Trabajó con legendarias figuras del espectáculo de nuestro país, Luis Sandrini, Enrique Santos Discépolo, Lolita Torres, Mirtha Legrand, Niní Marshal y con Marilina Ross y Joe Rígoli en el celebrado ciclo de La nena, en tanto que en teatro trabajó nada menos que con Irma Córdoba y Enrique Serrano, entre otros.
Actuó en 37 cintas, la mayor parte de ellas entre las décadas del 40 y del 70. Como protagonistas de Los muchachos de antes no usaban gomina, de 1969, clásico del cine argentino, compartió cartel con Rodolfo Bebán y Susana Campos.
Llegó al gran público en la década del 60, con la televisión, participando en ciclos como “Tropicana club”, “La nena” y con Ernesto Bianco en “Mi cuñado”.
En 1987 recibió el Cóndor de Plata a la trayectoria, entregado por la Asociación de Cronistas Cinematográficos de Argentina, máximo galardón del cine de nuestro país. Fue presidente de la Asociación Argentina de Actores y se había retirado de la actividad profesional en 2002.
El público y sus colegas reconocieron a Osvaldo Miranda por su simpatía, respetuosidad, elegancia y educación.
Como invitado a un festejo del Club de Leones de Quilmes, en 1984 y recibido con aplausos de pie de los asistentes, hacia el final, nos dedicó sus palabras y nos regaló de su gracia,
- Y me voy a enojar, y me voy a enojar, y me voy a enojar, -así, tres veces, aumentando entre los asistentes el impacto inesperado de semejantes palabras pronunciadas por tal caballero - si no me invitan la próxima vez.
En un reportaje televisivo de hace años, el notero, buscador de originalidades, también obtuvo lo suyo. Le preguntó cómo hubiera sido si Marilina Ross, coprotagonista en el papel de su hija en La nena, lo fuera en la vida real. Osvaldo Miranda le contestó, con su sobriedad simpática y sonrisa ilusionada,
- te imaginás, no saludo a nadie con una hija como Marilina.
Gracias, Don Osvaldo.
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