Así, pues, para Abbagnano la filosofía es siempre obra estrictamente personal que pone en juego el destino concreto, en el mundo y entre los hombres, del ser humano que se empeña en ella, y puesto que nadie puede decidir por otro, ni tomar sobre sí la elección y la responsabilidad que toca al otro, el filosofar es lo que hay de más íntimo y más secreto en la existencia del individuo.
reseña de la presentación de
Primera edición: 1955
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