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Palabra más, palabra menos, todos concordamos en buscar bienestar para nuestras vidas. Aun a quienes les gusta el jaleo, a quienes buscan problemas, a quienes revuelven desconsuelos, los guía la búsqueda del bienestar que sucederá a estas tempestades.

Avanzando, en el imaginario colectivo está resuelto qué es el bienestar: bien estar es estar bien.

Deslizamiento de tales cavilaciones, el paso siguiente para estar bien, es no estar mal y para ello se huye ante contratiempos y dificultades.

Pero pendientes las necesidades, por más que se postergue, se aplace o se demore su respuesta, las urgencias volverán.

Este blog trae situaciones de la vida que reflejan cuentas saldadas, cuentas a saldar. Un paso para conseguir otro equilibrio. Ya, aquí y ahora. Otro bienestar es posible.

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viernes, 2 de noviembre de 2012

Crece la costumbre de guardar cenizas de difuntos en las parroquias de Buenos Aires




Crece la costumbre de guardar cenizas de difuntos en las parroquias de Buenos Aires

Sergio Rubín comenta este hábito creciente en Clarín bajo el título  

Más gente guarda en iglesias las cenizas de sus seres queridos

Aquí un resumen.
La costumbre de reposar los restos de fieles católicos en cementerios contiguos a las iglesias está volviendo. Cada vez más familiares depositan las cenizas de sus seres queridos en alguna de las 31 parroquias, de las casi 200 de nuestra ciudad, que ya cuentan con cinerario. 

Al cambio en las normas eclesiásticas, se sumó el cambio cultural que llevó a que muchos familiares elijan la cremación de sus seres queridos,
-        Incluso hay fieles que asientan en su testamento su deseo de ser cremados y hasta indican la iglesia en la que quieren que sean depositadas su cenizas, que generalmente es el templo al que concurren, dice el padre Alejandro Russo, rector de la catedral porteña. 

La costumbre renovada de llevar las cenizas a los templos derivó en que las distintas jurisdicciones eclesiásticas establecieran una serie de normas de procedimientos y dispusieran un libro donde se registra su pertenencia. Las cenizas pueden dejarse en una urna o depositarse en un cinerario común. El  padre Alejandro Russo recuerda que el Vaticano definió un ritual para estas circunstancias. Sí se opone al esparcimiento de las cenizas, ya que considera que éstas deben ser guardadas con respeto y en un lugar donde se pueda ir a rezar por el alma del difunto,


-        El depósito de las cenizas se hace como si fuera la sepultura del cuerpo, observando el oficio religioso correspondiente, señala.

La celebración del Día de los Fieles Difuntos es una antigua tradición en la Iglesia Católica, oficializada por Roma en el siglo XIV. Consiste en orar por los muertos, principalmente por los que aún se encuentran en estado de purificación en el purgatorio. Las almas de los fieles que al morir no fueron limpiadas de pecado veniales, o no hicieron la expiación por las transgresiones del pasado, pueden alcanzar el estado beatífico con oraciones y misas, y el Día de los Fieles Difuntos es ocasión propicia para ello.

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