Un embarazo no planificado
puede traer cambios en la vida tanto de la pareja, de los miembros de la
pareja y, evidentemente, del bebé. Estas alteraciones pueden abarcar no
sólo un aspecto físico, también emocional y conductual a lo largo tanto
del embarazo como de la crianza. Por ejemplo, una madre o un padre
requiere hacer cambios de horarios para eventualmente adaptarse a las
necesidades básicas del creciente vientre o de un bebé codificando sus
sensaciones y emociones.
A veces estos cambios pasan a ser un
trabajo de tiempo completo, al grado de tener que abandonar los horarios
de oficina o de estudiante. Sin embargo hay quienes sienten que este
sacrificio personal les fomentaría una dolorosa insatisfacción consigx
mismxs; y por ello, buscan opciones para cumplir tanto con las
obligaciones parentales como con las personales, profesionales o
laborales.
El malabarismo que implica combinar ambos
papeles puede causar dolores de cabeza; no obstante, con repeticiones
de prueba y error probablemente se pueda encontrar el equilibrio
perfecto. En especial si se cuenta con el apoyo de un ambiente
afectivamente abierto, como fue el caso del profesor Sydney Engelberg.
Él, un veterano académico de 45 años en
la Universidad Hebrea de Jerusalén, tuvo empatía para demostrar cuando
el bebé de una alumna y madre en su clase de Comportamiento
Organizacional comenzó a llorar.
La alumna y mamá del bebé mostró una
actitud avergonzada por la interrupción que causaba el llanto de su bebé
y de inmediato intentó retirarse de la clase, pero antes de que eso
sucediera, el Profesor, que además es padre de 4 hijos y abuelo de 5
nietos, cargó al bebé con sus brazos para calmarlo, sin que por ello se
interrumpiera la clase para ninguno de los presentes.
Según su propia hija Sarit Fishbaine, el
Profesor Engelberg permite que las madres que asisten a sus clases
traigan con ellas a sus bebés para que incluso puedan darles el pecho.
Ninguna madre debería tener que elegir entre sus hijos y su educación.
“La forma en la que
ve el concepto de conseguir una educación no consiste en aprender
solamente hechos en clase, sino también en aprender valores,” escribió
su hija Sarit Fishbaine.
Nos parece que este es un perfecto
ejemplo de que todos necesitamos de todos y que si mostramos empatía y
apoyo nuestra sociedad puede funcionar mejor en una verdadera comunidad,
en la que las oportunidades sean para todos, si nos ayudamos entre
nosotros, si entendemos la situación del otro será más sencillo para
todos funcionar y parte de ese óptimo funcionamiento es el aprendizaje y
la evolución.
Los niños son de todos, seamos padres o
no, los niños nos necesitan a todos y todos necesitamos de los niños y
de que las madres que no tengan que elegir entre su educación o su
trabajo y sus hijos.
de
http://www.mamanatural.com.mx/2015/05/ninguna-madre-deberia-renunciar-a-su-educacion-por-tener-hijos/
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