Hola

Palabra más, palabra menos, todos concordamos en buscar bienestar para nuestras vidas. Aun a quienes les gusta el jaleo, a quienes buscan problemas, a quienes revuelven desconsuelos, los guía la búsqueda del bienestar que sucederá a estas tempestades.

Avanzando, en el imaginario colectivo está resuelto qué es el bienestar: bien estar es estar bien.

Deslizamiento de tales cavilaciones, el paso siguiente para estar bien, es no estar mal y para ello se huye ante contratiempos y dificultades.

Pero pendientes las necesidades, por más que se postergue, se aplace o se demore su respuesta, las urgencias volverán.

Este blog trae situaciones de la vida que reflejan cuentas saldadas, cuentas a saldar. Un paso para conseguir otro equilibrio. Ya, aquí y ahora. Otro bienestar es posible.

Translate

viernes, 28 de octubre de 2011

Swingers en los medios


Los medios publican, con más audacia, notas sobre sexo, por un decir, sobre swingers -de swing, en inglés, oscilar-, quienes practican el intercambio sexual de parejas.

Otto Kernberg, psicoanalista chileno, brindó su experiencia clínica en un libro. Las prácticas abiertas cancelan la experiencia de intimidad, había hallado. He encontrado defensores de las costumbres swingers, un tanto exaltados en su vehemencia, que se pronunciaban contra esa exposición. Pero no tenían una larga trayectoria en el ramo, lo que no permite confirmar que no se aceleran los desenlaces.

Hay comentarios en la literatura no científica acerca de quienes han sido swingers durante décadas, y relatos de viajeros que aseguran fehacientemente que así es en países del primer mundo europeo, pero no hay investigaciones al respecto.

Tímidamente aparecen, en las notas de difusión en los medios, opiniones de profesionales expertos en el tema. En primer lugar no condenan, en la conclusión hacen recomendaciones saludables.

No he encontrado, ni en los medios ni en la bibliografía especializada, referencias a la evolución de la identidad ni de la intimidad ni de los conflictos –de pareja y personales-, ni tampoco de las vicisitudes de los enfrentamientos presentes en todas las parejas, cuando se habla de swingers. Y por las afirmaciones de los propietarios de lugares de reuniones swingers acerca de su crecimiento económico y de infraestructura, la costumbre parece asentarse. No hay celos, distanciamientos, peleas ni rupturas, no hay necesidad de secretos ni de clandestinidad, no hay miedo al abandono ni temores, ni las comparaciones asustan. Una cuestión para un foro y un desafío para el conocimiento científico.  

No hay comentarios:

Publicar un comentario