Leda Valladares, 1919-2012, nos dejó el legado de su inmensa
labor con nuestro folklore
Toda una pionera, desde la década del 40, con 21
años, recorría nuestro país acopiando,
con los medios de esa época, el canto de nuestra gente. Infatigable
investigadora, destacada intérprete de referencia de nuestro folclore, recopiló
ese trabajo en ocho discos
documentales, el Mapa Musical
Argentino, uno de los grandes
legados que nos deja.
A comienzos
de los 50, formó con María Elena Walsh, el dúo Leda y María. En París
dieron conciertos y grabaron discos. Asistían artistas de la talla de Jacques
Brel, Pablo Picasso y Charles Chaplin. De regreso a Argentina realizaron giras
y grabaron varios discos, entre ellos el recordado Canciones del tiempo de María Castaña.
En los años 70,
cuando los entrecruzamientos eran escasos, Leda acercó el folclore y el rock,
surgiendo una obra fundamental, De
Ushuaia a La Quiaca, con
León Gieco. Siguieron encuentros con Pedro Aznar, Fito Páez y Gustavo Cerati recreando
canciones de canto con caja.
La gran
mayoría de su trabajo de investigación fue a puro pulmón, sin ayuda oficial,
sosteniéndose con su carrera de cantante ambulante, en sus palabras.
Cuando en un
reportaje le preguntaron qué era el folklore,
-
Es
la sabiduría del pueblo, que implica tradición, que implica al menos un siglo
de asentamiento, de acumulación y de tiempo, donde se maduran las esencias, respondió
Leda, miembro de la UNESCO y colaboradora del documentalista Jorge Prelorán.
Y preguntada
sobre la muerte, dio cátedra y nos dejó algo más
-
Al
final de este camino, me iré de este ciclo del planeta Tierra con la
tranquilidad de que, siempre, con mis escasos recursos, hice lo que estaba a mi
alcance por nuestra música. Hasta que llegue ese momento seguiré adelante con o
sin mayores auxilios. Pero siempre me las arreglaré para escarbar y sacar
alguna canción de algún agujero en la pared o en la tierra.
Ayer nos dejó.
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