Hola

Palabra más, palabra menos, todos concordamos en buscar bienestar para nuestras vidas. Aun a quienes les gusta el jaleo, a quienes buscan problemas, a quienes revuelven desconsuelos, los guía la búsqueda del bienestar que sucederá a estas tempestades.

Avanzando, en el imaginario colectivo está resuelto qué es el bienestar: bien estar es estar bien.

Deslizamiento de tales cavilaciones, el paso siguiente para estar bien, es no estar mal y para ello se huye ante contratiempos y dificultades.

Pero pendientes las necesidades, por más que se postergue, se aplace o se demore su respuesta, las urgencias volverán.

Este blog trae situaciones de la vida que reflejan cuentas saldadas, cuentas a saldar. Un paso para conseguir otro equilibrio. Ya, aquí y ahora. Otro bienestar es posible.

Translate

martes, 27 de enero de 2015

Con ánimo para comenzar a los cuarenta




de
http://www.lavoz.com.ar/

Los que se animaron a empezar otra vida a los 40

¿Qué empuja a alguien a cambiar radicalmente de vida? Historias de personas comunes que, a la mitad de la vida, decidieron dar un giro de 180°.

2
Algunos lo vienen meditando desde hace años. Para otros, la decisión fue abrupta, quizá apuntalada por algún hecho personal movilizador. Algunos tienen el apoyo de familiares y amigos. Otros, los tienen en contra, e incluso siguen adelante a riesgo de perder los afectos.
Lo cierto es que algunas personas, en algún momento de la vida, deciden dar un batacazo y empezar de nuevo. Eso implica, por lo general, dedicarse a una nueva actividad laboral y hasta mudarse de ciudad o de país, con o sin la familia construida hasta entonces. A veces estudian desde cero lo que ansiaron por años; otras largan lo que estudiaron por años y se dedican a disfrutar de alguna vocación postergada.
En líneas generales, la lectura de quienes dan ese giro de 180°, es la disconformidad. Emergen planteos que priorizan las decisiones personales por sobre los mandatos o el dinero.
A veces están movidos por razones espirituales, ambientales o simplemente, porque sí. Sergio Sinay, psicólogo e investigador de los vínculos humanos, compara la vida entera con lo que dura un día laboral. Dice que la mañana es propia de las obligaciones, que se nos va en un suspiro y que el mediodía no perdona. “A la tarde, empezamos a hacer las cosas elegidas, como tomar un café con alguien, un deporte, ir al cine...”, enumera. “La vida es exactamente igual. Más o menos hasta la mitad, los 40, vivimos como si fuera la mañana: hay que cumplir los mandatos, satisfacer a los hijos y las expectativas de la sociedad, elegir una carrera, una familia”, dice. Sostiene que es común, en este ritmo cotidiano, que la mitad de la vida “nos encuentre con muchas elecciones postergadas”.
“Uno no se puede hacer esta pregunta a los 20 porque no sabe lo que viene y nos creemos inmortales; a los 30, estamos respondiendo los mandatos, pero a los 40, tenemos certezas de la mortalidad, algunas balas pican cerca y entonces se empiezan a hacer las cosas que necesita el alma”, dice Sinay.
Decidirse
“Yo puedo contar las dos campanas, porque largué todo al carajo y me rediseñé”, dice Verónica Sirkovich.
Se dedicó 20 años al periodismo, se empezó a formar como couch de manera paralela, hasta que descubrió ahí un resentido a la vida. Ahora intenta despertar en otros. “El coaching hace que no te puedas hacer más la desentendida, que puedas darte cuenta de lo que acordás y no acordás de tu vida, te muestra dónde estás parado”, dice.
“Hay gente que tiene el coraje y la valentía de subvertir el sistema. Son pocos los que se animan porque todo cambio implica una ruptura y asusta”, dice la psicoanalista Techy Reyna. Dice que están mejor quienes deciden salir de ese sistema que los aprisiona y que ellos mismos pueden haber elegido.
Para Sinay, los cambios pueden ser drásticos o paulatinos. “Depende de los recursos emocionales de cada persona, no hay fórmulas, depende de cada uno; hay que comprar la tela y hacerse el traje”, agrega.
Asegura que muchos cambios no implican ruptura, sino “recontrataciones”, válidas para el matrimonio, la profesión o el trabajo. “Pero hay que prestar atención a las señales, hay que mirar cómo va la vida al mediodía para decidir cómo seguir viviendo a la tarde”, concluye.

No hay comentarios:

Publicar un comentario