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Palabra más, palabra menos, todos concordamos en buscar bienestar para nuestras vidas. Aun a quienes les gusta el jaleo, a quienes buscan problemas, a quienes revuelven desconsuelos, los guía la búsqueda del bienestar que sucederá a estas tempestades.

Avanzando, en el imaginario colectivo está resuelto qué es el bienestar: bien estar es estar bien.

Deslizamiento de tales cavilaciones, el paso siguiente para estar bien, es no estar mal y para ello se huye ante contratiempos y dificultades.

Pero pendientes las necesidades, por más que se postergue, se aplace o se demore su respuesta, las urgencias volverán.

Este blog trae situaciones de la vida que reflejan cuentas saldadas, cuentas a saldar. Un paso para conseguir otro equilibrio. Ya, aquí y ahora. Otro bienestar es posible.

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martes, 20 de enero de 2015

En Tacloban Francisco habló en español a sobrevivientes del tifón en 2013




de
http://www.cadena3.com/


Papa conmovió a sobrevivientes del tifón hablando en español
18/01/2015 | 22:35 Fue en Tacloban, Filipinas. En medio de una tormenta, Francisco abandonó el texto preparado en inglés e improvisó una emocionante homilía en castellano.


Bergoglio brindó una honda homilía en el lugar del tifón que mató a 7 mil personas. El papa Francisco mostró el sábado su solidaridad a los supervivientes de Tacloban, ciudad de Filipinas devastada por el supertifón Haiyan (Yolanda) en 2013, diciéndoles que "Dios no los había abandonado" y después regresó a la capital precipitadamente ante la llegada inminente de una tormenta tropical.

En un gran terreno cercano al aeropuerto apenas reconstruido, bajo el viento y la lluvia, y vestidos con chubasqueros de plástico amarillo, decenas de miles de fieles se congregaron para escuchar las palabras del papa argentino, que mueve a las masas desde su llegada al país el jueves.

Visiblemente emocionado, el Sumo Pontífice anunció que no leería su discurso en inglés y que, al no hablar inglés, se expresaría en su lengua materna, el español.

Los peregrinos aclamaron a Francisco, que, como ellos, vestía un impermeable, en su caso transparente, sobre su sotana blanca.

”Jesús no abandona”
"Cuando vi desde Roma esta catástrofe, sentí que tenía que estar aquí y enseguida decidí hacer el viaje (...) Quise venir para estar con ustedes. Un poco tarde, me dirán, pero estoy. Para decirles que Jesús es el Señor y que Jesús no defrauda", aseveró.

Tacloban fue el epicentro del supertifón, conocido en Filipinas como Yolanda, que en 2013 provocó 7.350 muertos y desaparecidos, así como enormes daños en las infraestructuras en una de las regiones más pobres del país.

Unos 14 millones de personas, alrededor del 15% de la población nacional, viven en la zona arrasada, dedicada a la agricultura y la pesca.

"Lo que me viene al corazón, por lo que he venido, es para decirles que Jesús no abandona jamás", afirmó.

Virginia Torres, de 68 años, se fundía en lágrimas. "Me ha podido la emoción, sobre todo cuando ha dicho que comprendía nuestro sufrimiento. Todo lo que vivimos volvió en ese momento”, aseguró a la AFP.

Tras comer precipitadamente con una treintena de supervivientes, visitó la pequeña catedral de Palo, para bendecir la misa.

"Les pido perdón", murmuró, anunciando que debía marcharse rápidamente. "Me pone triste, de verdad", agregó.

Texto completo de la homilía
Si me permiten, prefiero hoy día hablar en español. Tengo un traductor, un buen traductor, ¿puedo hacerlo? Muchas gracias.

En la primera lectura, escuchamos que se dice que tenemos un gran sacerdote que es capaz de compadecerse de nuestras debilidades y que ha sido probado en todo, menos en el pecado.

Jesús es como nosotros. Jesús vivió como nosotros, es igual a nosotros en todo, en todo menos en el pecado porque Él no era pecador. Pero para ser más igual a nosotros ¡se vistió, asumió nuestros pecados, se hizo pecado! y eso lo dice Pablo que lo conocía muy bien.

Y Jesús va delante nuestro siempre y cuando nosotros pasamos por alguna cruz, Él pasó primero y si hoy todos nosotros nos reunimos aquí 14 meses después que pasó el tifón Yolanda es porque tenemos la seguridad de que no nos vamos a frustrar en la fe porque Jesús pasó primero. En su pasión, Él asumió todos nuestros dolores.

Permítanme esta confidencia. Cuando yo vi desde Roma esta catástrofe, sentí que tenía que estar aquí y ese día, esos días, decidí hacer el viaje aquí. Quise venir para estar con ustedes, un poco tarde me dirán, es verdad.

Estoy para decirles que Jesús es el Señor, que Jesús no defrauda. “Padre” -me puede decir uno de ustedes- “a mí me defraudó, perdí mi familia, perdí lo que tenía, estoy enfermo”. Es verdad eso que me decís y yo respeto tus sentimientos pero lo miro ahí clavado y desde ahí no nos defrauda.

Él fue consagrado Señor en ese trono y ahí pasó por todas las calamidades que nosotros tenemos. Jesús es el Señor y es Señor desde la cruz, ahí reinó, por eso Él es capaz de entendernos como escuchamos en la primera lectura. Se hizo en todo igual a nosotros, por eso tenemos un Señor que es capaz de llorar con nosotros, que es capaz de acompañarnos en los momentos más difíciles de la vida.

Tantos de ustedes han perdido todo. Yo no sé qué decirles, Él sí sabe qué decirles. Tantos de ustedes han perdido parte de la familia. Solamente guardo silencio y los acompaño con mi corazón en silencio. Tantos de ustedes se han preguntado mirando a Cristo “¿Por qué Señor?” y a cada uno el Señor responde en el corazón desde su corazón.

Yo no tengo otras palabras que decirles. Miremos a Cristo. Él es el Señor y Él nos comprende porque pasó por todas las pruebas que nos sobrevienen a nosotros y junto a Él en la cruz estaba la Madre.

Nosotros somos como ese chico que está allí abajo, que en los momentos de dolor, de pena, en los momentos que no entendemos nada, en los momentos que queremos rebelarnos, solamente nos viene tirar la mano y agarrarnos de su pollera (falda) y decirle “Mamá”, como un chico cuando tiene miedo dice “Mamá”. Es quizás la única palabra que puede expresar lo que sentimos en los momentos oscuros “Madre, Mamá”.

Hagamos juntos un momento de silencio. Miremos al Señor, Él puede comprendernos porque pasó por todas las cosas y miremos a nuestra Madre y como el chico que está abajo agarrémonos de la pollera (falda) y con el corazón digámosle Madre. En silencio hagamos esta oración, cada uno dígale lo que sienta.

(Momento de silencio)

No estamos solos. Tenemos una Madre, tenemos a Jesús, nuestro hermano mayor. No estamos solos. Y también tenemos muchos hermanos. En este momento de catástrofe vinieron a ayudarnos y también nosotros nos sentimos más hermanos, que nos hemos ayudado unos a otros.

Esto es lo único que me sale decirles. Perdónenme si no tengo otras palabras. Pero tengan la seguridad de que Jesús no defrauda. Tengan la seguridad que el amor y la ternura de nuestra Madre no defrauda y agarrados a Ella como hijos y con la fuerza que nos da Jesús, nuestro hermano mayor, sigamos adelante y como hermanos caminémonos. Thank you very much. (Muchas gracias)

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