Tras su
recorrida por las calles de Río de Janeiro, Francisco se reunió con la
presidenta de Brasil, Rousseff, en el Palacio de Guanabara. En sus
declaraciones afirmó que "la
juventud es el ventanal por el que entra el futuro en el mundo" y
"nos impone grandes retos".
Y fue generoso
-
No tengo
oro ni plata, pero traigo a Jesucristo, que es lo más valioso.
En el
marco de la ceremonia de bienvenida que ofreció la presidenta Dilma Rousseff, Francisco
dijo que
- nuestra
generación se mostrará a la altura de la promesa que hay en cada joven cuando
sepa ofrecerle espacio, tutelar las condiciones materiales y espirituales para
su desarrollo, darle una base sólida sobre la que pueda construir su vida.
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