2011.03.19 Trabajadores de la planta atómica de Fukushima empeñan su vida

Los encargados de enfriar y limpiar los reactores, cuando Fukushima parecía un infierno, entraron a la planta y se empeñaron en controlar el caos.

En la madrugada del viernes,  tras la devstacion que dejó el tsunami, volvieron a la planta.

- No podíamos ver por donde caminábamos, pero empezamos a trabajar para arreglar los reactores, conscientes de que podría costarnos la vida. Luchando contra el cansancio y con el estómago vacío, nos esforzábamos por volver al trabajo. Muchos no han contactado con sus familiares todavía, pero están trabajando duro ... y no van a salir corriendo, dijo Michiko Otsuki, operatria de la planta, en su blog.

La Compañía Eléctrica de Tokio, TEPCO, no ha revelado las identidades de aproximadamente estos 200 hombres que se exponen a niveles de radiación letales con tal de salvar al país de un desastre nuclear. Aún con este anonimato, comienzan a conocerse detalles de sus vidas, gracias a sus familiares que testimonian en Internet y en la prensa local.

-Mi padre aún está en la planta y se están quedando sin comida. Creo que las condiciones son muy duras. Él dice que acepta su suerte como si fuera una condena a muerte, reveló la hija de un operario en un mail dirigido a la TV estatal.

Conocidos como los cincuenta de Fukushima,  pues trabajan por turnos en grupos de 50, se los ha reconocido como héroes, reverenciados por la sociedad japonesa, que les ha dedicado varios homenajes y rezos públicos, a lo largo de los últimos días. Al parecer, la mayoría son trabajadores de la planta , algunos de ellos jubilados que se presentaron voluntarios. La mayoría tienen más de 60 años y cobran menos de 120 dólares al día por su misión suicida.

- Mi padre se fue a la planta nuclear. Nunca había oído a mi madre llorar tanto. Pero nunca había estado tan orgullosa de él. Por favor papá, vuelve vivo, explicó la hija de otro de ellos en un mensaje por Internet, comentando que su padre, ya retirado, había decidido arriesgar su vida para salvar la reputación de la empresa y de la energía nuclear, convicciones a las que había consagrado todo su trabajo.

Según afirma la prensa japonesa, los operarios no pasan más de 10 a 15 minutos en las zonas más radiactivas, donde intentan bombear agua manualmente en los reactores y limpiar los restos de las explosiones para evitar nuevos accidentes. Junto a ellos trabajan también soldados y bomberos, que se exponen a niveles de radiación similares.

Si bien el riesgo de contraer cáncer es un peligro de desenlace futuro, hoy se habla de cinco muertos, veintidos heridos y dos desaparecidos a causa de las explosiones y accidentes.