En esta serie de posts hemos visto distintas vicisitudes
del incesto, con variados argumentos, en contra o a favor, cuando de tomar
posiciones se trata. Más que sólidamente sostenidas, sus razones lucían
insistidas.
No encontré que alguien fuera más allá del plano
biológico: lo malo del incesto es la mayor frecuencia de enfermedades heredadas
por su descendencia. Con lo cual se lo evita para proteger a la sociedad.
Se me hace importante nombrar la cuestión de los cuidados
amorosos dentro de la familia. Quedarse en el plano de la biología respetada da
piedra libre a los abusadores: la niñez porque no llegaron a la fecundidad y la
ancianidad, por haberse ausentado la capacidad de reproducción, no tienen
defensas para que no haya víctimas, en esa línea de razonamiento.
En el marco de la familia, cada quien espera respuesta a
sus necesidades de convivencia. Alimentación, abrigo, cobijo y preparación para
la vida.
En el tema que nos ocupa, cuál será la resolución de tu
necesidad de trascendencia biológica, en casa o afuera, o indistintamente.
La respuesta que se impone es recrear con alguien fuera
de tu familia las condiciones de amor que te permitieron llegar a la adultez. Aportas
lo tuyo, tu pareja hace lo propio y fundan la cultura de una nueva familia. En el
mejor de los casos, todos son beneficiados.
Esos son dilemas humanos.
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