Hola

Palabra más, palabra menos, todos concordamos en buscar bienestar para nuestras vidas. Aun a quienes les gusta el jaleo, a quienes buscan problemas, a quienes revuelven desconsuelos, los guía la búsqueda del bienestar que sucederá a estas tempestades.

Avanzando, en el imaginario colectivo está resuelto qué es el bienestar: bien estar es estar bien.

Deslizamiento de tales cavilaciones, el paso siguiente para estar bien, es no estar mal y para ello se huye ante contratiempos y dificultades.

Pero pendientes las necesidades, por más que se postergue, se aplace o se demore su respuesta, las urgencias volverán.

Este blog trae situaciones de la vida que reflejan cuentas saldadas, cuentas a saldar. Un paso para conseguir otro equilibrio. Ya, aquí y ahora. Otro bienestar es posible.

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miércoles, 26 de enero de 2011

Argentino reduce a exaltado que puso en peligro la seguridad de un avión de pasajeros

Ayer  en su programa radial Perros de la calle, Andy Kusnetzoff  entrevistó telefónicamente a Fernando Pepo Gil, un argentino que fue héroe en un avión llegando a Nueva York, al detener a un veterano de Vietnam que ocasionó destrozos mientras intentaba entrar en la cabina del piloto.
Con su amigo Ramiro Silos, brasileño, detuvieron al exaltado pasajero que estaba golpeando al comisario de a bordo que trataba de impedir llegue a la cabina del piloto.
Pepo contó que el resto de los pasajeros, paralizados durante el incidente, festejaron con aplausos la inmovilización del agresor. Al aterrizar fue derivado a una institución para enfermos mentales.
Los voceros de la aerolínea minimizaron el episodio declarando  que sólo fue un incidente con una persona que no se comportó como debía. Pepo ríe. No dejaron de cobrarle el cargo por recuperar la valija que le habían perdido en Río de Janeiro, su punto de partida. Hacia el final del reportaje de Andy en Radio Metro, contó que por primera vez ese jueves no tuvo problemas en migraciones.  Y es más, le reconocieron
-Usted se merece una cerveza.
Invitación que no pasó del amago. De todos modos Pepo no la aceptaría, estaba apurado para llegar a su trabajo.


Después de que todo pasó, se le resta importancia al heroísmo ajeno. Parece casi obvio. Ahora bien, cuando un exaltado de enorme tamaño intentaba penetrar en la cabina de mando y estaba a los golpes con tres personas que trataban de detenerlo, ¿cómo sabía el resto de los pasajeros que sus vidas no corrían peligro y cómo no intervenían en consecuencia? Sabemos que uno de los efectos del stress traumático, es la parálisis en situaciones de riesgo, aun mortal. Menos mal, no afectó a todos.

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