Tales de Mileto recibía los vituperios de sus vecinos. Vivía
en extrema pobreza, dedicado a la filosofía, disciplina inútil se afirmaba, y
ambas condiciones alimentaban las
burlas.
De su estudio de los cielos, presagió en pleno invierno que
los olivares darían grandes cosechas. Alquiló entonces los molinos, necesarios
para hacer aceites, cuando nadie los quería. Y los escarnios aumentaron ante lo que juzgaban como otro de sus desatinos.
No disponiendo de dinero, los tomó en arriendo, comprometiendo su futuro, entendían
los milesios y arreciaban sus mofas.
Llegadas las grandes cosechas, todos necesitaban los
molinos, y gastaron lo que Tales pidió por pago. Así canceló su deuda y quedó
con grandes ganancias.
Tales nació en la ciudad de Mileto, hacia el 624 a.C., y
murió en el 546 a.C. Tradicionalmente se le ha considerado uno de los siete
sabios de Grecia, siendo, junto con Solón, de los más citados.
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