Hola

Palabra más, palabra menos, todos concordamos en buscar bienestar para nuestras vidas. Aun a quienes les gusta el jaleo, a quienes buscan problemas, a quienes revuelven desconsuelos, los guía la búsqueda del bienestar que sucederá a estas tempestades.

Avanzando, en el imaginario colectivo está resuelto qué es el bienestar: bien estar es estar bien.

Deslizamiento de tales cavilaciones, el paso siguiente para estar bien, es no estar mal y para ello se huye ante contratiempos y dificultades.

Pero pendientes las necesidades, por más que se postergue, se aplace o se demore su respuesta, las urgencias volverán.

Este blog trae situaciones de la vida que reflejan cuentas saldadas, cuentas a saldar. Un paso para conseguir otro equilibrio. Ya, aquí y ahora. Otro bienestar es posible.

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jueves, 9 de diciembre de 2010

RENCOR


Rencor, tango de Charlo con letra de Luis César Amadori, estrenado en 1932. Entre muchos intérpretes, fue cantado por el mismo Charlo, por Carlos Gardel, Nelly Omar, Julio Sosa y en nuestros días, por Soledad Villamil.

El poema es el mismo, más allá de las variaciones de algunas palabras en las versiones grabadas, los sentimientos que evocan se me hacen particulares, resonando con las voces que lo entonan. Aúna un lenguaje poético con las modalidades verbales propias de los argentinos.  Acentuaciones y contracciones que nos caracterizan anclan en los versos esa comunión de sensibilidad y aspereza con que se nos conoce.

Esta es su letra, en una de las versiones más popularizadas. De su estructura perfecta, repite tres versos, por única vez, en el final.

Rencor, mi viejo rencor,
dejáme olvidar
su cobarde traición.
¡¿No ves que no puedo más,
que ya me he secao
de tanto llorar?!

Dejá que viva otra vez
y olvide el dolor
que ayer me cacheteó...
Rencor, yo quiero volver
a ser lo que fui...
Yo quiero vivir...

Este odio maldito
que llevo en las venas
me amarga la vida
como una condena.
El mal que me han hecho
es herida abierta
que me inunda el pecho
de rabia y de hiel.

La odian mis ojos
porque la miraron.
Mis labios la odian
porque la besaron.
La odio con toda
la fuerza de mi alma
y es tan fuerte mi odio
como fue mi amor.

Por eso mi viejo rencor
No puedo sufrir
esta pena sin fin...
Si ya me has muerto una vez
¿por qué llevaré
la muerte en mi ser?

Ya sé, no tiene perdón...
Ya sé que fue vil
y fue cruel su traición...
Por eso, viejo rencor,
dejáme vivir
por lo que sufrí.
Dios quiera que un día
la encuentre en la vida
llorando vencida
su triste pasado
para echarle encima
todo este desprecio
que llena mi vida
de amargo rencor.

La odio por el daño
de mi amor deshecho
y por una duda
que me escarba el pecho.
No repitas nunca
lo que vi'á decirte:
rencor, tengo miedo
de que seas amor.

Cada grabación tiene su ángel –encanto-.
Hasta aquí, la versión de Charlo. Se ve que el hombre curtió el paño.


En su grabación, Carlos Gardel canta el tercer verso inicial,
la cobarde traición.


Y en la quinta estrofa comienza,

Rencor,  mi viejo rencor
No puedo sufrir
esta pena sin fin...


Y refleja otra distancia.

Finaliza su grabación con estos tres versos

Por eso viejo rencor
Dejáme vivir
Por lo que sufrí…

Y su ruego alienta la esperanza.


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