XVI –el primer Papa en dimitir a su cargo en 700 años y que tenía un punto de vista mucho más draconiano sobre la homosexualidad y restó importancia a las acusaciones de pedofilia lanzadas a los sacerdotes–, el Papa Francisco ha iniciado investigaciones sobre la posible corrupción dentro de la iglesia. Ha explorado maneras de lidiar con el problema de la pedofilia, la búsqueda de medios para tomar medidas y brindar asesoramiento a las víctimas".
También, sostienen en la venta de adelanto, "Rolling Stone presenta al Papa como un hombre atado a la tradición religiosa, por un lado, y la lucha para llevar a la Iglesia a una nueva era con la otra. Como la portada indica, 'Los tiempos están cambiando'".
Desde que Bergoglio fue elegido como nuevo Papa, se generó una especie de revolución. Francisco se acercó más a la gente, participó de eventos sin la solemnidad de otros pontífices y desde su discurso se motró más abierto, dentro de la ortodoxia clerical. Las repercusiones que tuvo y tiene (incluyendo el boom en las redes sociales, como sus cuentas de Twitter con millones de seguidores) lo dejan en claro. Es, una vez más, el hombre de la tapa.   «



en busca de la reliquia
Unos 50 carabineros (de la policía militar) italianos recomenzaron, tras la nevada del lunes, la búsqueda de la reliquia perteneciente a Juan Pablo II que fue robada el último sábado de la pequeña iglesia de San Pietro della lenca, en L'Aquila, en la región italiana de Los Bruzos. Junto a los policías hay perros adiestrados para estos acontecimientos.
La reliquia es un pequeño trozo de tela de la sotana de Juan Pablo II que quedó manchada de sangre durante el atentado que sufrió en la Plaza de San Pedro el 13 de mayo de 1981, informó la agencia Efe. Según explicó el presidente de la asociación cultural San Pietro della Ienca a los medios italianos, la reliquia es de gran importancia ya que sólo existen tres con la sangre del Papa polaco.
En 2011, el histórico secretario de Juan Pablo II, el cardenal Stanislaw Dziwisz, entregó a la comunidad de Los Abruzzo esta reliquia como "una muestra de su amor hacia la montaña".
Juan Pablo II, que será santificado el próximo 27 de abril, se encontraba muy unido a la zona donde se erige el pequeño santuario donde se ha cometido el robo, al encontrarse muy cerca de la montaña de Gran Sasso, cerca de los Apeninos, donde el Papa Woytila acudía con cierta frecuencia a pasear, meditar e incluso esquiar.
La Fiscalía de L'Aquila ha abierto una investigación para esclarecer los posibles motivos de este robo.



322 días pasaron desde que Jorge Bergoglio fue elegido como nuevo líder de la Iglesia Católica. Fue el 13 de marzo de 2013.

súper papa en roma
Un grafiti con la imagen del Papa Francisco representando a un superhéroe apareció en una calle romana cercana al Vaticano, según compartió la cuenta de Twitter del Consejo Pontificio de la Comunicación Social. El "Súper Papa" fue pintado en la calle Plauto justo cuando se conoció que Franciso sería portada de la Rolling Stone.

martes, 28 de enero de 2014

Buscando hoy a un hermano perdido en la II Guerra Mundial


Enlace y reseña de la nota publicada en Clarín

 

Perdimos a mi hermano en la Segunda Guerra: aún lo busco

 

Por Diana Wang Psicóloga, Presidenta De “Generaciones De La Shoá”. Autora De “los Niños Escondidos” Y De “hijos De La Guerra”.

Decisión terrible. Cuando los nazis entraron a Polonia, los padres de la autora, judíos, ya tenían un hijo de dos años. Lo entregaron a una familia católica a ver si lograban salvarlo. Al finalizar la guerra les anunciaron que había muerto pero no les supieron decir dónde estaba enterrado. Persiste la duda de si les dijeron la verdad.
Antes del Holocausto. Zenus, poco antes de la separación obligada de sus padres. Es la única imagen que guarda su hermana: sabe que si él sobrevivió seguramente le ocultaron su origen e identidad.
 

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24/01/14
Por qué uno buscaría a alguien que no conoció? Yo vengo buscando desde siempre a mi hermanito Zenus perdido en Polonia durante la ocupación nazi. Su foto era el tesoro más grande que había en mi casa. Este niñito rubio comparte conmigo el ADN familiar. Pero no lo sabe. ¿Habrá sobrevivido?
¿También él me buscará?
¿Qué le contaron cuando comenzaron sus preguntas? ¿Hizo preguntas? ¿Sabía que había nacido judío? Cuando se veía circunciso, ¿cómo lo entendía y procesaba? Su ausencia ha llenado mi vida de preguntas.
De chica eran: ¿Se parecerá a mí? ¿Le gustará cantar tanto como me gusta a mí? ¿Por qué lo abandonaron? ¿No lo querían?
¿Se habrá portado mal? ¿Podrían mis padres dejarme a mí si no me porto bien?
Durante mi adolescencia lo veía en mis sueños y pesadillas. Era como un fantasma que siempre podía aparecer. Cuando llegaba un barco polaco me iba al puerto a hablar con los marineros.
Miraba cada cara, los colores, el pelo, los ojos, buscando parecidos, familiaridades. Tal vez, quién te dice, mirá si es alguno de ellos… y en mi trabajoso polaco les preguntaba de dónde eran, cómo se llamaban sus padres, cuándo habían nacido, si tenían hermanos… O buscaba en cada nueva película polaca a algún actor de la edad que tendría mi hermano para ver si se nos parecía.
Son otras las pregunta que me hago hoy.
¿Será posible tejer cercanía con alguien que no se conoce? ¿La sangre es suficiente?
La guerra es cruel. La II Guerra Mundial lo fue. La Shoá (el Holocausto que los judíos sufrimos bajo el nazismo) nos enfrentó con decisiones que desafiaban la naturaleza humana. Los padres desarrollaron una insólita creatividad para salvar a sus hijos. Cuando la única oportunidad era dejarlos con extraños ejercitaron una nueva virtud: el desprendimiento. Mis padres creían que no sobrevivirían, pero estaban decididos a que su hijo sí, por eso lo entregaron a una familia cristiana.
Los polacos que protegían a judíos eran asesinados, cualquiera los podía denunciar y cobrar su recompensa. No era fácil encontrar familias que se atrevieran. Un varoncito circuncidado que no era rubio- ario , hacía la gesta casi imposible. Zenus fue aceptado a cambio de dinero, un dinero vital para esa familia que, sin trabajo estable, pudiera proveerse de alimentos y tuviera carbón para caldear los ambientes en el duro invierno. Si la salvación tuvo un precio, si intervino el dinero, tal vez “valga” menos para algunos. Pero es preciso reconocer el valor de estos salvadores que se arriesgaron a tan dura represalia.
En mi adolescencia juzgaba duramente a mis padres; leía su desprendimiento como abandono, egoísmo, incapacidad. Solo más tarde comprendí que fue altura moral y amor en su máxima expresión porque renunciaban a la posesión por el bienestar del ser amado.
Mis padres fueron los primeros sorprendidos al encontrarse vivos al final de la guerra. Solos, sin trabajo ni recursos, sin vivienda ni elemento alguno, no llamaron “liberación” a ese momento. Aunque libres, la libertad venía con confusión, amargura y desolación. Lo único que querían era encontrar a Zenus entregado casi dos años antes.
Llegaron donde lo habían dejado y les dijeron: “ Se enfermó y teníamos miedo de llamar al médico y que descubriera que era judío. No pudimos hacer nada por él.” –¿Dónde está su cuerpo?, fue la pregunta obligada.
–Bueno, ustedes saben…, la guerra fue terrible, no sabemos donde está, lo enterramos por aquí, no nos acordamos justo dónde… ¿Cómo no iban a recordar en qué sitio habían enterrado al niño que estaba a su cuidado? Mis padres pensaron que no lo querían entregar. Lo buscaron durante meses en hospitales, orfanatos, escuelas, seguían pistas tortuosas que los llevaban a casas de familia, en la misma ciudad, más lejos, preguntaban. Lo buscaron pero nunca lo pudieron encontrar.
Fui concebida en el transcurso de esos meses, cuando ya Zenus parecía estar perdido y comenzaron desgarradoras discusiones entre mis padres acerca de si continuar o no con el embarazo. Papá no podía superar el dolor; se acusaba de no haber podido cuidar a su hijo adecuadamente. “No quiero traer más hijos a este mundo”, decía en un alarido contenido y furioso. Mamá quería continuar, volver a generar una familia. Ganó mi mamá y yo nací. Resignados a la dura evidencia de haber perdido a su hijo, mis padres debieron tomar otra difícil decisión. Al antisemitismo polaco ahora se sumaba el comunismo.
No eran tierras amigables.
La única razón para seguir allí era la esperanza de recuperar a Zenus, que ya habían perdido. Sabían que emigrar era despedirse definitivamente de ello.
Polonia bajo dominio soviético era dura. Papá siempre recordaba el día en que la policía secreta, la NKVD, irrumpió en el departamento que les había sido otorgado después de la guerra y encontraron en la biblioteca libros anticomunistas. Lo llevaron a la sede del servicio secreto, lo interrogaron. ¡Imagínense el terror de estar en sus manos sin saber qué estaba pasando con mi mamá embarazadísima! El departamento había pertenecido supuestamente a un nacionalista polaco que dejó todos sus libros y mis padres no se deben haber detenido a revisar uno por uno.
Papá había sido designado director de una fábrica, creo que de escobas, y era tanta la corrupción reinante que alguien debió haberlo delatado. Esto fue el colmo. Había una bebita de meses, yo, que exigía un sitio seguro para vivir. Y en lugar de seguir hundiendo sus pies en el lodazal de lo imposible, decidieron seguir adelante y así llegamos a acá.
Años después, ya en la Argentina, nació mi hermanito Alberto. Era varón, había que decidir sobre su circuncisión. Los gritos, l os llantos, el abatimiento, la tragedia cubrieron mi casa. “Somos judíos –decía mamá–, lo queramos o no y si no lo quisiéramos siempre alguien nos lo recordará, y él es nuestro hijo, carne de nuestra carne, judío como nosotros, no podemos hacer como si no lo fuera”.
Sus argumentos chocaban siempre con las mismas espinosas respuestas: “Nunca, jamás, no lo voy a marcar, si Zenus no hubiera estado circuncidado estaría vivo, habrían llamado al médico y se habría salvado. No quiero que mi hijo viva el terror y la humillación de que alguien alguna vez lo fuerce a bajarse los pantalones”. La pérdida de Zenus era su horizonte final, el borde de la cordura, la frontera del perdón, la palabra sepultada por una muerte sin tumba. Agotado, descorazonado, sin poder disfrutar el nacimiento de su hijo varón, papá se hizo a un lado, empañados sus ojos con el desánimo y la culpa, y se rindió. ¿De qué se acusaba tanto papá? ¿Qué no se perdonaba?
Cuando los nazis ocuparon Stryj, mis padres, que no habían sido arreados en la primera redada, debieron buscar cómo salvarse.
Zenus tenía 2 años, era parlanchín, alegre y travieso, la idea de huir con él era casi imposible, serían blanco fácil para la denuncia, la deportación y la muerte. La alternativa era esconderse. ¿Cómo, dónde, por cuánto tiempo? Habían caído en un bache oscuro y sin fondo, en la negrura. Día tras día. Hora tras hora. Sin saber cuándo terminaría.
¿Quién se arriesgaría a esconderlos?
Encontraron a una familia que aceptó hacerlo a cambio de dinero sabiendo que si eran denunciados los matarían. Los escondidos debían estar en completo silencio. ¿Cómo asegurar que un chico de 2 años no emitiera sonido alguno? Cualquier llanto, estornudo, quejido, los delataría y sería la muerte de todos, incluso la suya.
–Con el chiquito no, tienen que encontrar donde dejarlo.
Ese fue el gran dilema que debieron resolver. Como todo dilema ninguna solución es buena. Quedarse con Zenus implicaba el riesgo de sentenciarlo a muerte y junto con la suya, la de todos. Dejarlo en manos extrañas podía significar su salvación, pero, ¿cómo separarse de él?
Muchos padres tuvieron dilemas similares impuestos por el nazismo, disyuntivas crueles e inhumanas que debían responder en pocos instantes. Cuando fui madre me pregunté qué habría hecho yo. Era una pregunta retórica porque afortunadamente tuve el privilegio de que la vida no me enfrentara con ello. Mis padres no tuvieron esa suerte. Se acusaban de haberlo abandonado y no se lo perdonaban.
Nada alivió su culpa, nunca olvidaron a Zenus, ese primer hijo perdido para ellos y que tal vez seguía vivo en algún lugar de Polonia o, cuando cambiaron las fronteras, Ucrania.
¡Cómo me gustaría decirles hoy que cumplieron la promesa que le hacemos a un hijo cuando nace, que haremos lo que sea por él! Y ellos lo hicieron: lo entregaron a otros para asegurar su vida. Pero el calor de su piel, la ternura de su abrazo, la caricia de su mirada, verlo crecer, todo esto les había sido robado para siempre.
Estos sentimientos vivieron agazapados en los intersticios de los silencios familiares. La culpa de mis padres, callada, mordida, torturante, enturbiaba su vida y teñía de gris el milagro de su supervivencia y reconstrucción. ¿Hicimos bien?, se preguntaban de día y de noche. ¿Y si nos hubiéramos quedado con él?
Lo comencé a buscar a mis 50 años. Ya papá había muerto y mamá estaba grande. No le dije nada, no podía encarar el tema con ella. Hacíamos como que todo estaba bien, como si hubiera habido una vez un niño que tuvo la desgracia de ¿morir? Cosas que pasan.
Pero si no hay un cuerpo, no hay evidencia de muerte. Igual que con los desaparecidos de la dictadura argentina, el muerto sin sepultura es un fantasma. No está pero está. O puede estar. O puede aparecer. Uno no puede más que esperarlo.
Sigo buscando a mi hermano. Lo busqué por varios medios, sin suerte hasta hoy. No sé su nombre ni donde vive, no tengo datos, sólo esta foto de un niño de 2 años que no alcanza para individualizar al adulto de más de 70. Publicado en cuanta página web encontré, mi último intento fue enviar mi ADN al Banco de Datos del DNA Shoah Project , con la esperanza de que si Zenus sobrevivió en la Polonia católica profunda, tal vez al estar circuncidado, se pregunte quién es y empiece a buscar.
En Polonia hay mucho interés en estas historias. De hecho desde hace unos 15 o 20 años es común que gente en su lecho de muerte confiese a algún hijo que en realidad no era hijo suyo o que lo averigüen por una cuestión de parecidos físicos. En Polonia hay gente que no sabe claramente quiénes fueron sus antepasados, pero la mayoría prefiere no preguntar. A pesar de que hay archivos y se emprenden búsquedas, investigaciones. No me sirven a mi porque no tengo ningún dato para empezar a buscar: nombre, fecha, lugar, nada.
Pero lo más curioso es que temo encontrarlo.
Si sobrevivió, su crianza, su historia, su cultura tendrá pocos puntos en contacto con la mía. Nuestra hermandad no es la amasada en encuentros cotidianos, con los mismos padres y la misma historia, solo nos une el ADN. Mis padres se preguntaban si habían hecho bien en dejarlo, yo me pregunto si hago bien en buscarlo. Es uno de los ejes de mi vida. Aunque la esperanza de encontrarlo sea casi nula y encontrarlo me enfrente con nuevas preguntas y oscuridades, no puedo dejar de hacerlo.
Hay alguien por ahí a quien le robaron su historia y su identidad y yo poseo parte de la información. Es raro que añore conocer a quien nunca vi y que es tan parte de mí. Pero aún sabiendo que, como dice el tango, ahora que estoy frente a ti, parecemos, ya ves, dos extraños… , el impulso es más fuerte, sigo buscando y sigo esperando. Busco a mi hermano para que cierre la historia, para que esta hilacha que quedó suelta se entreteja finalmente en el tramado familiar, para que esta presencia fantasmagórica y las preguntas que me acosan, reciban su debido punto final.

Saldando la Gran Guerra, 60 años después, 75 años después...



En el prefacio de Testament of Youth, de 1977, Shirley Williams escribió

Espero que una nueva generación, más alejada de la Primera Guerra Mundial, descubra la angustia y el dolor que padecieron esos jóvenes hace sesenta años; y que al descubrirlos, comprenda.

Citado por Christopher Bollas en Ser un personaje, de 1992, que continúa

Mi padre, que lo releyó como parte de una investigación que estaba realizando para una autobiografía para sus hijos, se lo pasó a mi esposa, con esta nota,

Querida Suzanne. Este libro te dará una idea acerca de lo que pasaron tus abuelos y cómo se transformó, para bien o para mal, la Inglaterra de 1914 en la Inglaterra actual. Si todos esos jóvenes excelentes no hubieran muerto en Francia y los sentimientos de esas mujeres no hubieran sido salvajemente heridos, ¿Cómo sería Inglaterra hoy? Una cosa sí te pondrá contenta: ¡la actitud de Oxford hacia la educación de las mujeres cambió radicalmente!
Con amor, Sacha

lunes, 27 de enero de 2014

Mirada de hoy a 100 años del comienzo de la Gran Guerra



Enlace y reseña de la nota difundida por  http://www.eltiempo.com
 

  Una nueva mirada a 1914, la Primera Guerra Mundial

Por: |
Primera Guerra Mundial
En medio de la guerra, los soldados aprovechaban los escasos momentos para descansar.

Es necesario disipar los muchos mitos que se han creado sobre la gran guerra.

La Primera Guerra Mundial, de la que se cumple un siglo este año, cambió por completo el mapa político internacional. La pregunta es: ¿puede ocurrir algo así de nuevo?
Este año se cumple un siglo de un acontecimiento que transformó la historia moderna. En la Primera Guerra Mundial perecieron cerca de 20 millones de personas, y se destruyó así una generación de jóvenes europeos. También cambió de manera fundamental el orden internacional en Europa y el resto del mundo.
De hecho, la gran guerra destruyó no solo vidas, sino tres imperios europeos: el alemán, el austrohúngaro y el ruso. Y, con el colapso del régimen otomano, prácticamente un cuarto. Hasta antes de su inicio, el equilibrio de poder mundial estaba centrado en Europa; tras ella, Estados Unidos y Japón emergieron como grandes potencias. La guerra, además, abrió las puertas a la revolución bolchevique de 1917, preparó el camino para el fascismo e intensificó y amplió las batallas ideológicas que caracterizaron el siglo XX.
¿Cómo pudo ocurrir una catástrofe de semejantes dimensiones? Poco después de su estallido, cuando se le pidió una explicación al entonces canciller alemán, Theobald von Bethmann-Hollweg, sobre lo que ocurrió, respondió: “¡Ah, si solo lo supiera!”. Quizás con ánimo autoexculpatorio, llegó a ver la guerra como algo inevitable. De manera similar, el ministro británico de Asuntos Exteriores, sir Edward Grey, planteó que había “acabado por pensar que ningún ser humano en particular hubiera podido evitarla”.
La pregunta a la que nos enfrentamos hoy es si puede ocurrir de nuevo. Margaret MacMillan, autora del interesante libro '1914. De la paz a la guerra', de reciente publicación, plantea que “resulta tentador (y da que pensar) comparar las relaciones actuales entre China y Estados Unidos con las de Alemania e Inglaterra hace un siglo”.
Luego de hacer una comparación similar, el semanario The Economist concluye que “la similitud más inquietante entre 1914 y el momento actual es la complacencia”. Y algunos politólogos, como John Mearsheimer, de la Universidad de Chicago, han argumentado que “para decirlo sin rodeos: China no puede ascender como potencia pacíficamente”.
Pero las analogías históricas, si bien a veces son útiles como prevención, resultan peligrosas cuando conllevan una sensación de inevitabilidad. La Primera Guerra Mundial no lo fue, sino que se volvió más probable por el ascenso de Alemania y los recelos que ello creó en Gran Bretaña, y también por la respuesta atemorizada de Alemania al ascenso de Rusia, además de multitud de otros factores, entre ellos errores humanos. Sin embargo, hoy en día la brecha entre Estados Unidos y China es mayor que la que existía entonces entre Alemania y Gran Bretaña.
Para sacar lecciones de 1914 que resulten útiles en el momento actual es necesario disipar los muchos mitos que se han creado sobre la gran guerra. Por ejemplo, la acusación de que se trató de una guerra preventiva iniciada deliberadamente por Alemania se ve desmentida por la evidencia de que las élites más importantes no lo creían así. Tampoco fue una guerra puramente accidental, como sostienen otros: Austria participó de manera deliberada para repeler la amenaza de un nacionalismo eslavo en ascenso. Hubo errores de cálculo sobre la duración y el alcance de la guerra, pero eso no equivale a que haya sido accidental.
También se dice que la causa de la guerra fue una carrera armamentista desenfrenada en Europa, pero esta ya había acabado en 1912 y Gran Bretaña la había ganado. Si bien existía inquietud por el creciente poderío de los ejércitos, esta visión resulta más bien simplista.
El mundo de hoy es diferente del de 1914 en muchos e importantes sentidos. Uno es el que las armas nucleares dan a los líderes políticos el equivalente a una bola de cristal que les muestra cómo quedaría el mundo tras una escalada. Sin duda, este efecto de “vista previa” influyó fuertemente sobre los dirigentes estadounidenses y soviéticos durante la crisis de los misiles de Cuba. Es probable que hoy tendría una influencia similar sobre Estados Unidos y China.
Otra diferencia es que la ideología de la guerra hoy es mucho más débil. En 1924 se pensaba de verdad que la guerra era inevitable, en una visión fatalista reforzada por el argumento del darwinismo social de que “limpiaría el aire” como una buena tormenta de verano. Como escribiera Winston Churchill en La crisis mundial: “Había una atmósfera extraña. No satisfechas con la prosperidad material, las naciones se volvieron con fiereza hacia las luchas, fueran estas internas o externas. Las pasiones naturales, que habían sido exaltadas indebidamente en momentos de declive de la religión, ardían bajo la superficie de casi cada país con llamas intensas aunque oscuras. Casi se podría pensar que el mundo deseaba sufrir, y no hay duda de que los hombres estaban ansiosos por tentar su suerte”.
No hay duda de que el nacionalismo está aumentando en China, al tiempo que Estados Unidos ha iniciado dos guerras después de los ataques del 11 de septiembre, pero ninguno de estos países tiene una actitud belicosa o complaciente acerca de una guerra limitada. China aspira a tener mayor peso en la región, y Estados Unidos tiene aliados regionales a cuya defensa se ha comprometido. Siempre es posible que haya errores de cálculo, pero el riesgo se puede reducir mediante las opciones de políticas adecuadas. De hecho, ambas potencias tienen fuertes incentivos para cooperar en varios ámbitos, como el energético, el cambio climático y la estabilidad financiera.
Más aún, si bien la Alemania de 1914 estaba pisando los talones a Gran Bretaña (y ya la había superado en términos de potencia industrial), Estados Unidos sigue estando a décadas de distancia de China en recursos generales en los ámbitos militar, económico y de poder blando. Si se embarcara en una aventura política demasiado arriesgada, China podría poner en riesgo lo que lleva ganado interna y externamente.
En otras palabras, Estados Unidos tiene más tiempo para manejar sus relaciones con una potencia en ascenso que el que tuvo Gran Bretaña hace un siglo. Una actitud demasiado temerosa puede resultar siendo una profecía autocumplida. Otro asunto es si Estados Unidos y China manejarán bien su relación, pero el modo como lo hagan será el dictado de las decisiones humanas, no de alguna ley histórica ineludible.
Una de las lecciones que podemos aprender de los sucesos de 1914 es desconfiar de los analistas que plantean analogías históricas, especialmente si tienen un aire de inevitabilidad. La guerra nunca es inevitable, aunque la creencia en su inevitabilidad sea una de sus causas.
Sobre el autor
Joseph S. Nye fue presidente del Consejo Nacional de Inteligencia de Estados Unidos. Actualmente es profesor en Kennedy School of Government, de la U. de Harvard, de la que fue decano. Autor de varios libros, entre ellos ‘El poder del juego: una novela de Washington’, ‘El poder blando: los medios para el éxito en la política mundial’ y ‘La paradoja del poder americano’.
JOSEPH S. NYE
Analista geopolítico
Project Syndicate
Cambridge