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y reseña de la nota publicada en El Comercial, de Formosa
Brasil será la quinta economía del mundo en 2023
Brasil es el país emergente con mayor potencial de Sudamérica, cuando se analizan variables como población, tamaño, desarrollo industrial y las posibilidades reales de crecimiento en la producción de alimentos y energía.
Un estudio del independiente Centro de Investigaciones sobre Economía y Negocios (CEBR) con sede en Londres estima que hacia 2023, Brasil será la quinta economía del mundo y logrará posicionarse por delante de Alemania y Reino Unido.
Ya en 2011, el PIB de Brasil, por tamaño, se convirtió en el sexto más grande del mundo, pero el estancamiento económico experimentado en 2012 y 2013 lo ha llevado a perder posiciones.
Para el CEBR, Brasil tiene por delante una década espectacular en términos de producción de commodities, publica América Economía. El sector de alimentos y energía también presenta un potencial muy grande para el crecimiento de la economía del país.
Desde que se inició el Plan Real con Fernando Henrique Cardoso (era ministro de Economía, luego fue elegido presidente), las políticas económicas de Brasil se enfocaron en una mejora de la competitividad de las exportaciones, vía inversiones que permitieron mejorar las ratios de producción, y con una política monetaria fijada por metas de inflación.
Con Lula Da Silva, Brasil mantuvo los lineamientos económicos, con un fuerte impulso de sus exportaciones y un combate inflexible a la inflación. A todo ese plan, el ex presidente brasileño incorporó políticas sociales de "hambre cero" y de escolarización de niños que no recibían educación. Con esos planes, millones de brasileños se incorporaron al sistema educativo y al empleo.
Tras dos períodos de gobierno, las políticas de Lula Da Silva se mantuvieron con su sucesora, Dilma Rousseff. La presidente les aportó un elemento adicional a las políticas de sus antecesores: un combate frontal a la corrupción, que comenzó con el relevamiento de varios de sus ministros y hasta la cárcel del principal asesor del ex presidente Lula (caso Mensalao). En los últimos 12 meses, Brasil ha anunciado una serie de inversiones en infraestructura, con más aeropuertos, más autopistas y mejores sistemas de comunicación.
Estas buenas noticias no impidieron que un importante sector de la clase media, tal vez algo relegado por las políticas del Gobierno, llevara adelante una serie de manifestaciones en repudio al gasto público excesivo orientado a obras para el Mundial y los Juegos Olímpicos, mientras que los hospitales, el transporte y las escuelas necesitan de más recursos. Fueron manifestaciones impulsadas por sectores medios que reclaman mejor infraestructura y servicios para los ciudadanos.
(Infobae)
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