Según algunas versiones que circulan, Santiago (El) Tano Pasman, fue filmado por su familia, descreído de las quejas sobre sus insultos proferidos durante los partidos de fútbol recurrieron a esta estratagema para poner claro sobre oscuro.
No tuvo tiempo de reflexionar a la vista del video. Subido a Facebook, se llevan contabilizados más de 3 millones de visitas, de países todo el mundo.
El fenómeno se inscribe en una respuesta habitual. Leyendo comentarios a los posts de blogs , a las notas de medios gráficos que aparecen en la Web, el insulto es lugar común.
Este video agrega un rasgo. No es el insulto consciente y dirigido, es la exteriorización de alguien sorprendido en su intimidad.
Como el mismo Pasman lo dijo, nunca diría eso en público y pidió a la AFA los teléfonos de los integrantes del equipo de fútbol para disculparse por esta difusión.
El teatro de la Grecia Antigua mostraba en un mundo histórico y mitológico los mismos dramas que acuciaban día a día a los espectadores, que así se veían representados y obtenían otra vía de respuesta a sus mismas urgencias.
Si reparamos en esto, los insultos nombran atributos de la vida sexual y las relaciones humanas a su derredor. Más allá de la esterilidad de la denostación, la escena de Pasman mecha palabras y frases insultantes con quejas sobre el desempeño del cuadro del que es fanático. Semejante ornamentación, algo representa, pero ¿con qué palabras decir lo que se siente? Es un diálogo destinado al fracaso, los destinatarios de las frases no las reciben nunca, a menos, claro está aquí, que alguien te filme y lo suba a la Web. Y entonces no es lo que querías
decir(les), obvio, son acaloramientos recargados para autoescucharse en soledad y comienzan las disculpas.
SaldarCuentas.blogspot es el espacio donde decir lo que se guarda. Con otra inclusión, con otra soltura, propone ir más lejos aún sobrepasando el rechazo que da el adorno de las injurias lamentadas.
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