http://comunicamedia.blogspot.com.ar/
viernes, 14 de marzo de 2008
Artículo: “El otro” en la Comunicación
Por: Mtro. Víctor Manuel Hernández Fierro“El sujeto que habla no sitúa el mundo en relación consigo mismo, no se sitúa pura y simplemente en el seno de su propio espectáculo, como el artista, sino en relación con el otro”. [1]
Lévinas fortalece la idea de que al momento de expresar un mensaje, debemos pensar en nuestro receptor, a quién nos estamos dirigiendo, el emisor no es autónomo, pues la producción de sus mensajes está siempre supeditada a su receptor.
Los hablantes de una lengua han interiorizado un conjunto de reglas que les permiten emitir enunciados que presentan una estructura gramatical y que son semánticamente aceptables para los demás hablantes de la misma lengua, igualmente, pueden distinguir estos enunciados de los que no están bien construidos desde el punto de vista gramatical o que no son aceptados significativamente. Una narración cualquiera o una conversación están formadas por un encadenamiento, no puede producirse de una manera absolutamente libre, sino que tiene que obedecer a un conjunto de reglas y propiedades.
Si observamos a nuestro alrededor, veremos que aún entre las personas que hablan un mismo idioma, no todas lo hablan, ni lo escriben de la misma manera, encontramos que dentro del mismo idioma, existen diferentes lenguajes: Uno es el que hablan las personas cultas, y por eso se le conoce con el nombre de lenguaje culto; otro es el que hablan los profesionistas entre sí, y se conoce con el nombre de lenguaje técnico o científico; otro es el que se usa en poesía, por eso se le llama lenguaje poético; existen también palabras que se usan dentro del hogar y que forman el lenguaje familiar; por último, existe un lenguaje que usan las personas sin educación y sin cultura, que forman lo que se conoce con el nombre de vulgo, y a ese lenguaje se le da el nombre de lenguaje vulgar.
Esta diversidad de tipos de lenguaje propicia la proliferación de estilos, maneras muy personales de ver y entender la realidad del ser humano.
“Lengua y estilo son fuerzas ciegas; la escritura es un acto de solidaridad histórica”.[4] Esta afirmación de Barthes coincide con la visión del lingüista más famoso de los tiempos modernos, Ferdinand de Saussure, quien define a la lengua “como un sistema en el que todas las partes pueden y deben considerarse en su solidaridad sincrónica”.[5]
La lengua es un sistema que no conoce más que su propio y peculiar orden.
Algo en lo que coinciden los escritores de una misma época, es que aún con estilos diferentes, narran una misma realidad, desde sus muy particulares apreciaciones.
“El lenguaje nunca es inocente,”[6] a partir de que el emisor decide comunicar su pensamiento, se estructura la intención, es decir, el porqué de ese mensaje. Esta intención despoja al lenguaje de su inocencia, pues cada palabra elegida para formar nuestro mensaje está envuelto en significados intencionales. Su utilización se sujeta a los caprichos del emisor, quién crea expresiones que sirven de espejo o velo a su pensamiento, pues una palabra puede ser pura y correcta, pero puede estar mal aplicada para significar lo que queremos.[1] Emmanuel Lévinas, “Fuera del sujeto”, p. 162[2] Roland Barthes,” “El grado cero de la escritura” La obra no contenía número de página[3] Ídem.[4] Ídem.[5] Copias de Ferdinand de Saussure., no se contaba con los datos de la obra[6] Ídem
Ha desempeñado diversas actividades en el área académica como capacitador, expositor en diversos cursos, seminarios, talleres, foros entre otros.
Actualmente tiene la responsabilidad de coordinar el programa de gestión y vinculación integral en el cual se manejan las actividades de: Vinculación empresarial, Vinculación estudiantil, Bolsa de trabajo y seguimiento de egresados.
No hay comentarios:
Publicar un comentario